Cuando Tomás Kalika desembarcó en Palermo con su restaurante Mishiguene, la cocina judía encontró el Mesías que tanto esperaba, al menos, en la gastronomía. Kalika le dio una vuelta a las clásicas recetas de la colectividad y convirtió cada plato en una verdadera experiencia culinaria. Quién no haya probado el pastrón que preparan en este lugar se está perdiendo de algo bueno, realmente muy bueno. Kalika aceptó el desafío de MALEVA y preparó este top ten con sus restaurantes preferidos.
“Sudestada forma parte de mi historia personal. Es un restaurante al que le tengo mucho cariño ya que la primera cena con mi mujer fue – hace 12 años- ahí. Leo Azulay es un cocinero tremendo que admiro y respeto mucho. Su cocina es vanguardia pura. ¡Grandísimo lugar de Buenos Aires! Prueben todo, especialmente el conejo a la parrilla. El menú de mediodía es una de las mejores propuestas de la ciudad”.
“Si quiero comer pizza voy únicamente a San Paolo. En mi opinión, Maurizio Di Rosa hace la mejor pizza napolitana de todo Buenos Aires. Si hablamos de masas, leudados e ingredientes Maurizio es un artesano. Pidan que les arme una degustación completa de todas las pizzas. Todas son geniales y da pena probar una sola cuando todas son una mejor que la otra. ¡Imperdible!”.
“Lui y Lili es un adorable matrimonio oriundo de Hong Kong. Ambos se reparten la gestión del restaurante. Mientras que Lui está en la cocina (haciéndolo de manera magistral), Lili controla la caja y el salón. Pidan los cangrejos al vapor, el pescado frito entero con salsa agridulce, los bun bao de cerdo laqueado, el yakitori de cerdo con salsa de maní y todo el resto de la carta”.
“Tremendo bastión de alta cocina, excelencia y amor por esta profesión es lo que hizo Alejandro Feraud en Alo’s. Además de ser un gran cocinero, es un gran tipo que lidera una brigada de grandes cocineros. Su restaurante es absolutamente hermoso. Tiene todo lo que un cocinero le gustaría tener: una huerta propia de hierbas y hojas que utiliza en su menú, barra frente a la cocina para cenar charlando con los cocineros y lo mejor de todo es que el menú cambia seguido. Están en constante movimiento. Sin dudas, uno de los mejores lugares de alta cocina de Buenos Aires”.
“Si quiero comer pescados y mariscos voy a La Mar. Su chef, Anthony Vásquez, es un buscador inquieto e incansable. Cada vez que lo visito tiene algo nuevo para que probemos o en algo nuevo está trabajando. Todo en La Mar es genial. La decoración, los sabores y los aromas. Pidan una mesa en su hermosa y única terraza. Pidan el arroz aeropuerto, el ceviche mixto y la plancha anticuchera de pulpo que es una maravilla”.
“Es mi parrilla personal. Voy con amigos, con mi familia. Es como estar en casa. Además de ser un gran sommelier, Pablo Rivero es un gran anfitrión. La mercadería es impecable. Acaban de inaugurar una completísima planta de producción donde maduran sus propias carnes consiguiendo el punto exacto de terneza y sabor. No duden en pedir entraña”.
“Si quiero comer algo al paso, voy a Dogg. Maximo Togni es un gran cocinero. Creó un concepto de hot dogs de calidad suprema. Si van elijan los aderezos a elección y acompáñenlos con una excelente porción de papas fritas y un vaso de cerveza tirada. Es genial”.
“Lo descubrí hace muy poco. Leo Lanusol (ex jefe de cocina de Narda Lepes y excelente cocinero) abrió este año un lugar que reúne un ambiente vanguardista por dónde se lo mire. El lugar era antes un taller mecánico. El ambiente es dinámico, moderno, fabril y cálido a pesar de haber sido un taller. Tiene un gran nivel de cocina: casi todos los platos salen de su horno a leña con sabrosas e intensas preparaciones. Pidan todo que todo es genial. El pan con masa madre merece un capítulo aparte. Es excelente, muy bien logrado”.
“Es una cantina que hace más de 50 años conserva intacta la calidad de su cocina. Siempre que voy pido lo mismo: una porción de rabas a la provenzal y una porción de fusille al fierrito con pesto y tuco. Las porciones son para compartir. Hay que ir temprano porque el lugar se llena absolutamente todos los días de la semana”.
“Si quiero lechón, mollejas y asado voy ahí. Las talas es una institución en lo que respecta a carnes al asador. El ambiente es muy informal, servicio simple. ¡Muy recomendado para un almuerzo de domingo en familia o mesa con amigos! El lechón llega con la piel súper crocante, pero se deshace al tratar de cortarlo. No hace falta el cuchillo. Personalmente, como la porción con las manos”.
Fotos: gentileza lugares mencionados