A Ernesto Bertani (64), nuestro artista de la semana, se lo suele definir como un pintor de lo urbano porque su obra refleja el sentir del habitante de las grandes urbes y pone foco en la vestimenta como simbolismo “de una segunda piel”, como se ve en el cuadro que tenemos de fondo. También los conflictos sociales y las indagaciones sobre distintos fenómenos o sentimientos como el amor y la corrupción (de nuevo, el fondo, manos que se meten en bolsillos de otros, sucesivamente) atraviesan como trama su cuerpo pictórico. Nacido en Buenos Aires y con taller en Parque Leloir, es parte de la llamada “Generación del Setenta”.Utiliza el aerógrafo para trabajar sus obras que realiza sobre géneros de tapicería y casimires. Anualmente presenta sus últimas realizaciones. Un dato interesante es que fue autodidacta hasta los 24 años.
Hacia 1975 estudió escultura en el taller de Leonardo Rodríguez y pintura con Víctor Chab. Dos años después comenzó a exponer. Recibió múltiples premios, entre los que se destacan el primer premio de pintura (1982) y primer premio de dibujo (1983) en el Salón Municipal de Buenos Aires, el Premio Casa de las Américas, en la Bienal de La Habana (Cuba 1984), el Gran Premio de Honor en el Salón Nacional de Dibujo (1994) y el Gran Premio de Honor en el Salón Nacional de Pintura (2002).
Hasta el 10 de septiembre Bertani exhibe en la galería Zurbarán un total de veintinueve obras realizadas entre los años 1996 y 2013. De estas creaciones, diecisiete se presentan por primera vez, realizadas en resina y acrílico sobre lienzo en los últimos dieciocho meses. Son cuadros coloridos que plantean temáticas cotidianas de la vida: las relaciones humanas, exigencias laborales y el amor.