Buenos Aires pasada de rosca con lo italiano: “Hay un resurgir, que comenzó en Europa y llegó a la Argentina, un revival de la Italia de la riviera”. El auge de Puglia, Amalfi, Sicilia y el espumoso como inspiraciones de las más recientes novedades porteñas. 11 coordenadas de la movida tana en la ciudad y spots en la provincia para escapadas gastro.

La Piccola: apertura que rescata la tradición de la pasta casera.
Es tendencia: la Dolce Vita is back. / Buenos Aires (y alrededores) pasada de rosca con lo italiano. / Once restaurantes deliciosos que lo demuestran. Por Caro Cerimedo para MALEVA.
Un ristorante y mercato con el estilazo de Capri y los colores de la costa amalfitana abrió en una mansión de Recoleta que fue una prestigiosa galería de arte. Para los pottery lovers, una cafetería escondida que sirve pistacchio latte en tazas de cerámica schizzata (hechas a mano por su dueña) llegó a Dorrego y Niceto. El nuevo ciclo de espumoso italiano y antipasto de autor en el jardín más lindo de Barrio Parque. Una casona de Belgrano fue restaurada con alto glamour para servir pizzas napolitanas. Lo italiano está a pleno en la ciudad. ¡Y la provincia! (con más novedades en Hudson, La Plata y Arrecifes para hacerse una escapada gastro). La Dolce vita is back.
Primero fue una tendencia europea: no fue en Roma ni en Milán, la colección de Alta Moda de Dolce & Gabbana se presentó en el histórico pueblo de Alberobello (Patrimonio de la Humanidad) para celebrar la artesanía local como cestería y bordado, en el desfile más auténtico de la firma. Precisamente, por el camino a la plaza había puestos de mujeres amasando taralli, los adictivos roscos de pan frito típicos de Puglia, en un paisaje de olivos y viñedos con el mar de fondo. Ahora, la riviera viajó hasta acá. La italianidad al palo está en Buenos Aires: acá, once coordenadas que confirman la movida.
«Un ristorante y mercato con el estilazo de Capri y los colores de la costa amalfitana abrió en una mansión de Recoleta que fue una prestigiosa galería de arte. Para los pottery lovers, una cafetería escondida que sirve pistacchio latte en tazas de cerámica schizzata (hechas a mano por su dueña) llegó a Dorrego y Niceto. El nuevo ciclo de espumoso italiano y antipasto de autor en el jardín más lindo de Barrio Parque. Una casona de Belgrano fue restaurada con alto glamour para servir pizzas napolitanas…»
1) Sicilia Deco e Caffe: una cafetería italiana escondida, con cerámicas y patio de limones al estilo pugliese. / Beláustegui 700 y Av.Dorrego 1588 (Villa Crespo y Chacarita casi Palermo)

“Antes, lo que estaba de moda de Italia, lo que se conocía y se consumía, era lo más popular, por ejemplo la tarantella. Ahora hay un resurgir, que comenzó en Europa y llegó a la Argentina, un revival de la Italia de la riviera. Ahí viene el auge de Puglia y de Sicilia, que son zonas donde la historia y la cerámica tienen mucho impacto. De allí viene la técnica que yo practico – schizzato – y en la que realicé las tazas de nuestra cafetería”, explica Lu Bo. También son típicos de allá los limones: a principios del siglo XX, la economía del norte de la región de Apulia – una península sobre el mar Adriático – floreció gracias a la exportación del limón más antiguo de Italia.
Codiciado en todo el mundo, el limoncello se impuso como la mejor forma de saborear este cítrico especial, en honor al cual Lu estrenó un nuevo local: Sicilia Il Cortile, que acaba de abrir en Chacagiales, a pasos del Mercado de Pulgas de Dorrego, en una típica casa antigua con patios. La refacción llevó un año, para crear un espacio de sabores y decoración con la onda de la Dolce Vita italiana. Paraíso de la focaccia (tremenda la de stracciatella con pesto trapanese y genovés), el pistacchio latte, el cornetto, y tortas que se pasan, como la frangipane. Otra opción es visitar la sede original: esta es la época divina de la ochava más linda de Villa Crespo, cuando está en flor. Todo lo que está bien en primavera para sentarse a disfrutar de un aperitivo. Me pido un limoncello Spritz y un panino de caponata. “Hay un revamp de la dolce vita, de ese concepto y sus musas, como Sophia Loren. Nosotros queremos revivir esa Italia, y el dolce far niente”, resume Lu.
2) Casa Veltri: ristorante y mercato en una mansión de Recoleta que parece salida de Capri. / Juncal 1642 – Recoleta

