El debate sobre los límites del arte y otras disciplinas se actualiza constantemente. En Chandon Artground se abre un nuevo espacio de reflexión de la mano de la propuesta de ocho espacios artísticos experimentales curados por Martín Huberman. Algunos de los artistas convocados no provienen de las artes visuales y tienen su mayor producción vinculada a la arquitectura, la música, el diseño industrial o la publicidad.
Formado como arquitecto, Martín ejerce también como diseñador y profesor. Su trayectoria incluye intervenciones artísticas en ciudades como París, Madrid, Milán, Londres, Dubai, Santiago de Chile, Tokio a la vez que dirige la galería Monoambiente, especializada en diseño y arquitectura experimental.
Con este background mixto Martín se anima a preguntar ¿cómo se nos muestra la arquitectura en los museos? ¿Por qué nuestra idea sobre el diseño es tan limitada? El arte de las ferias, ¿realmente nos habla del diseño y la arquitectura?. Las preocupaciones de Martín giran en torno a aquellas etiquetas que para él aún no se han despegado. Sin tabúes intelectuales vuelve a ponerlas sobre la mesa y cuenta a MALEVA que lo inspira.
«En Chandon Artground se abre un nuevo espacio de reflexión de la mano de la propuesta de ocho espacios artísticos experimentales curados por Martín Huberman. Algunos de los artistas convocados no provienen de las artes visuales y tienen su mayor producción vinculada a la arquitectura, la música, el diseño industrial o la publicidad.»
¿Cuál es tu visión sobre la escena del arte en Buenos Aires, teniendo en cuenta tu formación en arquitectura y diseño?
No tengo algo que decir sobre la particularidad de los artistas y sus obras, sí sobre el contexto de una ciudad en la cual no está tan abierto el campo de acción para todos. Eso si querés es una molestia o algo que me interesaría ayudar a cambiar y creo que mi experiencia en mi Galería Monoambiente planteaba abrir lugares y no cerrar, me parece que hoy los lugares están cerrados. ¿Por qué existen pocos espacios y museos que muestren diálogos entre la arquitectura, el diseño o la publicidad? Parte de la militancia de Monoambiente es que las disciplinas del diseño vuelvan a ocupar un lugar en la discusión cultural de la ciudad. Es por ello que mi preocupación se trata sobre como es muy difícil penetrar estructuras, en un contexto que esta muy centrado en el mercado. Los eventos más fuertes son pro-mercado. No contamos con una Bienal con la magnitud de la de Sao Paulo donde el objetivo principal es la investigación y no hacer obra para vender. Yo encuentro este contexto muy cerrado, es difícil para las galerías y el mundo de arte, por lo cual no me meto con los artistas en particular sino con una cuestión cultural. Eso es lo que yo encuentro desde mi perspectiva trastocada por mi propia carrera, me encuentro en ese lugar.
¿Cuáles creés que son las causas de esta falta de espacios con propuestas más audaces?
No hay espacios que incluyan otras búsquedas porque el registro es pequeño. Somos una ciudad pueblo en ciertas lógicas. También es difícil que las cosas sean expansivas cuando tenés una crisis cada diez años y los que están haciendo lo único que pueden hacer es sobrevivir. Por eso cuando aparece un espacio como el que propone Chandon, me parece ideal entrar con una carga de frescura y jugártela. Para las intervenciones convocamos a un grupo de artistas cuya práctica desborda su disciplina. Hay un ímpetu explorador que aúna a estos personajes, que los hace difícil de etiquetar, que van un poco por fuera de la norma, buscando un lugar para ensayar. Ensayistas, exploradores, libertarios y porque no escapistas.
Entonces, ¿cómo aparece la arquitectura, de una manera distinta, en estas ocho intervenciones de Chandon ArtGround?
