Con la inauguración del patio gastronómico de la villa Rodrigo Bueno (y nuevos espacios similares por venir en otros asentamientos) se consolida un sabroso circuito que promete/Desde la 31 hasta la Fraga de Chacarita/Los cocineros peruanos al frente/Además: ¿qué platos (y dónde) tenés que probar?/Desde ceviches hasta un suspiro limeño épico
Julia Narvaéz, pastelera de la villa Rodrigo Bueno, y su aclamado suspiro limeño
Es tendencia: los emprendedores gastronómicos de las villas / Chefs, platos y restaurantes que tenés que conocer. Por Agustín Gulman. Fotos: Carla Nastri.
Nachito mezcla el pescado, agrega la cebolla prolijamente cortada, jugo de limón, le suma camarones y revuelve sin parar hasta que la cuchara se detiene, vuelca unas gotas de la salsa en su mano y saborea: el ceviche está listo. A unos metros, Francisca acomoda las papas a la huancaína que acaba de cocinar y que un par de minutos después le quitarán de las manos. En un food truck donde la acción no para nunca, Elvis deleita con sus maravillas de la comida fusión. Al fondo, Julia ofrece con orgullo el suspiro limeño, un postre con merengue y canela que causa furor.
El flamante patio gastronómico de la Rodrigo Bueno, en Puerto Madero
«No se trata de un fenómeno nuevo, aunque sí tuvo su explosión en los últimos años. En cada uno de los asentamientos se instalan algunos emprendimientos gastronómicos de altísima calidad y con un alto grado de profesionalismo. Proyectos como el del barrio Rodrigo Bueno se van a replicar en la Villa Fraga, de Chacarita, y en la 31, de Retiro…»
A los cuatro los unen tres particularidades: nacieron en Perú, son grandes chefs que viven en la villa Rodrigo Bueno y sus comidas no tienen nada que envidiarle a los restaurantes más top de la Ciudad. Además de tener sus locales y proyectos gastronómicos en el barrio, hace pocas semanas se sumaron al recientemente inaugurado Patio Gastronómico Rodrigo Bueno, impulsado por el Gobierno porteño, donde hay comidas clásicas de Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina.
1) EL BOOM DE LA GASTRONOMÍA VILLERA: ESTO RECIÉN EMPIEZA
No se trata de un fenómeno nuevo, aunque sí tuvo su explosión en los últimos años. En cada uno de los asentamientos se instalan algunos emprendimientos gastronómicos de altísima calidad y con un alto grado de profesionalismo. Proyectos como el del barrio Rodrigo Bueno se van a replicar en la Villa Fraga, de Chacarita, y en la 31, de Retiro. Allí, sobre una de las calles más transitadas, la Avenida de Los Inmigrantes, se instaló José Luis Zapata hace tres años y medio con su restaurante Las Palmeras “Al principio fue complicado, no conocía el barrio. Yo venía de dar clases de gastronomía hace años y un amigo me ofreció el local”, cuenta a MALEVA mientras cocina y ordena el comercio. “La especialidad de la casa son los pescados y mariscos”, detalla. Y recuerda sus inicios: “Yo quería algo más fino, con manteles y personal con uniforme, pero la gente pasaba y pensaba que era un restaurante muy caro, así que dejé todo de lado y lo hice más rústico, para adaptarme al barrio”.
El boom del local fue en 2017, cuando lo visitaron de sorpresa los reconocidos chefs Donato De Santis y Christophe Krywonis, que habían oído lo bien que se comía. “Hace años me dedico a la gastronomía, pero esta experiencia fue totalmente distinta, me terminé mudando al barrio porque tenía mucho tiempo de viaje y sólo estaba en mi casa para dormir», concluye Zapata.
«…A los chefs que conocimos los une alguna particularidad: nacieron en Perú, son grandes chefs que viven en la villa Rodrigo Bueno y sus comidas no tienen nada que envidiarle a los restaurantes más top de la Ciudad…hace pocas semanas se sumaron al recientemente inaugurado Patio Gastronómico Rodrigo Bueno, impulsado por el Gobierno porteño, donde hay comidas clásicas de Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina…»
Con MALEVA estuvimos recorriendo el prometedor patio gastronómico de la Rodrigo Bueno y conocimos a sus distintos chefs.
