Desde Punta Ballena hasta la frontera de Uruguay con Brasil/ Paseos, gastronomía, relax, atardeceres y navegación/Crónica en primera persona/ Los diez clásicos que siempre marcan la agenda del otro lado del charco
Club Hotel Casapueblo, construído por el gran Páez Vilaró, en Punta Ballena
#Verano2020
Es tendencia: los diez clásicos de Punta del Este que vuelven a marcar la agenda del verano. Por Victoria Schirinian (desde PDE)
Antes de empezar quiero aclarar que esta es una nota totalmente subjetiva. Traté de pensar en lugares objetivamente buenos, que les iban a gustar a la mayoría de los lectores, pero la verdad es que prefiero ser honesta desde el principio y decirles que esta lista sale de lo más profundo de mi memoria afectiva y mi nostalgia. Como conté más de una vez en MALEVA, Punta del Este es el lugar al que vengo todos los veranos (y los inviernos también, cada vez más) desde que tengo recuerdo, y desde antes también. Dicen, mis padres, que el único verano que no pudieron pasar año nuevo en Punta fue el año que nací, capricorniana, un 28 de diciembre en Buenos Aires. Apenas el doctor dio el visto bueno, me subieron a un avión todavía en mi moisés, y esa fue la primera vez que conocí este lugar.
Como a esos sitios a los que vas de toda la vida, y hacés los planes de siempre, a mi también veces me agarra el momento de jugar a la detective-cronista exploradora y querer ver un poco más. Digo: no puede ser que no haya más para ver, nada nuevo, o nada viejo renovado. Y ahí empieza la peli de recuerdos donde me acuerdo de lugares, sensaciones, personas y voy a ver si todavía está abierto, a ver si están las cosas que recuerdo que siempre estuvieron ahí.
Quizás sea un efecto de la edad, que me voy poniendo mayor y nostálgica al mismo tiempo, o de que veo a este pueblo cambiar y quiero volver corriendo a las imágenes que tengo de mi infancia. También puede ser que parte de crecer sea revisitar aquellos lugares mágicos con los que idealizamos nuestra infancia para verlos con los ojos de la madurez y elegirlos, o no, por lo que nos representan hoy y no por los recuerdos felices que tenemos de las fotos en blanco que miramos cada tanto en la casa de nuestros padres o abuelos. Todo es válido y hermoso cuando se trata de recuerdos de vacaciones. Lo que quiero decir es que a mí esta segunda quincena de enero me pegó así y me encontré con lindas, ricas y muy gratas sorpresas en Punta del Este.
Los recuerdos ahora tienen nuevas historias y nuevas fotos, selfies tal vez, boomerangs llenos de efectos de Instagram, y más sentido porque lo que elegimos otra vez tiene el filtro de la felicidad asegurado. Podría escribir horas más acerca de esto y nunca decirles cuáles son esos disneylandias del Este para mí, pero ahí sí creo que se aburrirían y cerrarían la ventana del navegador para ponerse a mirar videos de gatitos en YouTube. Así que sin más vueltas, ahí vamos. Estos son los 10 clásicos de Punta del Este que (para mí) vale la pena volver a visitar.
1) CLUB DE LOS BALLENEROS: UN CLUB DE YATCHING CON UN RESTAURANTE INSPIRADO EN LA POLINESIA, SOBRE EL MAR, Y UN SUSHI EXCEPCIONAL/ PUNTA BALLENA
Bajando por una calle de curva y contracurva justo abajo de Casa Pueblo empiezo a sentir que estoy en un pueblito de Italia o Portugal. Llegar al Club de Los Balleneros es asombrarme y sentir que sí, que el recuerdo era increíble porque el lugar lo es y alegrarme por haber elegido este restaurante para pasar mi cumpleaños, unos días antes del año nuevo. El lugar es literalmente un club de yatching con una enorme piscina de agua salada, gran jardín con reposeras y sombrillas de madera y esterilla y el mar ahí, las olas rompiendo contra el muro. Inspirado en la arquitectura de la Polinesia el lugar fue diseñado por Carlos Páez Vilaró a mediados de los años sesenta. El restaurante, con vista a la piscina y al mar, está a cargo de Diego Marfetán y el pescado es de lo más fresco que se consigue en Punta del Este. El sushi es increíble y a la carta se suman siempre sugerencias del día según la disponibilidad de material prima fresca. Abierto mediodía y noche durante diciembre, enero, febrero y marzo, sin dudas es uno de mis hallazgos de esta temporada.
