Si bien Starbucks cuenta con algunas locaciones encantadoras alrededor del globo, entre una construida dentro de un container en Tukila, Washington, y otra rodeada de azulejos de colores en el Battuta Mall de Dubai, pocas ciudades tienen tantas tan lindas como Buenos Aires. Entre casas y edificios antiguos con su elegancia reciclada y locales modernos de exquisito diseño y ambientación. De las 73 sucursales que sumó en sus 6 años en el país, en MALEVA elegimos 10 de las más lindas que invitan a quedarse la tarde entera entre rolls de canela, capuccinos y muffins de arándanos.
«Si bien Starbucks cuenta con algunas locaciones encantadoras alrededor del globo, entre una construida dentro de un container en Tukila, Washington, y otra rodeada de azulejos de colores en el Battuta Mall de Dubai, pocas ciudades tienen tantas tan lindas como Buenos Aires. Entre casas y edificios antiguos con su elegancia reciclada y locales modernos de exquisito diseño y ambientación.»
Estas son las 10 sucursales más lindas de los starbucks porteños:
Es entendible que cause polémica una sucursal de una multinacional ubicada en Plaza Dorrego, uno de los puntos más auténticos de la ciudad. Pero el respeto por la locación y su historia es tan admirable que se esfuman los argumentos en su contra apenas traspasamos las puertas. Ladrillo a la vista, sillones de terciopelo, vitreaux, y un arreglo de lámparas que parecen flotar en su techo altísimo. El más encantador de Buenos Aires y, probablemente, en el top 10 de sus casi 20.000 locaciones. (la foto destacada de la nota, la de arriba, silloncitos colorados, también es de esta sucursal)
Pocas cafeterías de la zona supieron aprovechar la gracia de las casonas de Belgrano como esta locación. En sus dos pisos, unidos por una escalera de roble imponente, tiene salones amplios, paredes de un bordó cálido y ventanales que dan a una de las calles más lindas de Buenos Aires.
La mayoría le escaparía a una de las esquinas más transitadas de la ciudad a la hora de concretar una cita de café. Pero lo cierto es que el local de Cabildo, que está más cerca de Echeverría que de Juramento, esconde una gran sorpresa: su patio de 30m de largo. Lejos de los anteriores, su estética es más moderna: cemento alisado por todos lados y lámparas con pantallas de hierro peladas.
Se repite el formato de Lacroze, calle arbolada y esquina antigua, pero se redobla la apuesta con espacios más pequeños que le dan un toque más hogareño. Podemos pasar horas en los sillones del primer piso sin darnos cuenta de que no estamos en el living de casa. Faltan las pantuflas.
Por fuera, no dice mucho. Pero adentro, con un estilo más industrial (pisos y escaleras de cemento alisado) esconde un entrepiso tipo altillo con techo inclinado, luz natural y salas privadas que se llenan de estudiantes concentrados. Un plus: su biblioteca de la planta baja para el que salió apurado y se olvidó el libro en casa.
«Mariana Frohlich, Jefe de Marketing y Coffee Master de Starbucks Coffee Argentina, le explicó a Maleva que los edificios antiguos reciben un trato especial, ya que se evalúa la mejor manera de que Starbucks conviva con su historia: «Nuestra premisa es exaltar la belleza natural del espacio.»
Uno de los pocos edificios de Jugendstil, la versión germana del art nouveau, que hay en Buenos Aires cumple 100 años y tiene un Starbucks en su planta baja. La experiencia en esta sucursal empieza cuando se observan sus cúpulas a una cuadra de distancia, sigue al atravesar su puerta original de cedro y termina en el salón con lámparas art déco. Por dentro, la estética se aleja de los rasgos góticos de la fachada con paredes color crema, techos altos y piso de madera que se luce por la amplia distancia que hay entre las mesas. Un pequeño lujo.
Cuando todavía no sabíamos si la idea de tomar café en vaso gigante podría competir con el cortado, apareció esta primera sucursal. Como todo ensayo, cumplió su función pero, con los años, quedó anticuada. En 2013, fue renovada para que adquiriera estilo propio, como todas sus sucesoras. No tiene nada que ver con una típica cafetería de patio de comidas: paredes cubiertas de madera, mesas comunitarias, un pizarrón negro x-large y cuadros que cortan el estilo industrial. Vale la pena volver a visitarlo.
Un edificio restaurado a una cuadra de nuestro imponente Congreso Nacional, resguarda un Starbucks excepcional. Con rasgos bien porteños como las sillas típicas de café y la pared hecha con botellas verdes de vino en su entrepiso, le hace honor a Balvanera. Mariana Frohlich, Jefe de Marketing y Coffee Master de Starbucks Coffee Argentina, le explicó a Maleva que los edificios antiguos reciben un trato especial, ya que se evalúa la mejor manera de que Starbucks conviva con su historia: «Nuestra premisa es exaltar la belleza natural del espacio, el carácter arquitectónico del edificio, pero impregándolo del espíritu de nuestra marca».
Otro edificio histórico puesto 0 km: Los Molinos Building es una reconstrucción del grupo Faena Properties. En el siglo pasado, molía toneladas de trigo; y hoy, muele granos de café en un Starbucks bien señorial en donde abundan los sillones grandotes tipo de despacho y las mesas comunitarias. En una de las paredes, un mural que representa la fachada del edificio en 1900.
Aunque estemos hablando de café, cabe un poco de aire inglés en este conteo. La casa ubicada en una de las calles más transitadas del barrio es un hit por sus mesas en la calle y sus interiores íntimos, iluminados por arañas antiguas. Tip: sentarse en la bow window del primer piso.