La Patagonia es un destino fascinante, de naturaleza y libertad, y su «sex appeal» es aún mayor en pequeñas localidades mágicas/Desde Chubut hasta Neuquén, en esta nota te damos buena info sobre cuatro de ellas que te van a enamorar/Paisajes sublimes, lagos de aguas templadas, casas de té que valen la visita y alojamientos de diseño/¿Qué hacer, qué comer y dónde alojarse en cada lugar?
El lago Epuyen, una de los pocos lagos con aguas templadas del sur
El sur lejos de todo: cuatro pueblitos de la Patagonia con naturaleza para olvidarte del mundo. Por Ita Denegri.
La Patagonia, uno de los destinos más fascinantes y soñados del mundo, abarca un enorme territorio de Argentina. Y en este verano de libertad, después de tantos meses confinados, sus paisajes increíbles y extensiones naturales son una posibilidad de lo más tentadora. Para las personas que quieren descansar y relajarse, y para aquellas que buscan nuevas aventuras en entornos agrestes. En esta nota, te mostramos cuatro destinos ni masivos ni populares, pero mágicos cada uno de ellos, para ser feliz en tus vacaciones.
1) Cholila: cuatro valles, trekking, lagos bellísimos y un bar con mucha onda que es un viaje en el tiempo / Dato: hay algunas casas de diseño geniales para alquilar en la montaña
Visitar Cholila es como viajar en el tiempo a un sitio remoto y prístino, de los cuales quedan pocos en el mundo. En lenguaje mapuche significa «valle hermoso». Tiene la peculiaridad de estar conformada por nada menos que cuatro esplendidos valles de Chubut: el Cajón, el Rincón, el Blanco y el Villa Lago Rivadavia. La tranquilidad en la que transcurre la vida cotidiana ofrece la posibilidad de descansar en un ambiente puro y sano. Para los amantes del contacto con la naturaleza (o fans empedernidos del trekking) se pueden realizar caminatas diurnas por el bosque nativo y costa de lagos. Además de cabalgatas, o safaris fotográficos (observación de aves). También en modo más deportivo se ofrecen excursiones con guía para ascender a pequeños cerros. Una escalada imperdible y de dificultad media es hasta la cima del cerro La Momia, donde espera una vista sensacional. Un dato de color para los foodies es que en Cholila se realiza la Fiesta Nacional del Asado. (tranca). En la ruta 71 hay una parada imperdible que es el bar La Legal. En un antiguo local de Ramos Generales (ladrillos centenarios, techo de chapa, estantes de madera con frascos antiguos) sorprende por su impronta gourmet: variedad de tortas caseras, buen café (frapuccino para el verano y granos de los cafés de especialidad de Bariloche), picadas patagónicas, empanadas de cordero, y cervezas artesanales de la región. Está muy cerca de la casa donde se alojaron en su alocada huida los célebres bandidos norteamericanos Butch Cassidy y Sundance Kid. Para cocina casera sin muchas pretensiones (aunque en estas comarcas un buen plato de truchas o un punch energético como un abundante plato de hongos es algo de todos los días) apunten a La Cocina de Lili. Alojarse no debería ser un problema: tienen opciones como el Hostel Piuke Mapu (con huerta propia y filosofía ecológica) hasta lodges mucho más exclusivos como La Pilarica. Aunque la recomendación MALEVA es que investiguen en Airbnb porque hay algunas casas de montaña que son joyitas de diseño en ubicaciones épicas.
2) Pampa Linda: no es la típica excursión, pero es uno de los lugares más increíbles del Parque Nacional Nahuel Huapi / Muchísimos circuitos para recorrer y una hostería donde la hospitalidad es una tradición
Aunque no sea la típica excursión, Pampa Linda es uno de los de los rincones más bellos del Parque Nacional Nahuel Huapi. A 77 km al sur de Bariloche, aquí cada elemento recibe el nombre que le corresponde. Se encuentra en la base del imponente Cerro Tronador, cubierto con siete glaciares que bañan sus laderas y se precipitan con enormes estruendos. Sus tres picos, hitos en la cordillera de Los Andes, marcan la línea fronteriza con Chile. Los arroyos que bajan la pendiente del cerro confluyen en el paraje para dar nacimiento al río Manso, otro protagonista de las postales patagónicas.
En Pampa Linda, no solo sorprenden las vistas al Cerro Tronador, sino que se escuchan sus truenos. Hay quienes atribuyen esos sonidos a una leyenda indígena. Hay varios circuitos que parten desde Pampa Linda, uno mejor que el otro. El problema es elegir uno. Algunos de ellos son: el camino al Ventisquero Negro, el Saltillo de las Nalcas, la Cascada los Alerces, Laguna Ilon, Otto Meiling, Paso de las Nubes, Glaciar Castaño Overo, Mirador del Valle y el Cerro Volcánico. El primero es un glaciar que desciende del Tronador y que se distingue por su color oscuro, ya que arrastra piedras y arena volcánica comprimidas entre sus capas de hielo. Su deshielo llena el lago Manso, una pileta donde flotan bloques de hielo negros. También hay varias cabalgatas y caminatas de vistas infinitas que permiten apreciar al Tronador sobre diversos ángulos.
