¿EXISTE EL COUP DE FOUDRE?

 
 
¿Existe el coup de foudre?
Por Santiago Casanello
Fotos: Francisco Vera Romero 
La traducción más cercana es amor a primera vista y en inglés love at first sight. Aunque no son fidedignas porque – así como «nostalgia» no es del todo equiparable al bello concepto portugués de saudadecoup de foudre es una expresión francesa que no tiene un espejo tal cual en otras lenguas. “Golpe de rayo eléctrico” vendría a ser en lo literal. El sentido es romántico a pleno. El coup de foudre es un fenómeno que se da cuando una persona conoce a otra y se siente atraída de manera absoluta e inmediata. Es casi un desequilibrio – positivo, claro – emocional. Es incontrolable y pareciera estar fuera del plano de la razón. En los diccionarios se la define como «felicidad en estado pleno». Además suele ser una atracción recíproca. Para los artistas es algo natural – “si me hablás, entiendo todo, si sonreís, veo el mundo entero, si te abrazo me continúo, si vivimos, seremos esplendidos” escribió Paul Eluard – sin embargo es una sensación que siempre despertó muchos interrogantes, por ejemplo, entre los psicoanalistas. ¿Existe el coup de foudre o es una construcción forzada de la mente? ¿A qué se debe? ¿Es el equivalente del amor o es otro sentimiento? ¿Si se da, es buena señal o una señal de alerta? ¿Habría que dejarse llevar por él o desconfiar? ¿A eso se resume el amor? Un montón de preguntas. Maleva – en medio de la atmósfera de San Valentín – consultó a varios especialistas para que echen un poco de luz sobre el asunto.
Entre olores, hormonas y una semejanza de la infancia
“A veces lleva mucho tiempo darse cuenta porqué sucedió» asegura la psicoanalista y autora del libro “Peter Pan y sus Mujeres” Adriana Guraieb. Explica que la esencia del flechazo puede estar determinada por algún parecido o semejanza de personas “significativas” en los primeros años de vida. Agrega Guraieb “también los olores y las hormonas colaboran en el impacto visual”.
No media juicio crítico alguno
Por su parte, Gustavo Dupuy, miembro de la comisión directiva de la Asociación Psicoanalítica Argentina, sostiene que cuando se da un coup de foudre no media juicio crítico alguno. Hay un rasgo, un tono, una palabra que dan placer o prometen satisfacción a expectativas fundamentales. Esa condición convierte al otro en «el que puede completarnos», «satisfacción plena» o en lo que llaman “la media naranja”.
¿Sólo una atracción estética?
Laura Orsi, también psicoanalista y co autora del libro “psicoanálisis y sociedad” opina que ese tipo de atracción tiene mucho que ver con la imagen, con que a un hombre la mujer le parezca linda y a ella él atractivo.
Bienestar y alegría, aunque con riesgos
Para Guraieb, es una señal importante porque es un encuentro que da una sensación “de mucho bienestar, alegría y armonización interior” aunque advierte que “es importante no darle un lugar de certeza y permanencia”. Explica: “debido a las enormes expectativas que se ponen en juego en esos momentos, se está más propenso a la frustración posterior”.
No hay que negarse a disfrutarlo 
Dupuy es más optimista: salvo que medien objeciones de la realidad o advertencias preocupantes, ¿por que negarse a disfrutar? Si el flechazo es, es, y es casi imposible restarle importancia. Orsi coincide: “es un momento para dejarse disfrutar y llevar, aunque cada uno le dará su valor”.
La ilusión romántica de la pareja ideal (y la necesidad de desidealizar) 
“Hay algo del romanticisimo porque tiene que ver con el enamoramiento y la idealización del otro. Se da la ilusión de la pareja ideal. La realidad de ir progresivamente conociendo de verdad al otro y desidealizándolo, determinará la continuidad o discontinuidad de la relación” afirma Guraieb. Orsi lo emparenta con el romanticismo y aclara que para convertir el coup de foudre en un sentimiento más profundo o al menos más duradero hay que nutrir al vínculo de gestos, aunque sea tan simples como mensajes, flores, o regalos.
La «condición amorosa» siempre está
Para Dupuy, en cambio, si se da este tipo de fenómeno “siempre hay una condición amorosa” aún si ambos la ignoran y recuerda que “el corazón tiene razones que la razón ignora”.
Las posibilidades – éxito o fracaso – que se abren después del coup
Dupuy razona que están abiertas las dos posibilidades: o que se evolucione hacia una relación maravillosa o trastabillar hacia la desilusión por lo áspera que a veces es la realidad. Es importante, coinciden los especialistas, que el coup de foudre puede ser un factor inicial, uno de tantos otros, que lleven a que, como dice Dupuy “los enamorados le cuenten ese momento a sus bisnietos 50 años después”.
Una forma deliciosa de locura
«Esta forma deliciosa de locura no tiene un final escrito. Cada uno tiene que escribirlo y, aunque medien condiciones inconscientes que nos aten, siempre hay cierto grado de libertad que debemos aprender a aprovechar cuando el amor nos cruza la vereda», concluye Dupuy.