“La Argentina es una país de cerveza, vino y fernet”, le escuché decir hace tres o cuatros años a algún ejecutivo de marcas de bebidas. “Todo lo demás ocupa una porción tan ínfima del mercado que no lo podrías creer”. Esta afirmación, probablemente, siga siendo verdad (con la mínima excepción de los aperitivos, que avanzan a paso lento pero firme). Sin embargo, en el último lustro, el pequeño circuito de gente que se fue entusiasmando con la coctelería y así, con bebidas menos populares en nuestro país, fue generando una demanda que muchos productores locales supieron aprovechar.
Hace no tanto, digamos en 2010, era directamente impensable la idea de un Gin o un Single Malt elaborados en la Argentina. No es que no hubiera Ginebra (el muy áspero pero querible Hiram Walker, que todavía usan en La Biela si pedís un Clarito), whisky o vodka nacionales, pero nada ni remotamente cercano a los estándares de calidad necesarios para hacer alta coctelería. Desde la explosión de los bares de tragos, lentamente, vienen apareciendo productos nacionales que apuntan a esa gama: no reemplazan, en general, a las bebidas importadas, pero lentamente van avanzando en las barras y las góndolas. Te contamos cuáles son las que pisan más fuerte.
Esta nota no tendría pies ni cabeza si no arrancara con el Gin Príncipe de los Apóstoles o, como lo conoce mucha gente, “el gin de Tato” (por su creador, el bartender Renato “Tato” Giovannoni). Su sabor particular se lo debe a los ingredientes que participan del proceso: yerba mate, eucalipto (lo que más se siente), menta peperina y pomelo rosado. De todas las bebidas de esta nota es probablemente la única que ha logrado posicionarse a nivel de ser la bebida de corte en muchos de los mejores bares de la ciudad (se dice que una bebida es la “de corte”, o que “acá cortamos con Apóstoles” cuando es la bebida que se utiliza por default en los tragos del lugar). Lo conseguís tanto en los bares como en pequeños distribuidores como Ozono Drinks (podés consultar por Facebook directamente a los productores y te van a decir dónde hay stock). Además del Gin, El Mar de Tato (el nombre de la empresa productora) produce Pulpo Blanco, una tónica dulzona, ideal para un Gin Tonic con mucha personalidad. También fue el ingrediente central del trago MALEVA, pensado por Tato Giovanonni para la última fiesta de este magazine (ver: http://bit.ly/1lPTAMC)
A finales del 2014 se presentaron las primeras botellas de La Alazana, el primer Single Malt elaborado en la Argentina: pero obviamente, por las propias características del proceso, el proyecto tiene un par de años más. Fue fundada en 2011, en la provincia de Chubut, en el bucólico territorio montañoso de Lago Puelo, y en ese mismo momento se comenzó a producir el whisky de malta que salió al mercado tres años después (el proceso no puede durar mucho menos, dado que dos años de reposo en barricas de roble son imprescindibles para poder usar la denominación “whisky”). La presentación se hizo en el Club del Whisky (que también había sido inaugurado hace muy poco), en un evento con todos los personajes de la gastronomía y la coctelería local, que quedaron encantados. Bares como 878, Verneclub y Florería Atlántico compraron parte del todavía pequeño stock de botellas para servir en sus barras. Honestamente, es poco probable que puedas conseguir whisky La Alazana ahora, pero ponete en contacto con ellos a través de Facebook o [email protected] para estar al tanto de su disponibilidad y novedades.
La empresa Porta Hermanos S.A. (la misma que hace el famosísimo Guindado, bebida de abuelos que poco a poco esta volviendo a tomar protagonismo) produce hace casi 30 años el Vodka Nikov, con la receta que le vendió Roman Von Renenkamfp, un inmigrante ruso amigo de los fundadores de la fábrica. Si bien en la capital no se usa tanto (ante todo porque el vodka importado no es tan caro y su sustitución no es prioritaria), los bartenders con los que hablamos aseguran que se trata de un producto de buena calidad, perfecto para mezclar en un Vodka Tonic, Moscow Mule, Destornillador o cualquier trago con vodka que te guste. A veces se encuentra en mercados, pero lo mejor es contactarte con ellos por Facebook y averiguar dónde tienen un canal de distribución que te quede cómodo. El Vodka Nikov ha recibido numerosos premios en Europa y Estados Unidos, incluyendo una medalla de oro en el prestigioso World Spirits Award en 2011.
Como bien contó Rodo Reich en esta nota de Sábado http://bit.ly/18J62xh, los licores eran una parte importante de la coctelería y las costumbres argentinas que habían quedado olvidadas, o más bien, pegadas a un pasado “grasa” que la nueva cocteleria chic parecía no querer recuperar. Pero todo vuelve, y los licores no iban a ser la excepción. Además del clásico guindado Porta que mencionamos más arriba (que, ya que estamos, es delicioso reemplazando al vermouth rosso en un Manhattan, como lo servían en el Hunter en Verneclub, hoy fuera de carta), la novedad más reciente en el mercado nacional son los Golden Age, la nueva línea premium de Dellepiane pensada específicamente para la alta coctelería. Esta cronista es bastante fan, en particular, de la versión de Cherry Brandy que sacaron, que ya se está usando en las mejores barras de la ciudad.
Pero mi verdadero favorito personal es este, el Christallino: lo mencioné en una nota en Maleva hace ya mucho tiempo. Fue Guillermo Blumenkamp de Doppelgänger el primero que me hizo probarlo y, quizás (no lo puedo afirmar con seguridad pero me juego) el primer bartender en utilizarlo en Buenos Aires en una receta histórica del Doppel, el Ostende. Se trata de un destilado (Eau de Vie) de pera Williams, una variedad muy acuosa que no crece en demasiados lugares del mundo pero sí en algunas regiones de Francia y en el Alto Valle de Río Negro, donde lo elabora Pequeña Destilería Argentina. Es fuerte, y al principio te puede recordar a un vodka saborizado, pero si prestás atención es mucho más real el sabor a fruta: se puede tomar en tragos o solo, en un shot, después de comer, como si fuera un licorcito (pero recordá que es mucho más alcohólico). Hasta hace poco se exportaba casi toda la producción pero desde que varios bares lo utilizan (Pony Line, entre otros) se puede comprar en Buenos Aires también. Ozono Drinks lo distribuye, pero si de casualidad no tienen, siempre recomiendo lo mismo, pasar por el Doppel y preguntarle a Guillermo dónde viene consiguiendo.
La Sidra es una de las bebidas de moda en el mundo y en nuestro país hay algunas marcas que intentan hacer un buen producto. Una de ellas es Pulku (en mapuche significa “chicha”), que como no podía ser de otra manera, es del Valle del Río Negro, comarca de Villa Regina, tierra de manzanas por excelencia. Es un emprendimiento familiar y producen dos variedades: una pura de manzana y otra de pera. Todo el proceso de elaboración se realiza en el mismo lugar y los ingredientes son casi ciento por ciento naturales. Se consigue en vinotecas porteñas. No es una sidra muy dulce sino más bien seca.