Glampings o villas marítimas en vez de hoteles enormes all inclusives, tragos que suenan desconocidos como el Rum Punch en vez de margaritas, ciudades encantadoras y también desconocidas (siempre refiriéndonos al turismo argentino) como Tortola. Las Islas Vírgenes británicas son para nosotros «el otro Caribe»: una coordenada ciento por ciento paradisíaca pero cero cliché y que quiere abrirse cada vez más que la visiten desde estas latitudes. Lo cierto es que, según constatamos con MALEVA in situ, bien vale la pena la aventura. Las BVI (British Virgin Islands, pronúnciese ‘biviai’-, como se las conoce, según su sigla en inglés, ofrecen mucho más que playas de agua turquesa y donde las fotos no necesitan ningún tipo de filtro de Instagram.
Las imágenes, así, al ‘natural’, dicen todo cuando se trata de este archipiélago compuesto por 60 islas y cayos, que es territorio británico y se encuentra emplazado en el Canal de Drake, aproximadamente a 80 kilómetros al este de Puerto Rico, en la región noroeste del Mar Caribe.
¿Ok, pero cómo se llega?
A este archipiélago, se llega de distintas formas. Vía San Juan de Puerto Rico, o en algún crucero que las incluya en su ruta o bien desde Miami, donde el vuelo llega a otras islas vírgenes: las norteamericanas. Desde St. Thomas, otra isla divina y hub de muchos cruceros internacionales, hay que tomar un ferry hacia alguna de las islas top. Las recomendadas, Virgin Gorda y Tortola, la capital. Pero también hay un amplio abanico de opciones para elegir que incluye otras como imperdibles como Anegada y Jost Van Dyke. Aquí una guía básica con los imperdibles que hacen de las Islas Vírgenes una coordenada distinta al Caribe que estamos acostumbrados. Diez imperdibles para vivir el paraíso al máximo.
Las BVI son un destino para los amantes de la náutica. Se tenga experiencia o no, en este lugar del mundo hay que conectarse con el mar como condición sine qua non. Lo genial es que se puede hacer de muchas maneras. Si bien el destino es uno de los favoritos del mundo náutico -y dentro de ellos, del circuito más exclusivo, con regatas internacionalmente famosas como la Copa Rolex-, hay múltiples opciones para aquellos que no lleguen en barco propio o bien no naveguen. Se pueden alquilar barcos a precios más terrenales de lo que podría creerse, con tripulación incluida. El alquiler de un catamarán por siete días para cuatro, con capitán y chef, puede rondar la base de 450US$ diarios por persona. El plan no puede sonar mejor: vivir en el barco, anclar, darse un chapuzón y seguir viaje hasta la siguiente isla.
Sin duda el punto turístico más atractivo de Virgin Gorda, una de las islas principales, es The Baths. Acá el paisaje es un verdadero laberinto en el mar: rocas gigantes sobre una playa onírica, que se van juntando y así forman cuevas naturales por las que se puede nadar y hacer snorkel. Si bien toda la isla tiene la particularidad de tener formaciones rocosas -todas de lava volcánica prehistórica de hace más de 70 millones de años-, y las piedras son parte del paisaje, salpicadas en las playas, es en esta zona y parque nacional, en la costa norte de Virgin Gorda, donde se concentran las más impresionantes. La mejor parte del trayecto es a través de las cuevas que conducen a Devil’s Bay, una playa que parece una piscina natural impresionante de rocas, arena blanca y agua esmeralda.
Según el ránking de Travel + Leisure está en Virgin Gorda, y es el Rosewood Little Dix Bay, que también tiene el título de ser el más lujoso y el primero de esta isla. En 2014 festejó su 50º aniversario, y con tantos años de vida cuenta con familias que son clientes de varias generaciones, como los dueños de Barnes & Noble, por ejemplo. Todas sus habitaciones dan a la playa, donde además tienen un puerto propio donde llegan los huéspedes con sus embarcaciones o en alguno de los catamaranes del hotel. Un atractivo son sus famosas tree houses, las habitaciones en altura que fueron las primeras del hotel. El dato foodie: Sugar Mill, uno de sus tres restaurantes, es de los highlights gourmet de toda la isla. (www.rosewoodhotels.com).
