Chupitos fue el pionero
La cerveza ya es palabra mayor en nuestro país hace bastante tiempo. Infinitas cervecerías artesanales inundaron las calles porteñas y, aunque parezca que en algún momento se va a extinguir el boom, ese fin sigue sin llegar. Pero este fanatismo cervecero no se limita solamente a la apertura de bares, o a los nuevos gustos y marcas, sino que también comenzó a expandirse puertas adentro, a tal punto que existe un juego en su honor y con su nombre.
Estamos hablando del Beer Pong, el famoso juego cervecero que, importado de Estados Unidos – claro está, allá es casi una religión –, llegó para quedarse y se instaló como un clásico de las previas con cada vez más adeptos. Su popularidad lo llevó también a algunos de los bares de la ciudad, donde en hasta llegó a convertirse en torneo.
En ambos extremos de una mesa – usualmente de ping pong para respetar los orígenes y formalizar el juego, aunque siempre está la versión casera con una mesa normal –, se ordenan diez vasos en forma de pirámide, y se los llena de cerveza. No mucha, porque puede caerse, pero no demasiado poca, porque la idea es tomar lo suficiente. A cada lado de la mesa se instala un equipo y, una vez enfrentados y acomodados, empieza el juego.
El objetivo es claro: tirar la pelota de ping pong de modo tal que emboque en los vasos del contrincante. Si se logra, algún miembro del equipo perdedor tendrá que tomar la cerveza del vaso en cuestión, y sacarlo del juego. Así, irán quedando menos vasos. Se entiende la idea: el ganador será quien logre embocarla en todos los vasos, haciendo que el contrincante se quede sin (y, por ende, se los haya tomado todos).
Desde ya que el juego es un ritual que se adapta a cada grupo de amigos y, como tal, tendrá reglas alternativas: si pica la pelota vale doble, el contrincante puede sacar la pelota con la mano – o soplando – antes de que entre en el vaso, se juega con más o menos de diez vasos por equipo, la cantidad de miembros son dos, tres, cuatro, y así siguen las infinitas variaciones.
Así que ya sabés, si querés jugar andá practicando tu puntería. Y si no, más vale que te guste la cerveza, porque vas a tomar bastante.
1) CHUPITOS: LO INCORPORARON HACE CINCO AÑOS Y HOY ES PARTE DE LA PERSONALIDAD DEL BAR / SUCURSALES EN PALERMO SOHO, PALERMO HOLLYWOOD, LAS CAÑITAS Y CASTELAR
Se puede decir que fueron quienes trajeron, por primera vez, el Beer Pong al plano de los bares en Argentina. Allá por el 2012 comenzó esta tradición que ya es parte inherente de su estilo, junto a sus más de 150 versiones (muy divertidas y originales) de chupitos. Con más de una sucursal en la ciudad – aunque las más famosas son las de Palermo – este bar se consolidó con una personalidad muy propia.
Para jugar, es tan fácil como pagar una mesa que viene con la cerveza incluida. Hasta puede que termines jugando sin pagar, porque a algún equipo entusiasmado le faltó contrincante. Además del Beer Pong, se ofrecen otros juegos como la Ruleta o el emblemático duelo de chupitos.
2) BUDA BAR: TORNEOS ORGANIZADOS POR BAIS, LA ORGANIZACIÓN QUE CREA ACTIVIDADES PARA EXTRANJEROS / COSTA RICA 4659, PALERMO
Todos los jueves, este bar se convierte en la sede del torneo de Beer Pong de BAIS, organización que se encarga de generar actividades semanales para los jóvenes extranjeros. Además de la oportunidad de jugar y ganar distintos premios, se genera un escenario para conocer gente de todo el mundo.
De 22 a 00h la entrada es gratis, y si no, sale entre $150 y $200 dependiendo de la hora que llegues. Con premios como un viaje a Iguazú con BAIS o una cena para dos personas, se crea, sin duda una forma diferente de jugar en un ambiente muy divertido.
7030 BAR: TAMBIÉN PODÉS APRENDER A JUGAR EN ESTE ESPACIO CON MUCHA ONDA / THAMES 1514, PALERMO
Un bar en Palermo Soho que, sin perder su estilo más sofisticado, decidió incorporar también este emblemático juego. En el pasado organizaron varios torneos, pero según Sebastián, uno de los dueños, actualmente no tienen planes de armar otro. Sin embargo, la posibilidad de jugar está y sale $300: se entrega un litro de cerveza y diez vasos por equipo junto a dos pelotitas y, aunque se suele jugar de a dos personas por grupo, cada uno juega con los que quiera y las reglas que prefiera. De todas formas, las originales están enumeradas en la pared para que, aquel que quiera incursionar por primera vez en el Beer Pong, sepa para dónde encarar.