Cony La Greca (28) dio sus primeros pasos en el mundo laboral en la empresa familiar, una empresa que comenzó siendo de textiles rígidos y luego se redireccionó a indumentaria: colaboraba en todo lo que fuese necesario desde diseño de vidriera, hasta convertirse en la modelo de las campañas. Fue dentro de la misma empresa donde se dio cuenta que su búsqueda interior excedía los límites de sus tareas y el horizonte establecido. Buscando una sensación de plenitud y casi sin saber a dónde esto podía llevarla se tomó un avión a Nueva York. Este viaje -aunque sólo lo supo tiempo después- la convirtió en fotógrafa, que es, lo que la hace realmente feliz. Desde su productora (JRT production) que tiene como clientes desde Coca Cola hasta Pepe Jeans) no sólo despliega todo su imaginario y creatividad, también logró ese equilibrio tan anhelado: trabajo y pasión. Dice de esto, que le salvó la vida.
¿Cómo comenzó tu vínculo con la fotografía?
Cuando me recibí de Economía Empresarial y comencé a trabajar en la empresa familiar que había fundado mi abuelo hacía mas de 60 años, empecé sentir que tenía algo adentro que no entendía bien qué era pero que no me dejaba tener la sensación de plenitud. Las cosas las hacía porque las tenía que hacer, pero sentía que había algo más. Fue allí en el 2012 cuando decidí irme a hacer un curso en Parsons (New York) que supuestamente se relacionaba con lo que hacíamos en la empresa familiar. El curso era de Management Design. Cuando llegué allá resultó que el curso no tenía nada que ver con lo que me imaginaba y terminó siendo de arte conceptual: conocí todos los museos, desde los más famosos hasta los más escondidos. Ahí compré mi primera camarita de fotos, una básica. Nunca había tenido una propia, pero de repente cuando empecé a apretar el disparador dije «mmm, esto me gusta». Fue así como dos años después, luego de haber hecho un par de cursos básicos de fotografía en Buenos Aires, decidí volver a New York a cumplir mi pendiente: Estudiar fotografía. Me fui 3 meses a la ICP (International Centre of Photography). A partir de ese momento nunca más me pude despegar de la cámara.
«Decidí irme a hacer un curso en Parsons (New York) que supuestamente se relacionaba con lo que hacíamos en la empresa familiar. El curso era de Management Design. Cuando llegué allá resultó que el curso no tenía nada que ver con lo que me imaginaba y terminó siendo de arte conceptual: conocí todos los museos, desde los más famosos hasta los más escondidos. Ahí compré mi primera camarita de fotos…»
¿Qué lugar ocupan los viajes en tu proceso creativo?
Mi fotografía nació con un viaje. En mi familia somos muy tanos, todos juntos para todos lados. Mis vacaciones eran siempre las mismas: Punta del Este, Las Leñas, Punta del Este, Las Leñas. Después de mi primera experiencia viajando sola no pude dejar de hacerlo. Mi segundo viaje sola fue a Santa Teresa en Costa Rica. Me fui con una mochila tamaño colegio (que nunca llegó a destino) y una cámara de fotos profesional prestada. Nada más. Lo único que hacia era sacar fotos. Pero ya no era nada más sacar fotos: era capturar momentos, capturar imágenes, caras, expresiones. Ahí fue cuando quise hacer mi primera muestra de fotos, todavía la tengo pendiente...»Inocent Revelry» Nació de observar a los surfers que dejaron todo simplemente para correr una ola. Lo único que les importa es el mar: la ola, y no perdérsela. La mirada se les pierde en la infinidad del océano. Comprendí que esa rebeldía de haber dejado todo status social era completamente inocente. Como los niños, que son rebeldemente inocentes. Y que lamentablemente la mayoría de las personas vamos perdiendo la inocencia.
¿Cuál es tu ciudad favorita y por qué?
Mi ciudad favorita es Nueva York. Porque la viví, la viví mas que mi ciudad actual. Caminé por todas las calles, hablé con todas las personas que pude, conocí todas las historias de vida, y me descubrí por completo. Sumado a que el segundo viaje se dio de causalidad con una amiga que fue realmente un punto de inflexión en mi vida. Una amiga que me mostró que hay otro mundo que el terrenal, otro mundo diferente al que el venía viviendo: boliche, facultad, boliche, facultad. Sumado a que obviamente fuimos completamente compatibles para convivir y que nos divertimos mucho. Inolvidable.
«Mi familia sacó una marca de ropa y ahí empecé a hacer de «modelo». Cada año me gustaba más. Siempre había sido muy creativa, me encantaba armar los conceptos de las campañas, hice cursos de producción de moda, me nutrí con profesionales, y mi mirada empezó a cambiar. Ya no era si salía linda o no en la foto, empecé a mirar otras cosas.»
¿Qué cosas te inspiran?
Me inspira la gente, me inspira la naturaleza y sobre todo la música.
¿Recordás ese momento en el cual dijiste “voy a ser artista” “quiero dedicarme a esto”?
Hace un año armamos una productora con un amigo y una amiga: JRT producciones. Empezamos con books, fotos en el estudio que me armé en mi casa y a la vez yo trabajaba con mi familia. En agosto ya no me daba el tiempo y tenía que tomar una decisión, y le dije «papá, renuncio. No me pagues más, no tengo tiempo para dedicar a la empresa familiar. Bancame unos meses a ver si puedo vivir de esto que es lo que realmente me salvó la vida y me hace plenamente feliz.» ahora me dedico felizmente a esto. Se me habían juntado las ganas de hacer algo propio; entenderlo de cero, equivocarme y chocarme cuantas veces fuese necesario para aprender; con una enorme sensibilidad. Una sensibilidad casi incontrolable, emociones muy fuertes que no sabia como canalizar. Con la música me pasa por ejemplo que se me caen las lágrimas de emoción de ver la genialidad de los músicos o compositores. Y con la fotografía (ya que lamentablemente nunca me salió tocar la guitarra), pude canalizar todas estas emociones en algo concreto, tangible, realizable.