Cuando te metés en el mundo de la arquitectura experimental o de la arquitectura pensada como un campo de investigación aparece mucho una recurrente que es “opening up the discussion” como “abrir la discusión”, esto tiene que ver con que tenemos que hablar de que la arquitectura no son solo edificios. Se dice que Buenos Aires es la París del Sur por su arquitectura, si vos lo pensás como un elemento cultural la arquitectura podría ser quizás el Arte Pop por excelencia. Si vos generás buena arquitectura la gente se alimenta de eso. Entonces generar esa epidermis que capta lo que te está pasando a tu alrededor es lo que a mi me interesa, el arquitecto trabaja sobre el espacio, a mi me interesa trabajar sobre la relación entre el individuo y el espacio. El plano es un sistema comunicacional también, la arquitectura como campo de exhibición juega mucho en ese problema ¿como hago para exhibir una obra de arquitectura? Es difícil hacerlo teniendo una situación experimental que involucre el cuerpo y se sienta a gusto, esa parte es la que quiero construir. Mostremos el campo experimental y de las ideas que trabajan los diseñadores, no el objeto de diseño cerrado terminado, sino su proceso creativo y de investigación. Ahí es donde aparece este magma que me interesa participar, me interesa ir al taller y no al vernissage. Ver como la gente aprende y ve lo que está pasando. Que alguien no le guste una obra es parte de interactuar con la misma. Porque vos pusiste algo en el campo visual y universo de la persona y lograste que no pase desapercibido y eso abre la puerta al diálogo.
«Cuando aparece un espacio como el que propone Chandon, me parece ideal entrar con una carga de frescura y jugártela. Para las intervenciones convocamos a un grupo de artistas cuya práctica desborda su disciplina.»
¿Vos podrías decir que los artistas que trabajaron estas 8 instalaciones rompen los límites del arte?
Eso depende de cómo lo piense el otro, no voy a desafectarme de lo artístico porque los artistas involucrados sí consideran sus obras como un elemento artístico. Entonces en mi caso lo entiendo como procesos de investigación, algunos con mayor o menor grado de apertura.
¿Sigue siendo vigente o generando incomodidad la discusión sobre qué es arte y qué es diseño?
Para mí no existen las fronteras entre arte y diseño pero en el medio artístico existen, se necesita que eso sea así porque así es como funciona. Cuando el medio está tan ligado a la venta es difícil que existan los lugares de experimentación puros. Yo en mi galería tenia una bajada, venia un arquitecto y me decía quiero mostrar mis cuadros, y yo le decía: “No. Me encanta tu obra”. Yo exhibo arquitectura y diseño experimentales y que sean algo vivencial. En mi galería voy forjando este cruce de disciplinas, las etiquetas no están tan claras. Tener hoy el debate de la Bauhaus presente, es tener una conversación antigua todavía en la mesa y para mi tener que revivir a esta altura estos planteos dicen mucho del campo que estoy poniendo en escena. Monoambiente comenzó siendo una galería comercial y rápidamente me di cuenta que más que formar un mercado, tenía que formar una disciplina. En la galería no hay clientes, sino que los arquitectos tienen que trabajar sobre la experimentación de la disciplina. Al no existir fines de lucro, pudimos tener la oportunidad de hacer colaboraciones con varias instituciones extranjeras.
La palabra Arte nos acota a cuestiones muy particulares por eso la elección de la palabra Artground para acompañar el nombre de Chandon nos permite encontrar un campo de experimentación en un festival. Vayan a ver de qué se trata esta osada propuesta.
DATA:
CHANDON ARTGROUND. Se va a realizar desde el jueves 27 al sábado 29 de septiembre en Complejo Art_Media (avenida Corrientes 6277, Villa Crespo).
Los interesados en visitar y participar de #CHANDONARTGROUND pueden comprar sus entradas de manera anticipada en PASSLINE https://www.passline.com/sitio/chandon-artground
El valor es de $300 pesos pero con 2×1 para los que tengan Club La Nación. El festival es exclusivamente para mayores de 18 años.
Para más información seguí a @Chandon_ar en Instagram