La particularidad de Anegada ser la única isla de las principales que no es de origen volcánico sino de coral, lo que la hace distinta en paisaje: es lisa y llana. Aquí está Horseshoe Reef, la cuarta barrera de coral más grande del mundo, un sueño para los amantes del snorkel y el buceo. Son famosas las langostas, que se convierten en el plato principal, a toda hora. A la hora de elegir dónde dormir, Anegada Beach Club es un resort que no sólo ofrece suites, sino la opción de vivir estas playas únicas desde su entorno, haciendo… glamping, para amanecer, literalmente, frente al mar.
Alrededor del 80% de los habitantes de las Islas Vírgenes Británicas viven en Tortola, el epicentro comercial y gubernamental, además de uno de los hubs de cruceros más importantes. Road Town es su capital, y en el paso por allí hay ver un atardecer en Cane Garden Bay y cenar a la luz de la luna en Bananakeet, un restaurante en altura con vista a toda la bahía. Para cerrar, Bomba Shack es un barcito en la playa muy rústico pero famoso por fiesta de la full moon party cada mes.
Son 700 hectáreas de paraíso total, en esta isla exclusiva que es resort y spa de lujo. Se llega en ferry desde Virgin Gorda o Tortola, navegando por el Canal de Drake. Una vez allí, la opción es hospedarse en alguna de sus 52 habitaciones y después dedicarse a los deportes acuáticos (el stand-up paddleboard es lo más, pero también hay windsurf y por supuesto, snorkel) o perderse en el spa, que es su gran destacado. También se puede pasar el día, comer en el restaurante sobre la playa y disfrutar de todas las actividades playeras.
Uno de los formatos más elegidos en las BVI es el de villas: casonas con varios cuartos y todas las comodidades que se alquilan completas, e incluyen sala de estar, cocina (con chef privado opcional) y hasta piscina propia, como para sentir que uno tiene su propia casa acá, al menos por una semana. Imaginarse ahí con un grupo de hasta doce amigos o más según el lugar, no sólo distribuye los gastos, sino que es sinónimo de fiesta asegurada. En Virgin Gorda, Villa Aquamare es uno de los complejos tops de la isla. Todas sus villas miran hacia Mango Bay, la playa propia en la que de día se puede hacer snorkel, bucear y avistar tortugas.
Lejos de los tragos multicolores de otras latitudes del Caribe, aquí la estrella es el ron. En la capital, Road Town, se puede visitar Callwood’s Rum Distillery, la fábrica de ron de la isla. Entre los cocktails que hay que probar si o si, están en Rum Punch (súper fresco, se hace con distintas frutas y es originario de la India) y el Painkiller (ron, jugo de ananá y de naranja, leche de coco). ¡Y qué nunca falte tampoco una buena cerveza, como la Carib!
Cualquier playa de las BVI es única para mirar el horizonte, relajarse, meditar o practicar yoga. Pero el ‘Drake Channel’ es emblemático y el Rosewood Little Dix Bay lo ofrece como una actividad especial. Hay que levantarse temprano -las clases son al amanecer- y desde el divino spa del hotel y una piscina sinfin que mira al mar, un instructor guía la clase.
Todas las BVI’s son el refugio de celebridades de todo el mundo, pero Sir Richard Branson, dueño de Virgin Group, creó su paraíso personal muy cerca de Virgin Gorda, en Necker Island, una isla de 300,000m2 que funciona como un resort de filosofía sostenible súper exclusivo. Entre sus huéspedes: Eddie Murphy, Beyoncé, Rihanna y hasta la familia real inglesa, que alquilan en exclusiva toda la isla, la principal propuesta de Necker Island. No obstante, hay épocas del año en las que se pueden rentar habitaciones individuales, con una semana de estadía mínima. Branson también compró, muy cerca de allí, Moskito Island, otro futuro resort. Ambas islas se ven desde un punto panorámico de Virgin Gorda conocido como North Sound, y se puede continuar la ruta hacia South Sound, donde esperan las costas de Spanish Town y Savannah Beach (www.virginlimitededition.com).