«En el set necesito energía y por eso la contagio…», entrevista a Fausto Elizalde, el fotógrafo de las mujeres super poderosas

Vive en París y con su estilo vinculado al movimiento, el sentido del humor y la figura de la mujer, logró convertirse en un fotógrafo argentino con una carrera que deslumbra/Sus trabajos en Vogue, su «momentazo («todo lo que de chiquito soñé») y su involucramiento total para lograr la foto perfecta/Un ida y vuelta imperdible con un genio de la imagen.

Fausto asegura que está en el mejor momento de su carrera (y argumentos no le faltan).

 

«En el set necesito energía y por eso la contagio…», entrevista a Fausto Elizalde, el fotógrafo de las mujeres super poderosas. Por Azul Zorraquin.

Es fotógrafo, su nombre real es Agustín y sufrió una metamorfosis en el secundario: de Arustin-Farustin-Farusto, derivó a Fausto. Sus imágenes son inconfundibles, y su leitmotiv es el movimiento, el sentido del humor, y la figura de la mujer súper poderosa, enaltecida. Ahora trabaja en París para una agencia y está “cumpliendo el sueño del pibe”. Tiene una sonrisa impregnada y una gran dosis de humildad, casi como si no supiera de la genialidad en su oficio. Fausto vuela alto, pero “siempre con un pie sobre la tierra” para que no se vuelva todo tan efímero.

Tus imágenes son performáticas, hay movimiento y coreografía. ¿Te imaginás estas expresiones en tu cabeza antes de fotear, o improvisás?

Tengo dos maneras; una es pre-producir la idea en mi cabeza, bocetar, volver a esos dibujos y afinarlos, para que la imagen tenga cada vez más impacto. Yo hago hablar mucho a las personas que fotografío, para que tengan una expresión más orgánica, les pido que reciten frases. La otra forma, es ir a encontrarme con la persona que voy a retratar y generar un vínculo, una intimidad, y ver qué pasa a partir de ahí.

¿Y cómo aprendiste a dirigir?

Es súper intuitivo. Es mi yeite. Se me dio, encontré un método y me sale natural conectar con las personas. Mi inspiración, además, viene mucho de memes. Te juro. Tienen mucho humor y formas de cuerpo que me parecen graciosas, así que uso fotos chotas de 2 mega píxeles, agarro el concepto y lo elegantizo. En historias de Instagram también veo cómo interactúa la gente y saco mucha captura. Las capturas de pantalla son mi oro en polvo.

«Yo hago hablar mucho a las personas que fotografío, para que tengan una expresión más orgánica, les pido que reciten frases. La otra forma, es ir a encontrarme con la persona que voy a retratar y generar un vínculo, una intimidad, y ver qué pasa a partir de ahí…»

¿Qué tan importantes son las locaciones? ¿Qué hacés cuando llegás y no conocías el lugar?

A veces las busco antes en Google Earth, y sino el laburo también tiene que ver mucho con la intuición. Llego, miro, vibro, veo como pega la luz, y arranco. En un momento le daba mucha bola a la locación, y ahora creo que obviamente suma, pero el foco está en la persona y en dirigirla. Si yo tengo buena onda con la modelo y genero empatía, puedo exprimirla y hacerla hacer cualquier cosa (se ríe). Trato de hacerlas hacer un papel, no solo explotar belleza.

¿Y cómo hacés para ponerlas en ridículo?

Porque antes me pongo en ridículo yo y genero cierta complicidad. “Ey, ey, ey” las hago decir mucho (se ríe). Además, me encanta bailar, y en un punto lo combino con la fotografía. Tengo mucho control de mi cuerpo y cuando estoy fotografiando a alguien, lo doy todo para que el otro lo dé todo. Pongo el cuerpo. Me parece clave, porque no podés pretender pedirle al otro una pirueta si vos estás sentado, medio muerto. En el set yo necesito energía, y por eso la contagio.

Y en general, las protagonistas de tus imágenes, son mujeres.

Siempre. Me parecen preciosas y súper versátiles. Me fascinan. ¡Aguanten las mujeres! Encima soy de Virgo, y toda la vida tuve muchas más amigas que amigos. De chiquito, me invitaban a sus pijama parties. Igual, justo ahora, estoy entrando al flash de hombres.

«Las mujeres me parecen preciosas y súper versátiles. Me fascinan. ¡Aguanten las mujeres! Encima soy de Virgo, y toda la vida tuve muchas más amigas que amigos. De chiquito, me invitaban a sus pijama parties. Igual, justo ahora, estoy entrando al flash de hombres…»

Y las mostrás poderosas.

Exacto, trato de no cosificarla sino de enaltecerla. Y me gusta mucho el humor, entonces trato de combinar esa faceta con el resto; se puede ser sexy, fuerte y tener humor.

Tu sello fue, históricamente, el “blanco y negro”. ¿Cómo viraste al color?

Gracias a Dios lo pude hacer (se ríe). Fue gracias a que me pasé a formato analógico, porque en digital yo no me hallaba con los colores.

Ahora vivís en París. ¿Cómo es tu proyecto allá?

Firmé contrato con una agencia allá. ¡El sueño del pibe! La verdad es que es lo que siempre anhelé. Tengo un representante allá, y me representa “Worlwide”.

«Vivo en París porque cerré con una agencia de allí. Es el sueño del pibe. Mi mejor amiga, la modelo Mica Argañaraz vive allá. Es ideal. Y estoy chocho, no te digo que es mi ciudad preferida en el mundo, de hecho es medio hostil, pero es el lugar donde yo quiero hacer carrera. No hay otro lugar para mí, con mi estilo de fotografía, donde yo podría desarrollarme. Mi onda es europea…»

¿Y laburás fijo para ellos?

No, es un ida y vuelta. Quieren lo mejor para mi carrera y me ayudan a construir mi camino. Pero no estoy obligado a nada, todo se charla. En paralelo también me surgen propuestas por Instagram y yo las reenvío a la Agencia.

¿Por qué París?

Porque se dio así y cerró redondo; mi mejor amiga, la modelo Mica Argañaraz vive allá. Es ideal. Y estoy chocho, no te digo que es mi ciudad preferida en el mundo, de hecho es medio hostil, pero es el lugar donde yo quiero hacer carrera. No hay otro lugar para mí, con mi estilo de fotografía, donde yo podría desarrollarme. Mi onda es europea.

«Estoy en un momentazo, no puedo pedir mucho más. Todas las cosas, que de chiquito soñé y me parecían imposibles, se fueron cumpliendo. A los dieciocho si me decías que iba a hacer Vogue, no lo creía. Y eso me da cierta tranquilidad y seguridad; mi dedicación, rinde sus frutos…»

¿Y qué viene después?

Qué decirte: estoy en un momentazo, no puedo pedir mucho más. Todas las cosas, que de chiquito soñé y me parecían imposibles, se fueron cumpliendo. A los dieciocho si me decías que iba a hacer Vogue, no lo creía. Y eso me da cierta tranquilidad y seguridad; mi dedicación, rinde sus frutos. Obvio que por momentos normalizo haber hecho Vogue, por ejemplo, pero después freno y me doy cuenta del camino que hice. Me gusta volar, pero siempre con un pie sobre la tierra. Si no valorás nada, es todo muy efímero. Tener los pies sobre la tierra te hace concientizar, valorar y cuidar lo que tenés.

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Fotos: son todas gentileza de Fausto Elizalde quien le dio al medio su expresa autorización para publicarlas. La tercera foto es Mica Argarañaz, la modelo argentina más exitosa en el exterior.