1) LENIN URIARTE «NACHITO»: EL REY DEL CEVICHE PERUANO / «PODEMOS SUPERAR A UN MONTÓN DE RESTAURANTES»
A Lenin Uriarte todos los conocen en el barrio como “Nachito”. Su local no sólo es un clásico para los vecinos, que prueban sus ceviches día y noche. En diálogo con MALEVA cuenta que tiene muchos clientes por fuera del barrio que buscan deleitar sus paladares con las exquisiteces de la comida peruana. “La cocina de mi país es de las mejores gastronomías del mundo”, suelta el chef mientras agrega mariscos, condimenta y decora el plato. Aunque el ceviche es su especialidad, también tiene chicharrón de pescados, chaufa de mariscos, rabas y platos con carne y pollo.
“Atendemos con mi señora y mi suegra”, dice desde el food truck. Su local, en el interior de la villa, fue de los primeros, hace siete años. Luego, otros vecinos seguirían sus pasos y apostarían a comidas típicas de Paraguay y Bolivia, aunque el fuerte del barrio, ubicado al margen de la Costanera Sur, a metros de Puerto Madero, son los platosde Perú. “Tenemos la capacidad de igualar o superar a un montón de restaurantes, pero nuestra idea es enamorar el paladar de los clientes con nuestros sabores”, dice Nachito.
2) ELVIS Y SERGIO PAUSCAR: CON EL PISCO SOUR AL PODER (Y SABORES NIKKEI)
Elvis Barrera y su socio Sergio Paucar creen que nada debe demorar más de cinco minutos en prepararse. A ese ritmo y desde un food truck en uno de los barrios más humildes, preparan algunos de los platos más elaborados y exquisitos de Buenos Aires: desde un ceviche neutro que con picante es un manjar, hasta unas pechugas rebozadas acompañadas con salsas, arroyados y causa con crema a la huancaína, entre otros platos. Su local en el barrio se llama “El sabor del pisco sour”, y un menú con entrada, plato principal y bebida cuesta $200.
“Quiero que todos puedan disfrutar de nuestra comida, que prueben la experiencia”, dice el chef, que además da clases de cocina. Elvis llegó desde a la Argentina en 2003 desde Namballe, un pequeño pueblo al norte de Perú, y trabajó en algunos de los restaurantes más top de Buenos Aires, aunque ahora apuesta a Nagasaki Sushi, su emprendimiento de la clásica comida fusión peruana y japonesa.
3) FRANCISCA LATORRE CHAPA: TODO TIPO DE PEQUEÑOS MANJARES, DESDE TAMALES HASTA ANTICUCHOS
Durante años, cuando sus vecinos llegaban de bailar, Francisca Latorre Chapa los esperaba en el su pequeño local con una sopa de mote, una comida potente que requiere varias horas de cocción y tiene mondongo, osobuco, pata de res y cabeza de cordero. Ahora, su proyecto está en el Patio Gastronómico, donde se dedica exclusivamente a las entradas: por entre $100 y $150 se pueden picar exquisitas papas a la huancaína, causa limeña, tamales y papa rellena. Sin embargo, la estrella del local de Francisca son los anticuchos, un verdadero clásico de la comida peruana: es el corazón de la vaca cortado en filetes finitos, condimentados con rachi (una pasta de mondongo hervido y condimentado), que se sirve con papa o choclo, acompañado por una suave crema de ají. Después de probarlo, sólo queda cerrar los ojos y disfrutar.
4) JULIA NARVÁEZ: LA GRAN PASTELERA DE LA RODRIGO BUENO / SU SUSPIRO LIMEÑO ES IMPERDIBLE
“Tenés que probar el suspiro limeño”. La recomendación es insistente y se escucha en reiteradas ocasiones. La autora del postre más deseado es Julia Narváez, que desde hace cuatro años se dedica de lleno a la pastelería y ofrece algunos de los dulces más deseados del barrio Rodrigo Bueno. “Está elaborado a base de leche condensada, leche evaporada, tiene huevos, lleva merengue italiano y canela molida por arriba, para dar el toque final”,enumera la pastelera, creadora del emprendimiento Dulce Tentación. Además, ofrece otros postres clásicos del altiplano, como tortas heladas con bizcochuelo de vainilla y naranja y una mousse de frutilla ideal para los días de verano. “En nuestro barrio hay una muy buena gastronomía”, asegura. Además de ofrecer sus delicias en el Patio, las vende por las redes sociales.
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