«Estaría bueno «desesnobizar» el mundo del arte, y no tenerle miedo ni tanto respeto»: entrevista a Elisa Insúa

Es una de las artistas más relevantes y activas de su generación/Volvió a la Argentina después de una etapa en Madrid y desde su taller en Núñez conversa de todo con MALEVA/Su reciente incursión en la pintura, el valor monetario de la naturaleza y por qué la escena del arte de Buenos Aires le parece increíble.

Elisa Insúa volvió a la Argentina – después de una larga estadía como artista en Madrid -, y empezó a incursionar en pintura. 

«Estaría bueno «desesnobizar» al mundo del arte, no tenerle tanto miedo o respeto…»: entrevista a Elisa Insúa. Por Azul Zorraquin para MALEVA (texto y fotos).

Elisa se viste con paletas de colores efervescentes; lo que transmite en su obra, también lo lleva en la piel, de forma simbiótica. Incluso lo que a priori parece una contradicción en su forma de hablar, dulce y suave, en contraposición con un taller repleto de objetos en un aparente caos, se resignifica al ver que todos tiene un lugar según color, tamaño y serie. Cada uno de ellos está prolijamente archivado en una caja plástica, y en la mesa está desplegado únicamente el material de la obra en proceso.

La artista se formó como economista y utiliza el lenguaje publicitario; colores estridentes, luz y brillo, para atraer atención, pero generar el efecto inverso. Trabaja principalmente con materiales de descarte, pero hoy está explorando nuevas técnicas, como la pintura y el dibujo, de forma autodidacta. Es como si su creación tuviera un cauce orgánico y obediente a su forma de pensar y ver el mundo. Y cree que el arte no debería tener barreras ni imposturas: “¡si vos cuando escuchás una canción no decís “no puedo opinar porque no sé de música”! En el arte es igual ¡Podés opinar todo lo que quieras y hacer las preguntas que quieras!

Las grandes estructuras, collages y ensamblajes caracterizan su obra; “todo lo que hago está relacionado al mundo de la economía, y en este momento estoy metida con cuestiones relacionadas a la minería y el petróleo, la creación y la destrucción”, le cuenta a MALEVA, en su majestuoso taller en una casona de Núñez.

¿Cómo llegaste al mundo minero?

Comencé explorando el valor monetario que se le asigna a la naturaleza. Venía con la inquietud de trabajar con aparatos electrónicos, porque casi todos ellos usan lo que se llaman “tierras raras”, el apartado de dos líneas debajo de la tabla periódica. Son metales extraños, que se extraen de puntos muy específicos, y a partir de un viaje que hice el año pasado a San Juan y a la Rioja, de mucha actividad minera, me empezó a resonar el tema.

¿Y cómo llegaste a materializarlo?

Estoy trabajando con aparatos y placas electrónicas que recibí a través del proyecto “Tecno Raee”, que desarma y recicla computadoras, impresoras, y aparatos electrónicos que ya no tienen arreglo. A la obra que estoy haciendo, una escultura con forma de meteorito, le hice un agujero, igual al que les hacen a las piedras para dinamitarlas. Juega con la idea de creación y destrucción, una dicotomía clásica. Esta escultura va a ser donada a la fundación Rossi; ellos harán una subasta en el Fortabat y los artistas donamos el 100% de la ganancia a la fundación.

¿En qué sentís que cambió tu obra desde la última vez que charlaste con MALEVA?

En esa época quizás sobrevolaba más los temas y hoy me meto mucho más en profundidad. Y post pandemia empecé a explorar la pintura, de forma autodidacta.

«Llegué a la minería explorando el valor monetario que se le asigna a la naturaleza. Venía con la inquietud de trabajar con aparatos electrónicos, porque casi todos ellos usan lo que se llaman “tierras raras”, el apartado de dos líneas debajo de la tabla periódica. Son metales extraños, que se extraen de puntos muy específicos, y a partir de un viaje que hice el año pasado a San Juan y a la Rioja, de mucha actividad minera, me empezó a resonar el tema…»

¿Cómo llevás a la pintura el centro de tu obra que justamente es la reutilización de materiales?

Hay bastantes nexos a pesar de que es una técnica completamente distinta. Hay una continuidad de los intereses, la estética, la simetría, el lenguaje publicitario… Es un poco lo que siempre hice y hago; usar el lenguaje visual de la publicidad para atraer atención y en última instancia, para venderte algo. Yo uso esa misma estética: colores vibrantes, luz, brillo, poco texto, pero busco el mensaje opuesto. Es más bien un ojo con lo que comprás, da vuelta y mirá el reverso, ¿sabés cómo fue producido? La pintura lo que me da también es que no necesito encontrar la pieza del tamaño, forma y color perfectos, sino que la creo yo misma.

Viviste en Madrid… ¿Volviste o estás de paso?

Hoy mi base y mi taller, están acá. Voy y vengo bastante por muestras, residencias…

¿Alguna próximamente?