En una casona histórica que supo ser la galería de arte más prestigiosa de Buenos Aires, funciona uno de los últimos italianos all day de la ciudad: abre todos los días en horario corrido como restaurante de pasta e risi, café, pastelería italiana (hay sfogliatella), mercato y pastificio artesanal donde solo se utiliza harina italiana y huevos orgánicos. ¡Amamos la variedad de risottos!, que se preparan en el momento con arroz carnaroli: mare e monti con langostinos y portobellos, alla milanese con ossobuco braseado, de hinojo, queso azul y nueces.
El gastrónomo italiano Sebastián Raggiante, con trayectoria en restaurantes con estrellas Michelin de Europa y propietario de Raggio Osteria en Palermo (destacada por la Guía Michelin Buenos Aires) es el chef asesor de esta apertura que no tiene ni dos meses. Allí conviven la herencia italiana, el pulso contemporáneo y una propuesta que se despliega desde la mañana hasta la noche bajo el nombre original de la casa que abastecía de antigüedades y cuadros a la alta sociedad porteña y la realeza europea: Veltri.
En homenaje a este legado, el restaurante se inspira en la elegancia de Capri y los colores de la costa amalfitana – blancos, azules y un rojo profundo – que impregnan la nueva identidad visual de esta mansión de principios del siglo XX. La ambientación dialoga con el pasado artístico de la casona, que renace en un espacio donde la estética es parte de la experiencia gastronómica que lidera el chef Nicolás Raimundo. Una celebración de la cocina italiana y la cultura. De la belleza noble y vivible. Con su chimenea, sus salones y su aire de galería, Casa Veltri propone recuperar el esplendor y gozarlo en el presente. Caprese de remolacha, fiordilatte, pecorino y aceite de hierbas. Orecchiette al ragú napoletano. ¡Los agnolotti del plin con crema di parmigiano e tartufo son un mil! Igual que el budín de amaretti. Para tomar podés pedirte de un negroni perfetto a un garibaldi o un espresso martini.
3) Mafia: pizza napolitana en vajilla de cristal en una casona restaurada de Belgrano. / Roosevelt 2108 – Belgrano.

La nueva casa de la pizza y el champagne en Buenos Aires tiene paredes con molduras, mesas de mármol, sillones aterciopelados e impresionantes cortinados: “Creemos que la pizza puede ser más que una experiencia al paso y tener el mismo refinamiento que cualquier otra comida”, arriesga Mateo Báez. El chef abrió a fines de septiembre, junto con su hermana Azul, una pizzería de lujo de estilo napolitano que recuperó una mansión belgranense y el brillo de los ‘90 en Argentina.
Además de las eclécticas variedades de pizza de masa madre (nos quedamos con la cossaca, con salsa de tomate italiano de larga cocción, albahaca, ajo confitado, parmesano estacionado y oliva; o la de crema de calabaza, guanciale crocante, fiordilatte y toffee de nueces) hay espárragos grillados y ensalada de puerros confitados con radicchio rosso.
Los dulces, siempre acompañados de helado, refuerzan la idea de disfrute y el guiño italiano. “Argentina es el país más europeo de Latinoamérica y queremos volver a sentir esa conexión. Qué mejor que por medio de la comida”, propone Mateo.
4) Alsur: Italia muy arriba en el primer hotel cinco estrellas de la zona sur. / Sheraton Greenville – Hudson, junto al country Abril.

