"ME NUTRO DE LAS CONTRADICCIONES DE LA CULTURA": NICOLA COSTANTINO

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Nicola con un corset de oro que usó en la Bienal de Venecia

 

«Me nutro de las contradicciones de la cultura»: Nicola Costantino. Por Cecilia Escola. Fotos: Jacinto Freixas.

 
Una artista imprescindible. Original, revulsiva, refinada. A Nicola Costantino (49) la constituyen el talento, el riesgo y el compromiso. Nacida en Rosario, donde cursó Artes Plásticas, y radicada en Buenos Aires, practica un arte radical y político (“No con el sentido de los viejos artistas políticos latinoamericanos”, aclara) que la llevó a exponer en Nueva York, Barcelona, Oslo, Copenhague, Tel Aviv y Zurich, entre otros lugares, ganar importantes premios y ser parte de colecciones como la del MOMA. Desde la primera obra Peletería Humana (vestidos, abrigos con adornos de pelo natural, zapatos y carteras, todo en silicona imitando la piel humana) sus esculturas, instalaciones, fotografías y videos jamás pasan desapercibidos. En el amplísimo estudio-casa en Villa Crespo donde recibió a Maleva convergen magia, teatralidad y misterio. Como su dueña.
Trabajaste con temas, materiales y herramientas diferentes. ¿Es parte de tu evolución?Cada proyecto me lleva dos, tres años, y es tan fuerte e impactante que si lo repito es demasiado. Entonces, se me ocurre algo diferente. Cuando hice el trabajo con los animales fue agobiante, quedé saturada de manipularlos, y se me ocurrieron las máquinas ortopédicas diseñadas a la medida de los nonatos (Animal Motion Planet). Ponía al animal muerto, la máquina se movía y parecía que estaba vivo. Era un homenaje a la Revolución Industrial, cuando el hombre creía que podía controlar hasta la muerte.¿Cómo surge una obra?Es intuitivo, se me aparece, la veo y sé cómo  hacerla. Tengo una gran destreza técnica y, a veces, combino varias técnicas. Nada de lo que pongo es gratuito u ornamental. Está lo necesario y trato de reutilizar símbolos y elementos.

«Cuando hice el trabajo con los animales fue agobiante, quedé saturada de manipularlos, y se me ocurrieron las máquinas ortopédicas diseñadas a la medida de los nonatos (Animal Motion Planet). Ponía al animal muerto, la máquina se movía y parecía que estaba vivo. Era un homenaje a la Revolución Industrial, cuando el hombre creía que podía controlar hasta la muerte.»

Decís que te interesa mostrar la perversidad de la cultura.Me nutro de las contradicciones de la cultura, las injusticias, los costos de la civilización, el querer imponer, controlar y unificar, el consumo, la violencia sobre los cuerpos. Incluso en mis fotos, aunque tengan belleza y glamour, siempre hay algo terrible, provocador, irritante, ambiguo. El que se enfrenta con mi trabajo no sabe si le provoca rechazo o admiración.
En un momento decidiste ser protagonista y hasta materia prima. ¿Por qué esa exposición, ese querer poner el cuerpo?
Jamás se me ocurrió buscar otra persona para que protagonizara mis fotografías y videos. Me interesa ver cómo yo puedo hacerlas. Me  meto en el tema, el personaje, la caracterización, hasta el vestuario, trabajé mucho en la fábrica de ropa de mi madre y me encanta la vestimenta. Es un proceso muy íntimo hasta llegar a la foto.
¿Tenés rituales, formas de trabajar?Necesito estar sola. Investigo, leo, escribo, hago bocetos, miro material, siempre de noche. Cuando estoy metida en algo, entro como en trance y me olvido de todo. En el taller tengo dos personas también, trabajo junto con ellos, tengo primero que encontrar cómo quiero hacerlo, qué quiero hacer. Y una vez que está todo definido se produce, estoy con un pie en la oficina y un pie en el taller, voy y vengo todo el tiempo, viendo como va quedando. En las esculturas lleva un proces largo de búsqueda, como va a quedar, y yo trabajo mucho con moldes. Después, para llenar el molde, desmodelar, retocar y pulir tengo una o dos personas que lo van haciendo. En las fotografías me ocupo también de buscar los marcos. Las de Eva Perón llevan marcos de muebles franceses. Y en los videos trabajo en equipo.MALEVA 10

A Nicola le gusta ponerle el cuerpo a sus obras

«Me nutro de las contradicciones de la cultura, las injusticias, los costos de la civilización, el querer imponer, controlar y unificar, el consumo, la violencia sobre los cuerpos. Incluso en mis fotos, aunque tengan belleza y glamour, siempre hay algo terrible, provocador, irritante, ambiguo.»