“En Pampa Linda está el hotel, el albergue y el camping agreste de parte de nuestra familia. Después enfrente esta el camping del Club Andino que tiene una proveeduría”, le explica a MALEVA Linda Vereertbrugghen. En 1912 José́ Benito Vereertbrugghen, hijo de un belga quien fue el primer médico de Bariloche, se enamoró de Pampa Linda y se convirtió en el primer poblador. Don Ben se puso al servicio de los andinistas que llegaban y así nació́ la Hostería Pampa Linda, siendo primero un albergue y luego la actual construcción con vista al Tronador. Sus descendientes siguen atendiendo con la misma vocación de servicio de antaño. Linda maneja la hostería y su hermano el albergue. La hostería está abierta todo el año, tiene 14 habitaciones con baño privado y un restaurante. El albergue abre en verano y atiende principalmente a mochileros, cuenta con hamburguesería y comidas rápidas.
DATO: El camino a Pampa Linda tiene horarios: ida de 10 a 14; vuelta, de 16 a 19; doble mano, de 19 a 9. En verano, todos los días a las 8.30 sale un micro hacia Pampa Linda desde el Club Andino Bariloche
3) Epuyen: un lago de aguas templadas que hace la diferencia
Epuyen es un lugar único para visitar en plan de descanso. Su «must» es el Lago Epuyen por una característica que cotiza fuerte en estas latitudes: aguas transparentes y sobre todo, templadas (de las más agradables del sur). En Epuyen se pueden realizar caminatas con diferentes propuestas de baja media y alta dificultad. Y en el lago de todo: canotaje, kayak, stand up, remo y navegación a vela. La navegación a motor está prohibida para contribuir con la conservación de las aguas puras,la flora y fauna del lugar. Sus playas son bajas y de canto rodado. El lago se encuentra dentro del Parque Municipal Puerto Bonito. Desde allí se puede acceder a diferentes senderos turísticos señalizados, tales como: sendero de las playas, Circuito Piedra Pintada, Bahía El Desafío, Bahía Las Percas y La Condorera. El gran evento de Epuyen es el «encuentro provincial de Artesanos» que se realiza todos los meses de Enero. En plan gastronómico, en Epuyen hay algunos emprendimientos de cerveza artesanal como Siete Cabras (con todas sus variedades logradas) y restaurantes donde se come bien como Dos Que Van, con excelentes reseñas y platos elaborados (desde pastas rellenas hasta langostinos y trucha, desde ya). El Lodge Las Pitras, a pasos de una ladera boscosa y junto al río Epuyén, es divino. En otro rangos de precios hay bastantes complejos de cabañas y un hostel muy prolijo como el Carelhue (ideal para ir en pareja si no quieren gastar tanto). Dato de color: Epuyen es el único lugar de la Patagonia andina que tiene desde el 2011 un monumento budista. ¡Para atraer las mismas energías que en el Tibet, aunque las montañas sean un poquitín más bajas!
4) Villa Meliquina: una ubicación perfecta, el tamaño perfecto, un paisaje soñado y logradas propuestas gastronómicas (como una casa de té que la rompe)
Villa Lago Meliquina tiene una ubicación «secreta» porque está alejada a media hora de la ruta de los Siete Lagos, pero a la vez estupenda porque – además de estar recostada sobre su propio lago – está cerca de algunas de las localidades más importantes o pintorescas del sur cordillerano como San Martín de los Andes (a solo 40 km), o Bariloche o Villa Traful. En esta aldea de Montaña viven sólo 150 personas (y una piensa que San Martín de los Andes debe haber sido algo similar hace más de un siglo). Como en casi todos los destinos turísticos patagónicos hay mil actividades para realizar: desde pesca con mosca (fuerte en Meliquina) hasta trekking o Kitesurf (es un lago donde sopla viento).
“He recorrido durante muchos años la Patagonia y Meliquina es un lugar mágico y escondido. Es agreste y muy tranquilo. Al no tener energía eléctrica se utilizan las energías renovables y, a pesar de su crecimiento año a año, la paz del lugar se mantiene”, cuenta a MALEVA, César A. Severa, fotógrafo y director del portal www.meliquinapatagonia.com.ar . Cerca de Meliquina se encuentra el misterioso lago Filo Hua Hum que es un rincón escondido precioso. La casa de té Cinco Sentidos es una experiencia en sí misma, con estupendas tortas, frutas finas, variedad de tés, panes caseros, ensaladas y una ubicación sublime. Su atención y la calidad de sus productos (incluso de su vajilla) no tiene nada de rústico sino que se acerca a lo excelente. Para un lugar con mucha onda vayan a Parador Meliquina y para un almuerzo o cena que no decepcione a Como Cocina Mamá, con estupendas referencias, su salmón con puré de coliflor es el plato estrella. Las cabañas Calma Sur, con un canchero diseño nórdico, con comodidades de hotel y junto a la costa del río Meliquina, son la opción perfecta para alojarse en este pueblo de pioneros, con alma bohemia y emprendedora.
Galería:
De lo mejor de Meliquina: la casa de té «Cinco Sentidos»
El bar «La Legal»: un imperdible de Cholila
La surrealista «stupa budista» de Epuyén
Una postal de Pampa Linda (donde las cabalgatas son uno de los clásicos)
El cancherísimo diseño nórdico de las cabañas Calma Sur de Villa Meliquina
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Todas las fotos son gentileza de los locales, hoteles o restaurantes mencionados.