2) ARBORETUM LUSSICH: UN PARQUE BOTÁNICO EN LA RESERVA FORESTAL MÁS GRANDE DE URUGUAY, CON UNA VISTA IMPLACABLE DESDE EL MIRADOR/AV. ANTONIO LUSSICH 100, PUNTA BALLENA
También en Punta Ballena se encuentra la reserva forestal más grande de la zona, en un parque que es como un jardín botánico con más de 300 especies entre nativas y extranjeras. Una caminata por el arboretum con olor a verde y el sonido del viento entre las hojas sin dudas me transporta a mi infancia solo que ahora, cuando llego al final de la subida del mirador, me puedo quedar horas mirando ese paisaje increíble entre las sierras, el mar y la Laguna del Sauce.
3) EL JAGÜEL: UN INMENSO PARQUE CON VARIAS PLAZAS DE JUEGO PARA TODAS LAS EDADES, ESPACIOS DE PICNIC Y PARRILLEROS/ AV. APARICIO SARAVIA, CAMINO A LA BARRA, PUNTA DEL ESTE
Las últimas vacaciones de invierno mis hermanos insistieron en volver al Jagüel, el parque temático al que íbamos mucho de chicos y que estuvo abandonado por casi 10 años hasta su reapertura hace unos dos. Yo, un poco escéptica, tenía miedo de deprimirme porque se me pinchara el recuerdo mágico que tenía de sus enormes figuras en fibra de vidrio inmersas en el bosque. Pensé que sería una pavada para niños, una plaza más. Me sorprendí para muy bien cuando llegamos y descubrimos un parque enorme dividido por plazas de juegos por edades para niños desde bebés hasta mayores de 6. La entrada es gratis ya que se trata de un parque Municipal y está pensado para pasar el día con espacio para picnic y parrilleros en el bosque. Juegos supersónicos y desafiantes, de escalada y toboganes altísimos. También juegos con sonido, interactivos e inclusivos. Y, por sobre todo, me alegró mucho ver que las enormes jirafas de fibra de vidrio aún estaban allí… Y el oso y el perro salchicha también.
4) LA TORRE DE LOS WAFFLES: LA POSADA DE TÉ FRANCESA QUE NO DEJA DE SER UN CLÁSICO PARA DISFRUTAR DE LOS WAFFLES MÁS FAMOSOS DE URUGUAY (Y SUS JARDINES)/ CARNOUSTIE Y DEL AGUA, PUNTA DEL ESTE
Así le llamábamos de chicos pero el nombre correcto es L’Auberge, que en francés quiere decir la posada. Todavía me acuerdo cuando mi abuela o mi madre decían que íbamos a comer wafles a la torre de los wafles, la euforia entre mis hermanos y primas y también me acuerdo del crocante y de esa salsa de dulce de leche caliente que metíamos en los enormes cuadrados de cada wafle. Bueno sí, acá todo sigue siendo igual de tradicional e igual de delicioso y el paseo por el jardín de la posada completa la experiencia. En palabras de sus gerentes: “Los waffles de L’Auberge mantienen su tradición con 72 años de historia, y se elaboran artesanalmente uno a uno, con cocción a fuego en las waffleras traídas originalmente de Bélgica en el año 1948. Si bien la receta de la masa y las waffleras de hierro siguen siendo las mismas, hemos incorporado opciones de salsas, a pedido de los clientes”. Y siguen: “Originalmente los waffles se servían sólo con miel. Hoy tenemos salsas caseras de dulce de leche, chocolate belga, crema, mermeladas de frutilla y damascos, frutas naturales y helados. Incluso una opción salada de queso”. Esta gran casa de té merece una revisita y no hay que esperar a un día de lluvia para ir (como cuando éramos chicos) porque el lugar y el jardín son tan lindos que vale la pena visitarlos. Abierto todos los días en verano desde las 16hs.