¿En qué punto sentís que te beneficia haber estado del otro lado de la cámara para fotografiar?
Nunca se me había cruzado por la cabeza la fotografía hasta que mi familia sacó una marca de ropa y ahí empecé a hacer de «modelo». Cada año me gustaba más. Siempre había sido muy creativa, me encantaba armar los conceptos de las campañas, hice cursos de producción de moda, me nutrí con profesionales, y mi mirada empezó a cambiar. Ya no era si salía linda o no en la foto, empecé a mirar otras cosas: el equilibrio, los colores, el concepto, la iluminación, el equipo de trabajo. Después conocí a un fotógrafo que me propuso hacer unas fotos polaroid en blanco y negro y ahí perdí todo tipo de vergüenza y empecé a entender el arte. Una mujer sin corpiño no me llama ni un poco la atención, a otro le parecerá pornografía -se ríe-, pero te aseguro que los artistas no lo vemos así. Y sí, claramente haber estado del otro lado de la cámara, aunque fue poco, te ayuda muchísimo en el momento de armar una producción o de sacar una foto. Ya sabés lo que querés, sabés lo que querés que el otro te dé. Mas allá de lo que después mágicamente surge en cada shooting que es lo mas genial de todo.
¿Blanco y negro o color?
Blanco y Negro el 90% de las veces. De hecho me costó mucho aprender a que me guste la fotografía en color. Mi profesor de Estados Unidos me prohibió sacar en blanco y negro. Me dijo «Sacá en color, en RAW, después la pasas a blanco y negro». El blanco y negro y la escala de grises te la tenés que imaginar, no ver. De hecho después empecé fotografía analógica con Aldo Bressi, un gran artista y una de las mejores personas que conocí en mi vida, que lamentablemente hoy no está con nosotros. Ahí empecé a revelar en cuarto oscuro los negativos en blanco y negro. Un flash. Las mejores horas de mi vida las pasaba metida en el cuarto oscuro viendo como aparecía la imagen dentro de los líquidos.
«Mi fotografía nació con un viaje. En mi familia somos muy tanos, todos juntos para todos lados. Mis vacaciones eran siempre las mismas: Punta del Este, Las Leñas, Punta del Este, Las Leñas. Después de mi primera experiencia viajando sola no pude dejar de hacerlo. Mi segundo viaje sola fue a Santa Teresa en Costa Rica. Me fui con una mochila tamaño colegio (que nunca llegó a destino) y una cámara de fotos.»
¿Cómo llegaste a Aldo Bressi?
A Aldo lo conocí gracias a mi amiga del alma y socia, Jose Pieres. Empecé con clases analógicas con él, pero terminó siendo mi maestro de vida y la persona que me impulsó y ayudó en todo para crecer profesionalmente, me dio todas las herramientas para que yo pudiese tomar la decisión de dedicarme a esto. Ya era muy grande para este mundo, Debe estar enseñando y sacando fotos en el paraíso, estoy segura.
¿Qué lugar ocupan tus emociones a la hora de crear tus imágenes? ¿En qué punto sentís que destella tu mundo interior ante los ojos ajenos?
La fotografía es mi lenguaje. Es mi forma de comunicar lo que me pasa, al mundo. Me di cuenta que me cuesta mucho expresar cosas con palabras. Que muchas personas no lo entienden, te miran como si estuvieses loca. Mis fotos hablan completamente de mí. Cada foto fue sacada por una razón y en un momento especial. Quedan a libre interpretación del espectador, pero mi ser esta plasmado ahí.
«A Aldo Bressi lo conocí gracias a mi amiga del alma y socia, Jose Pieres. Empecé con clases analógicas con él, pero terminó siendo mi maestro de vida y la persona que me impulsó y ayudó en todo para crecer profesionalmente.»
¿Qué es lo que más te gusta de vivir y trabajar en Buenos Aires?
Por suerte logre combinar mi pasión con mi profesión, al lado de las personas que mas quiero en el mundo: mi familia y mis amigos, acá en Buenos Aires. Me gusta tenerlos cerca, soy muy familiera, mis hermanos son mis amigos, mis papás amigos también. Y cada día descubro lugares nuevos en Buenos Aires que antes ni pasaba y si pasaba no los miraba. Ahora digo «Upa ¿qué tenemos que envidiarle a New York?»
¿Podés describir esa sensación de plenitud de la que hablabas al principio? ¿Creés que la encontraste finalmente?
Sensación de plenitud es para mí poder hacer lo que amo y estar con la gente que amo. Esta vida es una sola, y yo busco hacer lo que me hace feliz y no lo que es más cómodo. Más cómodo hubiese sido seguir con la empresa familiar, pero me junté con dos personas, dos amigos con los cuales conecté de una manera increíble, y de repente me encontré con un equipazo de laburo. Me divierto todo el tiempo. Cada persona que fue apareciendo en mi vida después de haber decidido hacer mi camino me enseñó algo. Me nutro todo el tiempo de las personas que aparecen, todos llegan por algo.
Link: www.conylagreca.com www.jrtproduction.com
FOTOS DE CONY: