Entre la luz y la sombra. Último finde para ver «Mi mundo privado» de Ulises Beisso en Malba

Una cortina blanca separa, en el primer piso del Malba, los dos mundos del artista uruguayo Ulises Beisso (1958-1996), cuya obra se expone por primera vez fuera de su país en la muestra Mi mundo privado, curada por Martín Craciun, que puede visitarse hasta el domingo en el museo.

La muestra se puede recorrer hasta el 10 de noviembre.

Entre la luz y la sombra. Último finde para ver «Mi mundo privado» de Ulises Beisso en Malba. Por Lucía Vázquez Ger para MALEVA.

La exposición se estructura como una biografía en dos actos. De un lado, la luz, el color, el goce y la fantasía. Una ronda de figuras femeninas de perfil, coloridas y radiantes, llama la atención al ingresar a la sala. Son las Doras de Beisso, una serie de esculturas realizadas entre 1990 y 1994 en madera, concebidas por el artista como semidiosas que “decidieron rescatar la fantasía” y “crearon un mundo poblado de ángeles sexuados, animales voladores, cándidos perversos, adanes y evas”. Adornadas con flores de plástico, aman la fruta fresca y disfrutan bañarse en el mar. Así las describe el propio Beisso en el manifiesto que les dedicó, y que puede leerse durante el recorrido. 

Acompañan la ronda una serie de pequeños muebles pintados con flores, como si fueran altares que honran la vida. En esta primera sala, la figura del corazón se repite como símbolo del deseo que pulsa y de una vida que late. “Estas obras actúan como una declaración de principios sobre la vida y el derecho a sentir y a ser quien se quiera ser”, enfatiza un texto en la sala. Los cuadros que rodean a las Doras despliegan escenas mitológicas con figuras planas y simples en tonos de verdes, azules y rojos, una paleta alegre. 

«Ese cuerpo masculino será reproducido una y otra vez por Ulises Beisso, como parte de su investigación homoerótica, en donde critica a una sociedad que lo discrimina por su condición homosexual.» 

Seguimos el recorrido y nos encontramos con la cortina blanca que cae como una bisagra, un umbral que divide dos momentos o estados. La estética cambia con la serie Imágenes de lo (mí) escondido, donde predomina la figura humana masculina y los grises, en una paleta monocromática y densa. Esta fue la última serie que produjo el artista en vida. Nace de la inspiración que le provocó la obra del artista norteamericano Ross Bleckner, luego de ver una muestra suya en el museo Guggenheim de Nueva York y encontrarse, en la página 57 de la revista Parkett que compró en esa ocasión, con una fotografía de un joven en ropa interior, recostado sobre una cama, mirando a quien le toma la foto, que lo impactó. Ese cuerpo masculino será reproducido una y otra vez por Ulises Beisso, como parte de su investigación homoerótica, en donde critica a una sociedad que lo discrimina por su condición homosexual. 

Luego de su fallecimiento, la obra de Beisso quedó guardada por más de treinta años en la casa de su madre, sin circulación pública, según contó Craciun durante el recorrido de prensa. “Esta exposición tiene la vocación de ser una reparación: una reparación histórica y una reparación al interior de su familia”, remató el curador durante el recorrido de prensa. 

Mi mundo privado llegó a Buenos Aires luego de su presentación en la retrospectiva Rara Avis, en el Centro de Exposiciones Subte (Montevideo, 2022) y en la Bienal del Mercosur (Porto Alegre, 2025). Ahora promete volar a Manhattan. 

La muestra puede visitarse hasta el 10 de noviembre en Malba. 

 

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Fotos: Santiago Orti. Cortesía Malba