5) YATCH CLUB URUGUAYO: EL BODEGÓN DE MAR CON LAS MEJORES RABAS DEL ESTE/ RAMBLA GENERAL ARTIGAS, ENTRE CALLES 6 Y 8, PUNTA DEL ESTE
Frente al puerto, sobre la rambla de Punta del Este, este clásico de los clásicos es el caballito de batalla del buen comer, el buen servicio y la buena experiencia. Sus mozos tradicionales vestidos de camisa blanca cruzada son de esos que en mesas de a 12 personas escuchan todo el pedido y traen exactamente lo que les pediste, sin anotar. Instalado en el mismo sitio desde hace más de 30 años, me acuerdo ir mucho de niña cuando en invierno en Punta del Este había cuatro o cinco restaurantes abiertos. Es el bodegón de mar a mi entender, donde podés comer los típicos platos de la cocina de acá con ese sabor de lo hecho en casa. La pesca del día siempre fresca, el pulpo con papa escrachada y los mejillones y rabas de las mejores de la zona ¡No se pierdan su carta de postres!
6) CONFITERÍA LES DELICES: DESAYUNAR O TOMAR EL TÉ CON LA MEJOR PASTELERÍA HOLANDESA DE LA ZONA, ¡OBLIGATORIO PROBAR LOS CAÑONCITOS DE DULCE DE LECHE Y CREMA PASTELERA!/ LAS GAVIOTAS 29, PUNTA DEL ESTE
La casa de mis abuelos estaba sobre la misma calle a dos cuadras de esta confitería. Tengo un recuerdo muy marcado de mi abuela diciendo vamos a tomar un cafecito a Le Delisss en su francés impecable y que a mí me irritara un poco que no lo dijera en castellano: Las Delicias, abuela. Fue recién hace algunos años que caí en la cuenta de que el lugar efectivamente tiene su nombre en francés y no en español: Les Delices dice su cartel en la esquina de las calles 20 y 29. Otra cosa que me acuerdo es caminar esas dos cuadras desde lo de mi abuela hasta la confitería y volarnos literal del viento que había. Doblar el cuerpo como una C hacia adelante para caminar hasta poder llegar ahí y comer el mejor cañoncito de dulce de leche. Este año el lugar va a cumplir cuarenta años abierto: todo sigue igual pero mejor en Les Delices. Hoy lo elijo para desayunar o tomar el té y está abierto todo el año lo cual me da la sensación de refugio de la memoria, del frío y del alma. De su pastelería inspirada en la holandesa, destaco el strudel de manzana y los cañoncitos de dulce de leche y de crema pastelera.
7) EL PUERTO Y LA ISLA GORRITI: UN PLAN ALTERNATIVO CON LANCHA COLECTIVA (SIN RESERVAS) PARA NAVEGAR Y DISFRUTAR DE LA ISLA/ SOBRE EL RÍO DE LA PLATA
Todos los días vamos a la misma playa y hacemos la misma rutina: playa, almuerzo/siesta, playa. Suena muy bacán pero así se supone que son las vacaciones. Para hacer algo diferente, un paseo a la Isla Gorriti me pareció genial. Embarcarse en el puerto donde de paso podemos saludar a los lobos marinos y navegar por el Río de la Plata unos veinte minutos hasta llegar a la isla. Esa que está enfrente de la playa Mansa, que vemos siempre con nostalgia de querer ir. La lancha colectiva vale desde 200 a 300 pesos uruguayos ida y vuelta con salidas a cada rato y no hace falta reservar. Una vez llegamos a la isla, cruzamos el bosque caminando y del otro lado la playa espera mirando al infinito del mar.