En 2013 Nicola fue invitada por el gobierno argentino a participar en la Bienal de Venecia representando al país con su impactante obra Rapsodia Inconclusa, sobre Eva Perón. Pero la política terminó contaminando el arte y se armó un escándalo mayúsculo.
¿Después de lo sucedido te arrepentís de haber aceptado esa invitación?No, yo quería que esa obra se mostrara en Venecia. Una obra inédita, muy importante, con videoinstalación, escultura, sonido, ambientación. Ya había intentado exponerla en el Colón y  en el Museo del Bicentenario y no  había sido posible. De pronto, surgió esa posibilidad y mejor que Venecia no hay. La intromisión estúpida del gobierno me afectó, nos afecta a todos, pero le podía haber tocado a otra artista.¿Pecaste de ingenua?Sí, un poco. Me habían pedido que cambiara el final para que la obra no terminara con la muerte de Eva, pero no nos pusimos de acuerdo y no había tiempo. Entonces, me dijeron que el gobierno haría algo por su cuenta. Yo no ví lo que hicieron ( tres videos con la versión oficial sobre Eva Perón, que incluían imágenes del matrimonio Kirchner y de La Cámpora) hasta la inauguración. Esa intromisión política fue muy mal vista en Venecia, ningún país hace algo semejante, recibí muchos cuestionamientos de periodistas y curadores. Si lo hubiese previsto, hubiese hecho algo para evitarlo. Confié en que no serían capaces de esa brutalidad.  No tenía nada que ver con mi trabajo. Por eso con el curador colocamos un cartel manifestando nuestra opinión y desconectamos esos videos.¿Sos una artista que vende bien?La venta es esporádica y paulatina. A veces, viene alguna muy importante. Vendo 50% en Argentina y el resto en el exterior, fundamentalmente en Europa.
¿De qué manera influyó la maternidad en tu arte?

Mucho. Fue una necesidad, un deseo muy fuerte, y también fue buscada y complicada. Porque decidí tener mi hijo sola. Ahí descubrí que hay muchos clichés y quise mostrar mi manera de vivenciar la maternidad en Trailer, mi primera producción cinematográfica.
 ¿Y cómo es criar un hijo sola?
Ser madre me hizo muy bien, necesitaba alguien a quien cuidar y querer, sino me iba a volver loca. No quería más esa soledad. Me organizó, me hizo olvidar cosas estúpidas que me preocupaban y ocuparme sólo de lo importante.
¿Ahora estás en pareja?Hasta la relación con los hombres cambió totalmente. Antes, tenía que encontrar un hombre del cual enamorarme, que se enamorara de mí y, además, quisiera tener un hijo. Hoy estoy con alguien, pero no es una pareja estable ni pensamos convivir. Es más relajado y disfruto eso. Es muy duro tener una pareja, un hijo, y cuidar todo, no sé cómo hacen. La estructura familiar no es para mí.
Tu otra pasión es la cocina. Algunos la consideran una forma de arte. ¿Estás de acuerdo?
Me encanta recibir en casa, que vean las obras, el taller, y organizar cenas para coleccionistas y comités de museos. Trabajo con amigos chefs, pero yo diseño y preparo todo. Desde unos instrumentos para hacer bolitas crocantes rellenas para comer con las manos hasta  una cadena de pollitos bebé o codornices, que imitan una escultura mía. También flores de vegetales, todo lleva tiempo y elaboración. Vale la pena, es una sorpresa y una experiencia inolvidable para la gente. Pero no creo que la cocina sea un arte. Sí reconozco que empieza a parecerse a una obra cuando se transforma en algo tan lúdico.

 

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Su obra forma parte de la colección del Moma de New York

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Su taller en Villa Crespo

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Nicola y la armadura de Evita que utilizó en la presentación de la Bienal de Venecia

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A Nicola le gusta provocar y generar irritación y que lo «terrible» se mezcle con el glamour y la belleza

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El 50% de su obra se vende en el país y el otro 50% en el exterior

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Nicola en su casa taller, rodeada de sus obras, durante la producción de fotos con Maleva