El desembarco de Sheraton Greenville Polo & Resort en Hudson trae un nuevo destino de naturaleza y gastronomía a 25 minutos de la city. El plan es perfecto: escaparse cualquier noche o mediodía a probar el menú primavera firmado por Javier Marrone. El chef ítalo-argentino – que en julio abrió su propio restaurante di cucina italiana Dinonna en Lanús Oeste – trabajó con Germán Martitegui en Olsen, fue parte de la apertura de Novotel y chef ejecutivo en Sofitel.
Es de familia: su abuelo fue cocinero en Italia y su papá, también italiano, tuvo una pizzería en Toronto. Javier creció aprendiendo las costumbres de la región costera de Abruzzo que balconea sobre el mar Adríatico, que fue el territorio más septentrional del antiguo reino de las Dos Sicilias y hoy tiene tres parques nacionales y 38 áreas protegidas. Javier es un enamorado de la naturaleza y el producto: “En Italia, con apenas tres ingredientes frescos se prepara el mejor plato de tu vida. Lo que más me gusta transmitir es la esencia de la cocina italiana: lo casero, lo simple y lo sano. En Alsur trabajamos así, cocinamos con conciencia y amor por los productos”.
Así lo sentimos en el carpaccio de ananá, brotes, pistachos, miel y especias que sale con el queso de cabra a la plancha. Otra entrada hermosa es la burrata de búfala con jamón serrano, rúcula, tomates secos confitados y polvo de olivas negras. Luego hay que ir por los canelones de salmón rosado y ricota gratinados con bechamel y brie más espinacas baby en manteca cítrica. O el risotto cremoso de hongos, brócoli, mascarpone y almendras tostadas. De postre: mini rogel con merengue italiano.
5) La Piccola: como en la capital siciliana pero en el Palermo porteño. / El Salvador 5801 – Palermo.

En abril abrió esta trattoria de pastas frescas de espíritu joven: se hacen a mano, todos los días. La tradición de la pasta artesanal en un entorno contemporáneo y estiloso que evoca a la elegancia italiana e invita a disfrutar, Spritz en mano. Hay que arrancar con melanzane parmigiana, un sello de Nápoles. Los fusilli alla siciliana son una bomba, también los gnocchi di patate alla sorrentina. La especialidad son los trofie, pasta de forma rizada típica de la costa de Liguria que sale con pesto e stracciatella. Para cerrar, meringata con helado de crema y frutillas.
6) Cavalleri O’Clock: el nuevo ritual del aperitivo italiano en el jardín y la vereda de Casa Cavia, con DJ set de vinilos. / Cavia 2985 – Palermo Chico.

Un atardecer de burbujas – las del espumoso italiano -, antipasto de autor by Julieta Caruso y música en vivo. La casona más linda de Barrio Parque inaugura un ciclo que trae dos rituales muy italianos: despedir el día copa en mano y disfrutar de la elegancia de Franciacorta: un espumoso fresco y cítrico, elaborado con Chardonnay, con más de 24 meses sobre lías. Representa la sofisticación pura de un DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada): con apenas 3.000 hectáreas Franciacorta es el terruño más prestigioso de Italia para los vinos espumosos de método tradicional. Un lujo que refleja la filosofía de Casa Cavia: ofrecer experiencias que conjugan belleza y hospitalidad, como este aperitivo que se sirve de lunes a viernes, de 16 a 20, maridado con un viaje de sabores mediterráneos: aceitunas marinadas, bocconcinos con albahaca, tomates asados y alcaparras, grisines con jamón di Parma, crostini con boquerones y pesto de hierbas de la huerta del restaurante, gorgonzola con frutos secos y miel.
7) Il Quotidiano: llegó a zona norte con una apertura topísima en Chateau Portal Nordelta.

Manifestar Italia todos los días es el lema de este restaurante que viene de abrir sede en Las Cañitas y ahora va por Nordelta, en un nuevo centro comercial muy top con una terraza divina. Es el lugar para cortar la tarde y hacer el aperitivo: desde las 16 tienen Happy Hour en cocktails. “Desde el primer Quoti acompañamos este ritual y tenemos la promoción de 2 x 1. Es un golazo, se acompaña con una torre de antipasto de dos niveles, está a un precio muy ameno. Es un éxito, se vende mucho”, describe Gastón Caretti. Y profundiza el director gastronómico: “Cada vez más gente se está animando a cambiar el café con leche por un aperitivo cuando baja el sol. La tendencia es volver al aperitivo, por eso también el auge del vermú. Cada vez hay más opciones. Eso ganó un montón de terreno, para mí el aperitivo ha regresado a Buenos Aires. Lo que vemos un montón en los locales es que previo a la cena la gente cambia el chip y se toma un aperitivo, baja un cambio, charla, e incluso se puede quedar a cenar, algo liviano, porque la torre trae de todo”. Olivas en cítricos y tomillo, grisin envuelto en prosciutto, dados de mortadella al pistacchio, bocconcini con tomatitos y pesto, gnocco fritto super crocante con peperoncino y tramezzino de prosciutto en pan integral con queso crema casero. Queda hermoso con un Quotidiano Spritz con licor de sauco, prosecco y lima.
8) Raggio Osteria: como en Italia. / Gurruchaga 2121 – Palermo.

