Con la playa como escenario preferido, Clarita Cao logra imágenes divertidas e increíbles
Desde las nubes, en paisajes increíbles, con personajes en miniatura, y efectos visuales únicos. La creatividad que despliega el uso de los drones como cámara fotográfica está llenando nuestras cuentas de Instagram con las más espectaculares fotos y videos. En lo que parece ser una tendencia – antes los drones eran una rareza difícil de encontrar – hoy todos los más cancheros filmmakers y fotógrafos tienen uno y saben cómo usarlo.
Y esta tendencia tiene un único hogar: las redes. Con producciones junto con las influencers más reconocidas, estos fotógrafos se convirtieron ellos mismos en influencers, juntando miles de seguidores en sus cuentas de Instagram. ¿Una curiosidad? Los más famosos se conocen entre sí, a tal punto de ser muy amigos y hasta hay un par de hermanos (pareciera que el amor por los drones se contagia). Quiénes son, cómo empezaron, y qué tips comparten a principiantes.
Creatividad y estética es lo que logra con sus fotos sobre el aire. Sus casi 70 mil seguidores en Instagram son anecdóticos, lo importante está en el contenido. Se define como productor digital y, además de ser co fundador de la agencia de publicidad Jack Brothers – junto a Aquiles (@jacktheartist), su hermano mellizo, también aficionado de los drones – encontró otra pasión en las fotos desde las alturas como dron filmmaker.
“Como filmmaker trato de focalizar lo que hago en contar una historia increíble. Lo que nos diferencia hoy, pudiendo filmar hasta con un teléfono, son las historias que elegimos contar. Lo que transmitimos para que la gente sienta algo, que le genere algo: bueno o malo, triste o alegre. Más allá de la técnica (que se aprende constantemente), es tener mucha empatía con lo que siente el que lo consume”, nos revela.
Si hablamos de sus inicios en el tema, lo que lo llevó a volar con la cámara la posibilidad de lograr una perspectiva única, distinta y, sobre todo, simétrica. “Siempre me encantó la simetría, y con esto se puede explotar muchísimo”, cuenta. Sus spots preferidos a la hora de volar son las playas, por el contraste del color del agua con la arena, por las palmeras y por las olas; y los estadios de fútbol, por lo apasionante del espacio.
“¡Desde arriba todo se ve más lindo!”. Simple pero real, Clarita Cao es parte fundamental de la pandilla de influencers droneros (¿se les puede decir así?). Comenzó en el 2015, cuando las fotos se sacaban con GoPro, el dron se armaba con destornillador, y no se podía ver qué estaba pasando allá arriba. Con la prueba y error como protagonista de los inicios, la tecnología avanzó y así también las oportunidades que ofrece. “Lo que me atrajo de los drones fue la búsqueda por una forma distinta de mostrar un mismo lugar. Salir de lo común”, nos explica. ¡Que logró ese objetivo es evidente! El juego entre las sombras, los colores, las formas y los paisajes que nos regala en cada toma son divertidos, ingeniosos y asombrosos a la vez.
Trabajó 7 años en la marca de su tía – nada más ni nada menos que Jazmín Chebar – donde logró encontrar su verdadera pasión. En ese proceso hizo dos carreras (diseño gráfico en la UBA y comunicación social en la UCES), además de desempeñarse como fotógrafa en varios eventos sociales los fines de semana. Toda esa experiencia sumada al deseo de aprender cosas nuevas, la llevó a encontrarse con los drones. Con la playa como escenario preferido – si en algo coinciden todos es en que la naturaleza es la toma más linda –, esta fanática de la tecnología y la fotografía busca constantemente con sus fotos, un punto de vista distinto.
Su mala memoria dio origen a la profesión como fotógrafo que hoy tanto lo caracteriza. “La cámara es mi forma de inmortalizar momentos de felicidad que mi mala memoria no me permite, y me dio el pie para entender el mundo de otra manera”, nos explica. Pero lo que lo impulsó hacia los drones fue su hermana, Clarita Cao, a quien mencionamos previamente (ya les avisé que la gang de droneros es unida).
El primer dron lo compró en conjunto con 12 amigos a la hora de emprender un viaje a Croacia, porque él, ya interiorizado en el tema, los motivó. “En aquella época era tan raro tenerlo que en los aeropuertos no sabían qué era”, cuenta. Hoy, además de usarlo en sus (numerosos) viajes, lo usa en su profesión: es gerente de comunicación de una empresa constructora. Las obras son enormes y, por ende, muy difíciles de mostrar. Antes pagaban vuelos de helicóptero para fotografiarlas y hoy, con los drones, las reglas de juego en el rubro cambiaron por completo.
“Te tiene que gustar, porque no es fácil, pero te da una perspectiva del mundo muy distinta que ninguna otra cámara te puede dar. Es una oportunidad infinita, y la altura es ideal: te deja ver las cosas desde arriba, pero con claridad y detalle”, cuenta. También coincide en que los escenarios naturales son sus preferidos (cuánto más despejado y menos cargado, más lindo para capturar con el drone), aunque con los edificios pasa algo distinto: “es muy diferente lo que se ve desde abajo que desde arriba: colores y formas que no sabías que estaban».
1. Usar Google maps en forma satélite para darte una visión de cómo puede ser desde arriba
2. Nunca nada es lo que parece desde abajo: muchas veces pensás que algo es increíble y levantás el dron y no es así, o viceversa. Entonces, nunca pienses que un lugar no va para el dron, lo ideal es levantarlo la mayor cantidad de veces posible.
3. Buscar cosas simétricas: garpa y está bueno estéticamente
4. Si bien la foto senital es increíble y muy característica del dron, no te quedes solo con eso
5. Llevalo a todos lados: a medida que vas sacando fotos empezás a pensar el mundo desde arriba constantemente.
6. Practicar en lugares amplios: algún campo sin cables o edificios que acomplejan lo que puede ser un primer vuelo
7. Siempre que lo estés volando, girar la cámara: nunca sabes qué hay del otro lado.
8. Despegar con el dron habiendo localizado tu ubicación, porque es lo único que te va a salvar si se pierde la señal.
9. DJI es la mejor marca: hay uno para quien comienza, otro para un nivel intermedio, hay para todos. Además, tienen muy buen servicio (si se te rompe o se pierde por cuestiones fuera de tu control ellos te lo reponen).
10. Tratar de despegar con algún objetivo: porque los drones tienen aprox. 12 a 15 minutos de vuelo, y está bueno aprovecharlos sabiendo qué vas a buscar, qué crear en el aire, más allá de la improvisación que siempre está buena.
Fotos: gentileza Rodolfo Pirovano, Francisco Cao y Clara Cao