El erotismo es una constante en todas las áreas de la 30 edición de arteba (como tema, como búsqueda, como puntapié inicial de la creación)/¿Qué obras y qué artistas expresan «a gritos» su faceta sensual?
La «sexy curaduría» en la galería NN
El lado sexy de arteba: descubrí las siete obras que despiertan la sensualidad. Por Candelaria Penido.
La mega feria del arte no solo sorprendió en su 30° edición por el lugar elegido — Arenas Studios en el barrio de La Boca —, los artistas representados y las galerías exponentes, sino por una constante que se vio repetida en sus 4 sectores — área 1, 2 y 3 y Factor Studio, el lugar designado a los nuevas voces en el mundo del arte, galerías y artistas emergentes.
«¿La constante? El erotismo. El erotismo como tema, como búsqueda, como puntapié inicial de la creación. “Es la idea de lo erótico como recurso”, resume Vera Bosia, voz de la galería Del Infinito. Pero la apuesta no queda solo ahí sino que el deseo y el placer lograron roles protagonistas en las piezas exhibidas…»
¿La constante? El erotismo. El erotismo como tema, como búsqueda, como puntapié inicial de la creación. “Es la idea de lo erótico como recurso”, resume Vera Bosia, voz de la galería Del Infinito. Pero la apuesta no queda solo ahí sino que el deseo y el placer lograron roles protagonistas en las piezas exhibidas. “Lo interesante es la búsqueda que se está dando, de erotizar lo tradicional” contó a MALEVA El Pelele, artista que expone su trabajo en Galería Sendros.
Desde MALEVA te acercamos a 7 obras que expresan a gritos su faceta sensual.
1) Galería Sendros: el spot más sexy del área 2.
Es el segundo stand al ingresar al sector. Oscuro, con paredes forradas en telas azules y un gran altar en el centro de color bordó. Lo primero que llama la atención es La meona, una escultura de Jazmín Kullock de una mujer desnuda, agarrada a una de las paredes laterales, con un charco (espejo en forma irregular) en el piso. Cuyo reflejo devuelve el cuerpo de la mujer desde otra perspectiva. Sin pudor la escultura da la bienvenida al espacio de Sendros exhibiendo su sexo en un accionar natural. Luego, al ingresar, nos encontramos con una serie de cuadros, que destacan por su “sensualidad osada” nos comentan desde la galería. Las piezas de Jazmín, nos observan desde las paredes, mujeres-niñas también desnudas, con ojos almendrados y grandes, en poses sugerentes, disfrutando de su sexualidad, buscando su placer. Las figuras voluptuosas de Kullock contrastan con las piezas de El Pelele. Estas son más rebuscadas, de trazos finos y texturadas. En ellas se pueden jugar a encontrar órganos sexuales, entre ondas y figuras intrincadas. Todo el puesto grita “¡basta de reprimir la sexualidad!”, comentan orgullosos desde el staff.
2) Herlitzka + Faria y el lado sexy de Nicolás García Uriburu.
También en el área 2, Hertlitzka + Faria sorprende con una serie de dibujos eróticos del artista que todos conocemos por haber teñido las aguas de los canales de Venecia de verde durante la Bienal de arte de 1968. La galería presenta Sin título (dibujos eróticos), descolocando al espectador. Son seis trabajos que juegan con la misma escena sexual. Una secuencia de abstracciones, que comienza en el primer dibujo, con el momento íntimo bien delimitado, para luego perderse en figuras cada vez menos claras. Todas, aun así, remiten al acto sexual a la vez que la figuración se va perdiendo entre curvas y figuras oscilantes. “Parece que en esta llegaron al orgasmo”, le dice una visitante, Julita, a su pareja, señalando el último dibujo de la serie.
3) Del Infinito y las obras inéditas de Víctor Vasarely.
Pasando al área 1, dedicada a las galerías más establecidas dentro del mundo artístico nacional, nos encontramos con una serie extraña en relación a las otras obras del espacio. Vidrio, arte cinético y óptico, ocupan el stand, por eso, descubrir Bikeros una serie erótica, de uno de los padres del Op Art, asombra. “Imaginate que esto él lo crea en 1940, un momento donde estas cosas no se podían mostrar —, le cuenta a MALEVA Vera Bosia, representante de la galería —, pero a la vez es algo muy de hoy, muy contemporáneo. La mujer explorando su sexualidad, descubriéndose.” Las piezas que componen la serie Des érotiques de Víctor Vasarely, están protagonizadas por mujeres que se miran, que se buscan, que intentan satisfacer sus deseos carnales. Y lo hacen solas o acompañadas por otras mujeres y/o animales. En este caso el erotismo es más cuidado, “no está llevado al extremo, pero es interesante poder mostrar esta otra faceta del artista en la feria”, afirma Bosia.
