Los estadounidense está por todos lados en Buenos Aires. Primero quizás fueron los countries, copias idénticas de suburbios norteamericanos con su ladrillo naranja a la vista, sus calles silenciosas y sus jardines por delante y por detrás. Después llegó la comida rápida en forma de cadenas industriales y, unos años después, algunos expatriados, los “expats”, que en búsqueda de “lo exótico” se encontraron más en casa de lo que esperaban y dejaron su marca meses o años.
Hoy el blend es más coherente, cosmopolita y orgánico. En Maleva salimos a buscar actitudes y rincones, algunos más firmes en las costumbres porteñas y otros recién importados para seguir conociendo a la ciudad que no para de dar sorpresas.
Por muchos años, para tener una buena hamburguesa norteamericana había que conformarse con TGI Friday’s o las que servían en Trixie de Costa Salguero (con un setting que, hay que decirlo, está muy bien y es lo más “diner” que se podía encontrar en la Argentina hasta la aparición de Muu lechería Recoleta).
Hoy, por suerte, pasa por otro lado. Se dejó la nostalgia de los sillones de latex colorados y los milkshakes por establecimientos más genuinos y el público agarró viaje. Por un lado, el siempre cumplidor Kansas que no deja de tener lista de espera ni un martes al mediodía y, por otro lado, los spots de atención rápida y platos de calidad. El Burger Joint (Borges 1766) de Palermo es ya un clásico que desafía al argentino fan del mozo con corbata. “El auto service es parte de la magia. Piden en la caja, donde la atención tiene que ser amable y en pocos minutos, se sientan donde quieren, dejan su huella en las paredes y esperan a que los llamen por el megáfono para recibir comida simple y de calidad”, cuenta Pierre Chacra, el dueño del lugar. Las hamburguesas de Burger Joint son perfectas, dignas de un nivel de exigencia de paladar «yankee».
“El auto service es parte de la magia. Piden en la caja, donde la atención tiene que ser amable y en pocos minutos, se sientan donde quieren, dejan su huella en las paredes y esperan a que los llamen por el megáfono para recibir comida simple y de calidad”, cuenta Pierre Chacra, el dueño de Burger Joint, un lugar con hamburguesas norteamericanas perfectas»
Una vibra similar se percibe en El Tejano BBQ, donde una noche de verano de esas bien pesadas cualquiera se podría sentir en Houston o Dallas, sobre todo si se escucha hablar a, texano Larry Rogers, el rey de la barbacoa. Larry, tal como contamos en detalle en esta nota http://bit.ly/1AVoDj0 ofrece en su Tejano, noches de auténticas barbacoas ahumadas que le llevan todo el día de cocción.
Otro que pisó fuerte y con una propuesta gastronómica diferente fue NOLA, dedicado a la comida cajún de la zona de Nueva Orléans. Su chef, Lisa, asegura que los porteños tenemos la cabeza abierta y estamos emocionados con probar algo nuevo. “Les encanta el menú chico y diferente. Pollo frito con las manos, condimentos no tradicionales, estofados, picantes. Puede ser intimidante al principio, pero siguen volviendo”, agrega. La pauta es la misma en todos lados: si los platos y la energía están bien, no hay “servicio de mesa” que se extrañe.
«Otro que pisó fuerte y con una propuesta gastronómica diferente fue NOLA, dedicado a la comida cajún de la zona de Nueva Orléans. Su chef, Lisa, asegura que los porteños tenemos la cabeza abierta y estamos emocionados con probar algo nuevo.»
Si escaparle a las pantallas de fútbol es una misión imposible (sobre todo después del mundial donde hasta en cafeterías chic se aceptó al LED como parte de la decoración), poder ver un partido de Football, NBA, o baseball en Buenos Aires es una tarea de rebuscados. Con camadas grandes que vienen a estudiar o trabajar, algunos bares se pusieron la tarea al hombro y dedican noches y hasta días a partidos, acompañados por mucha cerveza (Budweiser, para que vaya con el tono) y wings (picantes). En ese plan Magdalena’s Party (Thames 1795) ya es como una segunda embajada, y Casa Bar (Rodríguez Peña 1150), su hermano de Recoleta.
«Magdalena’s Party (Thames 1795) es como una segunda embajada para los expats norteamericanos y Casa Bar (Rodríguez Peña 1150) es su hermano de Recoleta. Ambos lugares se pusieron la tarea al hombro de pasar los partidos más importantes de Football, NBA, o baseball.»
También tiene que ver con esta tendencia de propuestas norteamericanas, o tipo norteamericanas, el auge – aunque ya no es una novedad – de los bares speakeasys, inspirados en los bares secretos de Estados Unidos durante la ley seca de la década del treinta. De todos los bares con ese formato, el que tiene una impronta más temática, y en el que te sentís directamente en una barra neoyorkina de los tiempos del swing, es en Nicky Harrison, en pleno Palermo Soho. Nicky es un mundo aparte, un bar exclusivo al que sólo se ingresa con membresía y que tiene una genial carta de cócteles premium.
Foto destacada: EL TEJANO BBQ /// Fotos Nola, Burger Joint y Magdalena´s Party: redes sociales.