Ir a museos, días de lluvia o de sol, me parece un plan genial. Ya sea que estén en edificios hermosos o antiguos (en cuyos salones se suspende el tiempo y el espacio) o en edificios de vanguardia, bellos y minimalistas, como el Malba. La experiencia del museo es de soledad, de silencio, de contemplación. Para coronar el paseo a veces aparece la tentación de incurrir en las tiendas, donde llevarse algún recuerdo, o a los bares que permiten un descanso y probar alguna exquisitez. Aquí una lista de lugares recomendados por Maleva, que además frecuento, y en los que siempre me sentí bien.
«La experiencia del museo es de soledad, de silencio, de contemplación. Para coronar el paseo a veces aparece la tentación de incurrir en las tiendas, donde llevarse algún recuerdo, o a los bares que permiten un descanso y probar alguna exquisitez. Aquí una lista de lugares recomendados por Maleva…»
Un lugar perfecto para almorzar rodeado de arte contemporáneo, en un salón y una terraza que cada tres meses es intervenida por artistas jóvenes. El café Proa está abierto de día, por eso la carta propone comidas que además de ricas, son livianas. Se puede probar el ya clásico Menú del artista que varía y sorprende cada día de la semana o pedir a la carta. Hay desde una ensalada de salmón, o variedades de finger food hasta una contundente milanesa, un plato sorprendente para los turistas asiduos a la zona de Caminito. La propuesta está pensada para extranjeros y locales. El fuerte: la terraza. Provee la mejor vista del riachuelo y La Boca que se pueda soñar.
Av. Pedro de Mendoza 1929. http://proa.org/esp/
Se puede comer y beber tanto en el bello salón decorado con fotos de la Evita más glamorosa, como en el patio de damero, rodeado de enredaderas y flores. El museo está enclavado en un petit hotel erigido en la primera década del siglo XX, donde luego funcionó un hogar de tránsito de la Fundación Eva Perón. Hoy cafetería y restaurante, tienen especialidad en crepes. Salen rápido y son elaborados en una garita estilo francés, delante de nuestros ojos: salados como el Wrap vegetariano, o dulces como el de almíbar y cascaritas dulces de naranja. Además es Pet friendly.
Museo Evita, J.M. Gutierrez 3926. http://www.museoevita.org/. Conviene hacer reserva: 4800-1599.
Croque Madame se ubicada en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Se trata de un pequeño bistró francés, del mejor estilo Belle epoque. En un patio empedrado rodeado de verde y fuentes cantarinas, se puede probar la especialidad de la casa, los deliciosos Croques, que le dan nombre al museo. Unos sándwiches franceses, en pan dorado en manteca, con huevo poché a la plancha, jamón cocido y gruyere. Para los golosos se recomiendan las tortas artesanales. El museo, enclavado en el exquisito Palacio Errázuriz, es además una auténtica joya arquitectónica de la Buenos Aires de principios del siglo XX.
Av. Del Libertador 1902. http://www.mnad.org/
Marcelo Dolce es la nueva propuesta de Museo Malba. Comida italiana de la mejor, en la misma línea que los otros dos restaurantes del mismo nombre que comanda el chef Marcelo Piegari. Lo mejor son las pastas, los célebres ravioles con pommodoro y parmesano gratinado, o las cuerdas de guitarra. Hay también pescados, carnes y risottos. Si el paseo por el museo es vespertino, se puede aprovechar del servicio de té, que ofrece blends nacionales o importados y ricas tortas como la Merengatta, con crema pastelera, limón y merengue. Una buena opción es el deck con mesas de afuera, perfecto para la caída del sol. Si la elección es relajarse en los sillones, el salón con su barra de cafetería a la vista en tonos madera, también permite el descanso después de una visita exhaustiva al arte latinoamericano.
De 9 a 20. Más info: www.malba.org.ar
La cafetería, ubicada frente al patio de esculturas del museo, es un espacio ameno y amistoso. Se puede almorzar, merendar o cenar pero sólo los jueves, con reserva previa. Hay platos principales para el almuerzo, ensaladas varias, crepes y carnes blancas. El fuerte es la pastelería de elaboración casera que se destaca tanto por sus sabores como por la originalidad de sus nombres: Torta Pecado Original, Mandarina Voluptuosa, Negrita Mía y la extraordinaria Torta de ciruela y cerveza, suculenta y singular. Lo mejor es acompañarlo por un rico té, de los delicados blends de Teesón.
Más info: www.museosivori.org.ar
Este es un rincón mágico de Belgrano. Las mesitas con sombrillas blancas están en un patio de piedritas. En el medio crece un cañaveral. Y se ve al costado, tras los enrejados, el jardín colonial del Larreta (al que se puede ingresar libremente desde el café, si sos cliente) Una isla andaluza a metros de Cabildo y Juramento. De noche se prenden velas en postes de metal que están al costado de cada mesa. La atención es impecable, de hecho, el encargado (o el dueño) se desviven por conseguirte lugar y cuando te vas te preguntan si estuvo todo bien (esos gestos que tanto suman). El Daiquiri de café está diez puntos. También recomiendo el lomo al malbec, el sándwich de queso brie y la degustación de mini tortas.
Más info: http://bit.ly/1fTcTBp , Vuelta de Obligado 2155
Foto: café Sivori (almasingertakemeout.blogspot.com)