Detrás hay emprendedores curiosos, inquietos y fanáticos del poder de revalorizar/Varios de los proyectos surgieron durante la pandemia/Murano: el material fetiche/Las historias y las joyitas que consiguen/Locales online y físicos
Es tendencia: Los objetos vintage son un boom / ¿Qué nuevas tiendas que conocer? Por Azul Zorraquin.
Son objetos únicos, rescatados y curados del montón de piezas viejas que hay dando vueltas, portadoras de historias, y listas para vestir espacios nuevos. Estos proyectos tienen en común que sus dueños son curiosos, inquietos y fanáticos del poder de revalorizar. Algunos por accidente, otros por herencia o por hobbie, se vieron descubriendo – y atesorando – joyitas, y decidieron ofrecerlas al mundo. El murano italiano, oriundo de Venecia, es uno de los protagonistas de todas estas historias.
1) Vieja: un proyecto gestado en la pandemia con manifiesto y muchos objetos de los 70 y 80
Vieja se gestó durante la pandemia y el boom de las redes sociales. Pia y Lucía descubrieron este nicho gracias a la “vieja” de una de ellas: “Es fanática de la decoración, iba a remates regularmente y tenía de todo; la idea arrancó cuando le ofrecimos arrancar a vender sus cosas y aceptó”, explican. A partir de ahí, se juntaron, sacaron fotos, redactaron un manifiesto y su idea pegó muy bien: “Tuvimos mucha repercusión y demanda inmediata”, cuentan alegres y sorprendidas, a la vez.
Así, fueron sumergiéndose en el mundo vintage, en los pasillos de los anticuarios y en los voraces remates. El grueso de sus piezas son objetos de los ’70 y ’80, y muchas piezas de Murano (en la sección #ViejaTeEnseña cuentan la historia de este fascinante material italiano), vidrio palino y acrílico.
¿Cómo comprar? Todas las semanas hay reposición de stock, y antes de subir los hallazgos a la tienda online, hacen un adelanto en Instagram y ponen un recordatorio; de esta manera, “a quien verdaderamente le interesa que esa pieza sea suya, se pone una alarma y concreta la venta”, explican.
Lo más loco que hallaron las chicas de Vieja es una lámpara cuya base era ¡Una concha de cerámica tornasolada! Y los ceniceros de Murano de colores exóticos.
2) Hola Lula: pálpito y experiencia para elegir / Con flamante local propio en el Patio del Liceo / Santa Fe 2729 – Barrio Norte
El nacimiento de Hola Lula fue más pausado: Lucia juntó y acumuló objetos durante un año, y recién ahí, aunque le daba pudor, decidió abrirse una cuenta en Instagram. “Siempre me coparon los objetos en general, nuevos o viejos”, cuenta, “y siempre me gustó ir a ferias, revolver en lugares que no das dos mangos y encontrar una joyita”. Bajo esta premisa, Lula no sigue criterio más que su pálpito para elegir, y además, explica que tiene que imaginárselo siendo usado.
¿Cómo adquirir un Hola Lula? En su tienda online, o presencialmente ¡En su local propio! Recién inaugurado, en la Galería Patio del Liceo, es colorido e invita a cualquiera a entrar y viajar.
Fanática y acumuladora de lámparas, lo más loco que descubrió Lula (y se quedó, por supuesto) fue un velador de vidrio con forma de hongo.
3) Dinastía: un «mundito» de objetos únicos y exclusivos
Dinastía también es un bebé pandemial: surgió en pleno aislamiento, cuando el trabajo de Belén, en dirección de arte, se detuvo. Ella se reinventó de forma natural: “siempre me gustó atesorar ropa y objetos vintage, me da efervescencia buscar cosas y Dinastía se convirtió en todo eso, un mundito de objetos únicos”, cuenta su alma máter. Además, las piezas son portadoras de historias: “Me gusta encontrar objetos que sé que son únicos e imaginarme la historia que debe haber detrás de ellos o pensar en sus anteriores dueños”, explica Belén.
De esta manera, elige y reúne piezas exclusivas, que no se producen en serie, que la enamoran por su calidad, textura, sensibilidad, colores, transparencias, materiales, o simplemente por lo que transmiten. Le parece importante re-valorizar el diseño de las cosas, lo que ya está hecho y está hecho bien.
El descubrimiento más valioso hecho por Belén, fue una lámpara original de los ’70 que consta de dos manos sosteniendo un globo de luz.
¿Qué hacer para ser dueño de un Dinastía? Hay tienda virtual. Al principio, había re-stock todas las semanas, pero hoy, “me di cuenta de que es posible ir más lento, con un consumo sensato, motivado por la valoración del objeto, con tiempo de imaginarlo en su casa», explica Belén. Cada pieza que incorpora, tiene mucho tiempo detrás.
4) Becoko: atemporal y armónico, cuando «nada es porque sí»
Becoko se gestó con la idea de apreciar y llevar arte a lo cotidiano, y a las cosas con las que interactuamos a diario: “Nuestros objetos o muebles son atemporales; no nos enfocamos en una una época o estilo en particular sino en que las cosas que encontramos y restauramos puedan transportarnos”, explica Camila. De esta manera, se enfoca en armar sets enteros inspirados en algún lugar, época, concepto o hasta una película, buscando que todo sea armónico.
¿La tienda? Es online, y hace envíos a todo el mundo. Se toman el trabajo de no sumar cosas “porque sí”, ya que los sets requieren de diseño, alinear ideas y a la vez ofrecer distinción y novedad. También tienen como regla no vender objetos rotos o averiados, y muchas veces antes de ingresarlos los restauran.
5) Un lugar así: intuición para descubrir joyitas / Showroom en Colegiales
El proyecto de Luna y Juan, por su parte, se dio casi por accidente. Ambos iban religiosamente, por pura diversión, a un remate en Almagro a ver qué encontraban. Sin darse cuenta, empezaron a acumular y, a modo de experimento, abrieron una cuenta en Instagram sin mucha expectativa, “ mucho más rápido de lo que creíamos, vendimos todo y muchísima gente nos escribió para alentarnos, bancar el proyecto y pedir que subiéramos más cosas”, cuenta el equipo. Así, no les quedó otra que seguir buscando joyas y alquilar un espacio para guardarlas, porque ¡Ya no entraba nada en sus casas! El criterio de selección para ellos, no existe: “Es solo intuición y cosas que nos gustan a nosotrxs y que creemos que tendríamos en nuestras casas”. Fin.
Uno de sus hallazgos más cool fue un sillón curvo que encontraron destruido, sin patas, y cuando salió del taller re-tapizado, en una pana verde majestuosa, no lo podían creer. Este ítem les dio el empujón que necesitaban para confiar en el proyecto.
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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados.