Vinos propios, naturales, clásicos y de todo el país; patios llenos de verde y la promesa de un buen rato/Desde San Telmo hasta Zona Norte/Wine bars, pulperías, restaurantes y una casa cultural donde se hacen previas mensuales para conocer gente con una botella de vino de por medio/Seis propuestas nuevas para disfrutar una copa (o dos) al aire libre.
El patio de Grapín, en San Telmo, en una casona reciclada y con una selección de vinos super federal.
El plan más infalible del universo: seis nuevos patios con onda para tomar vino al aire libre en Buenos Aires / Desde una neo pulpería de Chacarita hasta una previa (pero mejor) en San Isidro. Por Fiamma Zampino para MALEVA.
Con la llegada de la primavera, el aire se vuelve más ligero, el sol se cuela entre los árboles, y los patios de Buenos Aires cobran nueva vida. Es el momento perfecto para un buen vino: un blanco refrescante, un naranjo con carácter y textura inesperada, o un tinto robusto que acompaña cada risa y cada charla. La Ciudad abre sus puertas a patios secretos y rincones verdes que combinan naturaleza y buen vino. En MALEVA, te contamos sobre seis nuevos espacios donde disfrutar la estación en su máxima expresión copita en mano.
1) Soler Vino Club: vinos propios, pizzas romanas al horno de leña, terraza con reposeras y un patio que cautiva con su gran árbol de olivo (a menos de diez cuadras del Movistar Arena) / Darwin 996 – Villa Crespo.
A tan solo 900 metros del Movistar Arena, Soler abre su segunda casa en una antigua fábrica de pantalones que también fue hogar de sus dueños. Este nuevo espacio, rebautizado como Soler Vino Club, invita a disfrutar de pizzas romanas y vinos de creación propia.
Dividido en varios sectores conectados entre sí, el lugar incluye una cava de vinos, dos salones (uno con cocina a la vista y horno a leña), una terraza con mesas, sillas y reposeras, espacio sobre la vereda y un patio interno con un gran olivo, que crea un rincón íntimo y relajado, ideal para compartir una copa rodeado de naturaleza. Además, se planea abrir una cafetería italiana en lo que antes era el garaje de la casa.
«La expansión a Villa Crespo no fue solo una extensión, sino una radicalización del concepto de Soler. Después de abrir vinotecas en otros puntos de la ciudad y que no funcionara, nos dimos cuenta de que necesitábamos un lugar que realmente representara lo que queríamos ofrecer: una experiencia completa en torno al vino», explica Samara Portela, la sommelier del lugar.
Además de los vinos propios de Soler, producidos en colaboración con grandes productores, las actividades semanales — conciertos acústicos, catas y talleres — enriquecen cada encuentro. Y, para seguir innovando, ya están preparando el lanzamiento de nuevos vinos blancos.
2) Casa Beza: una nueva propuesta – con patio con parrillita, living y terraza -, que te hace sentir en la casa de un amigo de toda la vida. Los vinos son naturales y te los presentan «al estilo ping pong». / Olazábal 3301 – Belgrano R.
Escondida en una esquina de Belgrano R, en agosto de este año abrió Casa Beza con el encanto de una casa de toda la vida. La entrada, camuflada por una enredadera y un cartel que reza «¿sale un vinito?», te invita a pasar y olvidarse de las horas.
Primero te encontrás con un salón principal y, si avanzás un poco más, llegás a un patio rodeado de verde con una parrilla que te hace sentir como si estuvieses en la casa de un amigo de toda la vida. Para una experiencia más íntima, la escalera de madera conduce a un living vintage, ideal para compartir una mesa larga con amigos, mientras que una terracita ofrece vistas al barrio.
Lo que realmente distingue a Casa Beza es su ambiente relajado y sin pretensiones. Desde el desayuno hasta la cena, podés disfrutar de una carta variada y genuina que incluye platos fríos y calientes, parrilla, tapeo y vinos naturales seleccionados al estilo ping pong: el equipo, en lugar de una carta, te lleva tres opciones a la mesa después de charlar un rato sobre tus gustos. Belén Zanchetti, chef y alma detrás de Casa Beza junto a su mamá, lo resume así: «El otro día vino una chica y se sentó en el piso del living a comer, para nosotras entendió todo. Eso es lo que queremos lograr…»
3) Grapín: selección de vinos con espíritu federal en una casona renovada para disfrutar de una copa en un patio entre plantas nativas. / Bolívar 938 – San Telmo.
Grapín abrió hace poco más de un mes en San Telmo. Este espacio destaca por combinar un wine bar con un restaurante de alta categoría, en una casona histórica renovada. La gran barra en herradura de mármol de Carrara se lleva las miradas en el salón, mientras que el patio pet-friendly invita a disfrutar de una copa entre plantas nativas.