¡Si! En Shanghái. Soy una nerd de alma, voy a estudiar hasta el día que me muera (se ríe). La idea de la residencia es ir a trabajar y producir en otro contexto, con otra gente y en otro ambiente. Y lo más probable es que ese entorno te afecte. Lo interesante es que en este caso, va a haber artistas de distintas disciplinas, no sólo de arte plástico.

¿Qué opinás sobre la inteligencia artificial y la obra en formato NFT?

IA me interesa; todavía lo estoy explorando entonces no entiendo bien qué pensar al respecto; me asusta y me maravilla a la vez, como también me pasa con las temáticas de creación y destrucción con las que trabajo. A los NFT, en cambio, los vi un poco de afuera; cuando bajó la espuma del “boom”, me contactó una persona desde Japón para un proyecto que terminó siendo en formato de realidad aumentada y nunca salió a la venta como NFT.

¿Nunca vendiste un NFT?

No. Y no estoy ni a favor ni en contra, solo que tendría que hacerlo cuando me resuene. Y cuando la obra lo pida, es decir, cuando el formato ideal para esa obra sea ese y no forzarlo.

«Después de la pandemia empecé a explorar la pintura…Es un poco lo que siempre hice y hago; usar el lenguaje visual de la publicidad para atraer atención y en última instancia, para venderte algo. Yo uso esa misma estética: colores vibrantes, luz, brillo, poco texto, pero busco el mensaje opuesto…La pintura lo que me da también es que no necesito encontrar la pieza del tamaño, forma y color perfectos, sino que la creo yo misma…»

Ahora que estás asentada en Buenos Aires… ¿Cómo ves el arte argentino hoy?

Lo veo increíble. Me cuesta comparar con otras épocas porque no viví tanto, estoy en este mundo hace doce, trece años, y hay galeristas que trabajaron cincuenta años y quizás tienen más perspectiva. Pero sí, justo ahora tengo una amiga artista que expuso en Londres y me decía que si bien allá hay mucho más presupuesto, no hay nada que envidiarle a la calidad de la obra. Encima la escena es inagotable, si quisieras ir a todas las muestras que hay ¡tendrías agenda completa de ocho a ocho!

¿Y qué pensás respecto al gobierno y las medidas que está tomando?

Yo creo que si bien el Estado debe apoyar a la cultura, en el catastrófico caso en el que no lo haga, creo que la cultura sobrevive igual. Ya somos un país con arte increíble… Creo que si hay algo que hay en Argentina es talento, creatividad e ingenio. Y eso es mucho más fuerte que cualquier gobierno. Y además, la cultura no es algo debilucho que hay que sostener. La cultura está y existe, y siempre encuentra sus maneras de expresarse.

¿Ves esnobismo en el mundo del arte?

Sí, 100% y me parece que estaría bueno «desesnobizarlo». Mucha gente tiene miedo o demasiado respeto y no se anima a hacer preguntas, porque cree que no sabe de arte. ¡Si vos cuando escuchás una canción no decís “no puedo opinar porque no sé de música”! Lo importante es qué te produce, a qué te hace acordar. ¡Podés opinar todo lo que quieras y hacer las preguntas que quieras! Ninguna pregunta es boluda, y no tenés que saber de arte para disfrutarlo. Creo que a veces el lenguaje tan críptico que se usa, o el arte conceptual, hace que se vuelva un gusto adquirido.

¿Intentás cambiarlo?

Hago algo que es muy poco cool y es que cuando publico una obra en Instagram, pongo un pequeño texto y explico qué me llevó a hacerla. Me sigue un montón de gente que no es particularmente entendida del mundo del arte, entonces me parece que está bueno dar una puntita para agarrarse… Creo que hay un re laburo para hacer ahí de desacralizar e invitar a la gente a hacer preguntas, disfrutarlo, y no tenerle miedo.

«A la escena del arte de Buenos Aires la veo increíble. Me cuesta comparar con otras épocas porque no viví tanto, estoy en este mundo hace doce, trece años, y hay galeristas que trabajaron cincuenta años y quizás tienen más perspectiva. Pero sí, justo ahora tengo una amiga artista que expuso en Londres y me decía que si bien allá hay mucho más presupuesto, no hay nada que envidiarle a la calidad de la obra. Encima la escena es inagotable…»

Contanos cuáles son tus cinco artistas favoritos del momento.

¡Me es demasiado difícil circunscribirme a 5! Entre muchos que me fascinan, están: Santiago Poggio, Julián Prebisch, Jimena Travaglio y sus tapices de cuentas, el dúo Chiachio & Giannone y Daniel Basso.

¿Y tus spots imperdibles de Buenos Aires?

Diría: el Círculo Militar (Palacio Paz) con sus salones ornamentadísimos, La Gran Paternal (circuito de talleres de artistas en espacios industriales), Santa Inés (restaurante en Paternal, cocinan riquísimo y con precios muy accesibles), Hola Chola (restaurante informal vegetariano para almorzar por mi barrio, mesitas en la calle) y el Museo de Arte Moderno en San Telmo, que es mi museo favorito.

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En MALEVA hacemos fotos y coberturas en video con nuestros equipos MOTOROLA (Edge 40 Neo, Moto G84 5G y Moto G54 5G).