4) NN y la «sexy curaduría» de Virginia Martin.
NN es una de las galerías emergentes, que presenta a artistas nuevos y alternativos en el espacio Factor Studio. Ingresar a este sector de la feria es recibir una multi estimulación sensorial. Brillos, plásticos, metalizados, vidrios, performances y música. NN no se queda atrás. Con la “sexy curaduría”, como la definió Sofía Funkel una de las artistas expuestas, de Virginia Martin el puesto de la galería nos coloca en un after party. La obra que se roba todas las selfies es la bota bucanera que a la vez funciona de frapera en rosas chillones. El material elegido resalta por su blandura y brillo, que combina a la perfección con la cartera colgada un poco más atrás. Esta sostiene dos copitas de champagne rosado. Una vacía y otra a medio tomar. Dando a entender que la fiesta en cualquier momento se puede retomar. A su vez, las pinturas expuestas a su alrededor presentan cuerpos desnudos en posiciones impactantes terminando de armar el escenario.
5) Galería Grasa y los collages de Agustina Leal.
Este nuevo integrante, arrasó con la cantidad y versatilidad de obra expuesta. Se destacan las cuatro piezas de la artista argentina, ahora residente mexicana, Agustina Leal. Entangada, Esperando, Tetas y Red. Más allá de que sus títulos hablan por sí solos, la sexualidad emana de la obra de Leal. Son detalles de cuerpos adornados con elementos externos: una tanga flúor, retazos de medias de red, un piercing real colocado en un pezón pintado. “Lo erótico está en el centro de su trabajo”, nos comenta Carolina Martínez Pedemonte, una de las directoras de la galería. Estas piezas fueron parte de la primera exposición de Galería Grasa, que abrió sus puertas en cuarentena y funciona en un garaje de Chacarita. Desborde, intensión y deseo desbocado son algunas de las sensaciones que transmiten las obras de Leal, como si fueran retratos del momento previo al encuentro sexual. Rápidos, apurados, necesitados, con medias rasgadas, remeras a medio quitar y bombachas corridas.
6) Calvaresi Contemporáneo y su Marble Lipstick.
Si se busca un detalle sexy en una cara maquillada, los labios rojos no fallan, nos recuerda la gran escultura de Daniel Basso en el stand de Calvaresi. Basso es uno de los tres artistas elegidos por la galería para exhibir su trabajo. El Marble lipstick es un #artebamustsee. Centro de miles de fotos y stories en Instagram, la pieza de Basso sorprende por su gran tamaño y forma fálica, que dispara los imaginarios inconscientes, dejando un escenario interesante para los psicoanalistas. “Freud se haría un festín” dice una chica al aire, al pasar, como pensando en voz alta. La combinación de materiales también atrae: mármol, granito, bronce y resina. La obra brilla y parecía estar pidiendo que acerquemos nuestros labios a ella para teñir su color y llevarlos al rojo.
7) Revolver Galería y el Lover Boy de Chelsea Culprit.
Con una escala casi mural (2.56 x 2.67 m) el Lover Boy de Culprit se roba todas las miradas al ingresar al stand de Revolver. Con acrílico y pintura en aerosol la artista estadounidense plasma sobre una sábana, en tonos lilas y rosados, una escena sexual intensa. Una mujer se retuerce de placer mientras un hombre la complace. Sus piezas “parecen fluctuar entre el querer seducir o aterrar, invitando de manera irresistible al espectador a entrar a su agreste fluidez —describen desde la galería—. En sus obras el deseo se convierte en una cosa”, completan. Los trazos ligeros otorgan una sensación de movimiento que nos coloca en el centro de la escena, donde el deleite y la fuerza sexual brillan, sin posibilidad de apartar la vista.
El erotismo, la exploración sexual y el deseo aparecen representados en otro montón de obras que se encuentran en el predio. Algunas otras son Cantante de Cabaret del gran artista argentino Pablo Suarez en el puesto de Roldan Moderno; o las cuatro piezas de la serie The Atelier de Emiliano Maggi en Revolver; las esculturas de Guzmán Paz y algunas de los trabajos de Alfredo Londaibere de la galería Nora Fisch y las fotos de Jimena Lusi en Valerie que se ocupan de exponer el lema de la galería mendocina “ninguna legalidad excepto el placer.”