Su selección de vinos tiene un enfoque federal, con etiquetas que abarcan desde Jujuy hasta la Patagonia, incluyendo cepas menos convencionales como la garnacha.
‘Ofrecemos una rotación de diez vinos por copa y una recomendación diaria del sommelier, siempre con una opción novedosa’, explica Emmanuel Frascheri, gerente del local.
La carta sin carne pone en valor otros ingredientes de alta calidad, como pastas caseras, quesos artesanales nacionales y platos de hongos como la milanesa de gírgolas con fetuccini de albahaca o el profiterol de hongos.
«La Ciudad abre sus puertas a patios secretos y rincones verdes que combinan naturaleza y buen vino. En MALEVA, te contamos sobre seis nuevos espacios donde disfrutar la estación en su máxima expresión copita en mano…»
4) Abreboca: una neo-pulpería de Chacarita con cava propia de embutidos y selección de vinos argentinos (varios criollos) para tomar en un patio andaluz bajo las estrellas. / Fraga 541 – Chacarita.
Abreboca nace como una «neo-pulpería» en Chacarita que reinventa el concepto de la comida casera y la charcutería artesanal. Con su cava propia de embutidos, un lujo, y una cocina que mezcla lo tradicional con un toque moderno. «Queríamos crear un lugar que rescatara la esencia de las pulperías, pero con un enfoque contemporáneo y un ambiente relajado. Es un homenaje a nuestras raíces, pero con un giro», le cuenta a MALEVA El Tucu Govetto Sosa, creador del local.
En el patio, rodeado de verde y con una influencia andaluza que se siente en cada rincón, las opciones de vinos se combinan perfectamente con los platos. Desde pingüinos, que invitan a sumergirse en la historia argentina, hasta el Rocamadre Criolla, que acompaña las noches primaverales de manera única.
“El ojo de bife con manteca de chimi es el plato estrella, y es el que siempre pide el cliente que ya se siente en casa. Para acompañarlo, la selección de vinos, como el Weinert Cabernet Franc 2019, es la opción perfecta para quienes buscan algo con más cuerpo”, agrega El Tucu. Y si de final de velada se trata, un Jerez refrescante o un Malbec de la nueva ola son ideales para las noches primaverales.
5) Cantina Mandia: la tradición de «los nonnos» en un patio verde de Colegiales, con recetas tanas deliciosas (como fusilli al fierrito) y vinos que van desde lo clásico hasta lo natural. / Zapiola 1218 – Colegiales
En pleno auge gastronómico de Colegiales, Cantina Mandia es una oda a la tradición y al legado familiar de Maru Mandia, cuarta generación de una familia histórica en la gastronomía porteña. Este restaurante invita a sus comensales a disfrutar tanto en su salón como en un patio rodeado de plantas y mesas de madera, donde el sol ilumina cada rincón.
Inspirado en los sabores de sus «nonnos», Maru ha creado un menú reducido que rescata recetas familiares como los fusilli al fierrito, la tapa braseada y las alitas a la calabresa, manteniendo la esencia de las clásicas cantinas italianas.
La carta de vinos de Cantina Mandia es igualmente especial, con etiquetas que van desde los más tradicionales hasta opciones de baja intervención, naturales y orgánicos, que acompañan perfectamente el menú. La propuesta, que incluye opciones por copa y precios desde $7.000 hasta $30.000 en las botellas, está pensada tanto para quienes buscan descubrir nuevos sabores como para los amantes de los clásicos.
6) Fuego Fuego: una previa pero mejor, para conectar entre desconocidos, con juegos y patio por si sale bailecito / Casa Dos Mitades (Centro Cultural) – Estanislao Díaz 360 – San Isidro.
«Una previa, pero mejor», afirman las hermanas Victoria y Julieta Godoy, dueñas de Joyería y Vino, que tras escuchar a su público y entender que la necesidad de conocer gente siempre va de la mano con el buen vino, diseñaron un encuentro que invita a compartir vino, charlas y juegos.
Este evento mensual, cuya segunda edición tendrá lugar a fin de mes, ofrece una experiencia en un patio rodeado de luces tenues, algunos sillones, un metegol y un DJ que no deja de poner música para bailar. «No te podemos prometer que vas a salir con un vínculo, pero sí que seguro vas a hablar con alguien nuevo», cuenta Julieta.
Con la compra de la entrada que incluye una copa de vino y un bingo cargado de desafíos y frases, los asistentes tienen la oportunidad de conectarse, romper el hielo y ganar uno de los tres premios. Perfecto para quienes buscan empezar la noche de manera diferente o simplemente pasarla bien.
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Fotos: son todas gentileza para prensa de los restaurantes y bares mencionados.