“Mi mayor anhelo es que, al sentarte a comer en Raggio, sientas que estás en Italia”, resume Sebastián Raggiante. El chef italiano busca transmitir la esencia de su patria en Buenos Aires desde su espacio elegante, escondido en la planta baja de un hotel palermitano. La luz es baja, el ambiente es sugerente y el clima es ideal para probar los fuera de carta: tagliolini con hongos de pino de Pinamar; tagliatelle con espárragos, prosciutto crudo y cebolla morada; rigatoni alla norma. “Hay un resurgir de la dolce vita en la gastronomía porteña, se regresa al disfrute y al dolce far niente: la gente está valorando eso en lugar del concepto. En Europa también hay como un revival, lo que se busca es comer bien”, opina Sebastián. Aplausos para el recetario familiar: su panna cotta casera se volvió emblema.
9) La Parolaccia: un antipasto glorioso y el nuevo menú de pasos. / Varios locales.

Si vas en plan picoteo, sí o sí la super tabla de antipasto: jamón crudo, bocconcini, gruyere, tomates secos, spianata, morrón, alcaucil, oliva ascolana y mortadela con pistacho. En cambio, para los que van por un menú de pasos a precio vero amico: El Parolacho está vigente todos los días mediodía y noche y trae de todo. Copa de bienvenida (¡nos encantó en Ramazzoti Spritz!), un agua por persona, un vino D.V. Catena cada dos, café y limoncello casero. De entrada, rabas e zucchine fritte o burrata con prosciutto; de principal sorrentinos Gran Carusso gratinados o fettuccine funghi e óleo de trufa o el abadejo a la siciliana con espárragos a la parmesana. De postre, tiramisú al mascarpone ($ 45.000).
10) La Vecchia Stazione: un nuevo rincón italiano en Arrecifes. / Av.Sarmiento 287 – Arrecifes, Provincia de Buenos Aires.

170 kilómetros al norte de Buenos Aires, en plena llanura pampeana, se levanta una propuesta gastronómica que sorprende y seduce: una trattoria italiana con cocina de autor. Emplazada en lo que fue una antigua carpintería, a orillas de la vieja estación ferroviaria que alguna vez marcó el ritmo de todo. La propiedad conserva su encanto, el piso de pinotea original y la fachada que conviven con un aire sofisticado que evoca a Italia. La idea nació de Clara Inés Ryan, relacionista pública de la noche porteña, con la visión de poner a Arrecifes en el mapa de destinos gourmet. La cocina está a cargo de Lautaro Da Andrea, ex Sucre, con los ravioli di zucca affumicata con salsa de hongos como plato estrella. La carta de coctelería fue diseñada por Anasagasti (ya que sus propietarios también son socios del proyecto) con sabores que oscilan entre lo clásico y lo innovador, además de bebidas italianas como el Vecchio Amaro del Capo.
11) Lo nuevo de lo nuevo: Pasta Rosa La Plata. / Av 53 y calle 10 – La Plata (apertura inminente).
Te adelantamos el inminente estreno en La Plata, una ciudad que nos tiene enamorados. “Me encanta, voy desde chico. Somos de Adrogué, así que la sentimos cerca. La Plata es muy localista, la gente no se va a comer a Puerto Madero o a capital, y tiene un montón de vida; y de historia. Muchas universidades, movimiento, el verde. Nuestra propuesta encaja”, cuenta Marcos Degano sobre el escenario de su próxima apertura. Como un homenaje a su familia de Venecia, Marcos creó este ristorante italiano -que ya conquistó Canning y la zona Sur- donde todo es fatto a mano.
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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados en la nota.