Visitar un taller es una de las cosas que más me gusta hacer por varios motivos: es una oportunidad para tener un encuentro cercano e íntimo con la obra, me permite comprender como en el hacer se genera una conexión absolutamente profunda entre la pieza y su creador. Con estas visitas aprendo a observar al arte desde un punto de vista diferente, el taller es un mundo a puertas cerradas, donde el artista transita un camino muy solitario, comprometido, intimista, y al que pocos tienen acceso, porque al final lo único que se exterioriza es la obra cuando se «presenta en sociedad» si es que alguna vez lo hace, en una galería, feria o museo. Todo lo demás es un hermoso misterio.
«Visitar un taller es una de las cosas que más me gusta hacer. En el taller el artista transita un camino muy solitario, comprometido, intimista, y al que pocos tienen acceso, porque al final lo único que se exterioriza es la obra cuando se «presenta en sociedad» si es que alguna vez lo hace, en una galería, feria o museo. Todo lo demás es un hermoso misterio.»
Hasta hace poco no conocía el trabajo de Joe Fig (46, norteamericano) quien hace esculturas y pinturas que reflejan de manera meticulosa y precisa al artista en su espacio de mayor intimidad, el taller. Por medio de estas maquetas representa el proceso creativo, permitiéndonos
«Hasta hace poco no conocía el trabajo de Joe Fig (46, norteamericano) quien hace esculturas y pinturas que reflejan de manera meticulosa y precisa al artista en su espacio de mayor intimidad, el taller. Por medio de estas maquetas representa el proceso creativo, permitiéndonos
comprender el detrás de escena, el esfuerzo y trabajo físico, los errores y aciertos que conllevan gestar una obra de arte.»
Mi encuentro con él afloro mi fanatismo por los talleres. De hecho lo descubrí a través de Facebook en un viaje en colectivo. Esto es algo que últimamente me pasa seguido, estoy encontrando cosas y aprendiendo mucho a través de las redes sociales, y si bien algunos podrán renegar de esta nueva manera de hacer, ver e interpretar al mundo, también puede entenderse como una herramienta útil.
«Mi encuentro con Fig afloró mi fanatismo por los talleres. De hecho lo descubrí a través de Facebook en un viaje en colectivo. Esto es algo que últimamente me pasa seguido, estoy encontrando cosas y aprendiendo mucho a través de las redes sociales.»
No podemos negar que internet nos permite agrandar las redes y hacer que millones de personas estén conectadas entre sí. Nada de los que les estoy contando es una novedad pero todavía me sorprende. En un instante me volví parte de una cadena que me llevó a descubrir algo nuevo y por eso hoy decido compartirlo con ustedes a través de mi medio virtual.
¡Deleitense con las curiosas obras de Joe Fig: http://www.joefig.com/!