8) CASAPUEBLO: LA OBRA DE PÁEZ VILARÓ, QUE CON ESTILO MEDITERRÁNEO, ES EL EMBLEMA DE PUNTA BALLENA/ MAR DE LIGURIA STREET, PUNTA BALLENA
Punta Ballena en general lo relaciono a los clásicos de Punta del Este. Y uno de los emblemas de Punta Ballena es claro, Casa Pueblo. Esta construcción blanca que se hizo con las manos, desafiando a las líneas rectas, como una escultura monumental. “Pido perdón a la arquitectura por mi libertad de hornero” dijo en su momento su creador Carlos Páez Vilaró. En tiempos de lo efímero, en tiempos donde los lugares abren solamente por 20 días para la alta temporada de Punta, creo que volver a estos lugares con historia está bueno para conectarse un poco más con nuestro ritmo natural y bajar la ansiedad del todo ya. El museo taller Casa Pueblo es un recorrido de la vida y obra de Carlos Páez Vilaró con cuadros, murales, poesía y videos documentales. Se encuentra allí su serie Tangos, hechas en Buenos Aires y Uruguay, su serie Arenas con textura y su serie Soles, el leit motiv de mucha de su obra.
9) HOTEL LA SOLANA: UN HOTEL BOUTIQUE DE SOLO SEIS HABITACIONES CON VISTA ÚNICA AL ATARDECER/ RUTA INTERBALNEARIA KM 118, PUNTA BALLENA
El parador de Solanas también venía a mi recuerdo como un clásico al que iba a tomar el té de chica. Pero el plan no era ir así salida de la playa, llena de arena y el pelo salado, sino bañarse, vestirse linda y salir. En un edificio del genial arquitecto español Antonio Bonet su techo de triple altura me fascinaba. Hoy el salón ya no es lo que era, las costumbres cambiaron y el lugar se extendió con un enorme deck con toldos y sombrillas más cerca de la playa. Puede ser bastante ruidoso durante la tarde y la magia de tomar el té en un edificio moderno a mi entender ya no está. Pero lo que sí me gustó y me llamó la atención es el hotel boutique que se encuentra justo ahí en un edificio de 1947 proyectado por Bonet que hoy es considerado y protegido como un Monumento Histórico Nacional. Con solo 6 habitaciones, el hotel boutique La Solana ofrece en un ambiente de madera y piedra cómodas habitaciones con vista al mar y ventanales de piso a techo que permiten una conexión íntima con la naturaleza y una vista privilegiada a uno de los atardeceres más lindos de Punta del Este.
10) EL CHUY: EL PLAN PARA LOS DÍAS NUBLADOS, SOBRE LA FRONTERA CON BRASIL. PASEO, COMPRAS, ALMUERZO Y PLAYA/ BARRA DE CHUY, ROCHA, URUGUAY
Para los que veraneábamos largo en Uruguay y nos tocaban días nublados un plan infaltable era agarrar la Ruta 10 rumbo al Este y luego la 9 al Norte para llegar a la frontera con Brasil sobre la costa. Ese híbrido entre ojotas de plástico, sombreros de cuero, plantas tropicales y vacas es el famoso Chuy del lado uruguayo o Chuí del lado brasilero. Por un lado, la frontera está igual que hace veinte años en cuanto a infraestructura: es sucio, caluroso y suele estar lleno de gente. Del lado uruguayo se enfila un freeshop al lado del otro que ahora son negocios lindos, con aire acondicionado donde venden desde electrodomésticos y artículos de cocina hasta electrónica, perfumes, ropa y más. Del lado brasilero está lleno de supermercados donde venden todo lo rico de Brasil a buenos precios como la leche de coco, granola, Nescafé y tapioca. Eso sí acá no esperen aire acondicionado ni limpieza pero Brasil es siempre pintoresco y ya escuchar el idioma o la música me pone de buen humor. De ese lado también hay muchos restaurantes tenedor libre con buena comida a buenos precios y los famosos espetinhos (brochetes de carne al fuego) o queijo quente que me trasladan inmediatamente a las playas de Rio de Janeiro. Hoy me parece un buen programa ir a la mañana al Chuy, hacer compras, comer algo ahí e irse a alguna de las hermosas playas de Rocha como la Barra del Chuy, Punta del Diablo o La Fortaleza de Santa Teresa a pasar el resto del día, para que el paseo valga la pena el viaje.
Fotos gentileza Dirección de Comunicaciones Intendencia de Maldonado.