Con fuego propio: siete nuevas propuestas gastronómicas de Buenos Aires que merecen estar en la categoría de “Imperdibles”

 

Desde un «bar de escucha» inspirado en los Jazz Kissa de Japón hasta un restaurante en San Isidro con una arquitectura que te saca el aliento/Siete recién llegados a la escena gastro de Buenos Aires que ameritan una visita/Historia y platos estrella de cada uno/Una nueva entrega de La Ecuación del Disfrute, el newsletter conjunto entre elDiarioAr y MALEVA.

Azul Café: una joyita esquinera que es el sueño de una amante del café. Ey: acá todo es rico y son pet friendly. Foto destacada y de cabecera: gentileza Azul Café (PH @buenospaladaires)

Con fuego propio: siete nuevas propuestas gastronómicas de Buenos Aires que merecen estar en la categoría de “Imperdibles”. Por Clara Zaefferer.

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¿Qué hace que un café, restaurante o bar se vuelva imperdible? Hoy pareciera que a cada paso que damos descubrimos un café nuevo en cada esquina, que hay tantos y tan buenos que cuando querés elegir, te mareaste. Te dijeron mil nombres, que el de Palermo, que el de Chacarita… ¿Cómo elegir? ¿Cómo saber si la recomendación es buena, o solo es nueva? Aprendimos a valorar la filosofía y la historia detrás de las puertas y los platos, a que la propuesta nos llegue más allá de los ojos y nos toque una fibra más íntima. Todos los meses entran nuevos jugadores a la escena, algunos dando su primer paso en la industria. Por eso, en La Ecuación del Disfrute – el newsletter conjunto sobre el lado lindo de la vida entre elDiarioAr y la revista de lifestyle MALEVA www.malevamag.com -, les presentamos una lista de siete “almas” gastronómicas de los últimos tres meses que brillan con fuego propio y merecen entrar en la categoría de imperdibles.

1) Buyón: una de las coordenadas más prometedoras de la Ciudad / Un wine bar (y nos quedamos cortos) con una cocina diferente, vanguardista y exquisita / Av. Monroe 3958 – Coghlan.

Decir que es un wine bar es quedarse corto. Decir que es un wine bar con cocina de autor, también. La calidad de los vinos y la comida va más allá de los elogios. A cargo de Tomás Treschanski, la carta ofrece platos diferentes, vanguardistas y exquisitos. Los sabores y las sensaciones que estos producen elevan el paladar a un siguiente nivel.

La lista es larga, así que vamos con algunos destacados. Las almendras garrapiñadas con zaatar y sal marina y el pan con manteca de shiso abrieron el telón junto con un Sauvignon Blanc, Cono Sur, Casablanca. Una ensalada tibia de remolachas, unos boquerones con chorizo colorado, un tartare de vaca con pera y kimchi fueron algunos de los deleites del primer acto que, acompañados de un Pinot Noir La Cayetana, desafiaron lo conocido y merecieron aplausos.

El segundo acto lo protagonizaron dos postres que, otra vez, hicieron magia. El ganache de Montblanc, calabaza, avellanas, ajo negro y pomelo es el tipo de postre que querés saborear lento, cerrar los ojos en cada bocado y esperar que no se termine nunca. Siguieron unas madeleines de cardamomo y miso de la mano de un té Sencha japonés en hebras.

“Buyón es la búsqueda de tres amigos de acercar su pasión por el vino y la gastronomía en un barrio donde este tipo de oferta escasea”, cuenta Francisco di Campello, uno de los dueños creadores. “Buscamos acercar vinos de calidad y gastronomía de primer nivel a precios accesibles y con un menú estacional”, aclara. Superando toda expectativa, Buyón rápidamente se posicionó como uno de los restaurantes más prometedores de apertura reciente.

2) Gris-Gris: un bar de escucha donde pasan vinilos que son una rareza / Una propuesta íntima con vinitos y platitos / Cabrera 5918 – Palermo Viejo.

Cabrera 5918, un espacio para los fanáticos de la música, del buen tomar y del buen comer. Este bar de escucha se inauguró el 5 de mayo en Palermo con un objetivo muy claro: ofrecer una experiencia musical única junto a una propuesta gastronómica prometedora. “Este bar surgió de una necesidad que yo tenía de crear un lugar donde la música sea lo primordial”, cuenta Bruno Albano, músico y dueño de Gris-Gris, donde comparte su colección personal de vinilos que compila desde los trece años.

Inspirado en el Jazz Kissa, un formato de consumo cultural japonés nacido en los 60 ́, en Gris Gris suenan vinilos cuidadosamente seleccionados y no convencionales, “rarezas” que pueden ser difíciles de hallar. Exhibidos sobre una biblioteca iluminada de rojo, los discos son sin duda los protagonistas del lugar. “Íntimo, luminoso y oscuro”, es como Bruno elige describir al bar, donde tan ciertamente convive esta ambigüedad entre la luz y la oscuridad.

Y…¡Hablemos de su comida! Gris Gris presenta una carta concisa con un total de 8 platos y 2 postres. El que mucho abarca poco aprieta, dice el dicho, y este es el ejemplo perfecto de una carta corta, interesante y riquísima. Recomendado: el crudo de hongos con cajú rallado y pan chato es un mil. Perfecto para acompañarlo con una copa de vino o un cocktail, mientras escuchas música a través de un sistema de sonido hi-fi.

3) Lardito: energía “con alma barrial” que invita a pasarla bien con una carta dinámica y sabrosa / Jorge Newbery 3655 – Chacarita.

Lardo & Rosemary y Vilardo se unen en este nuevo local en Chacarita para traernos Lardito, “la unión de nuestras dos patas: la comida y el vino”, cuenta Pipe Colloca, uno de los cinco dueños y amigos.

Luego de su éxito en zona norte, abren Lardito en Av. Jorge Newbery, Chacarita, persiguiendo sus raíces de “alma barrial” que vivieron durante su infancia en Vicente López. “Es un local armado desde cero, más grande, donde podemos jugar nuestro juego y ofrecer una experiencia gastronómica más completa”. Dicho y hecho, la experiencia en Lardito es todo lo que promete ser.

Con una entrada bajo perfil, el local está casi escondido sobre la avenida. Desde afuera se puede ver la vinoteca de madera con más de 150 etiquetas expuestas y un cartelito que lee “entrada por el patio”. Ya adentro, el aire cambia, el ambiente atrae y la energía invita. Desde la música y el servicio hasta la comida y la bebida, Lardito crea ganas de quedarte un par de horas a pasarla bien, disfrutar de una comida exquisita y, ni más ni menos, relajarte de la mano de una buena compañía.

Los platos son pequeños y dedicados, y el dinamismo de la carta les impide mantenerse estáticos. El risotto crispy a la plancha con repollitos, brócoli y mascarpone y las papas fritas de triple cocción con ketchup casero son para tirarse de cabeza, acompañados de un vino blanco fresco o un tinto intenso que cierran la noche con moño.

4) Azul Café: una joyita esquinera, y un sueño cumplido, que invita a frenar / Café seleccionado y comida (muy rica, vale la pena aclararlo) / El Salvador 5078 – Palermo Viejo.

Estilo, café y dedicación. Azul café es un sueño cumplido. En su ventanita en Palermo, en el local de Harvey & Willys, nace después de mucho trabajo este local de café de especialidad.

“Hace rato vengo pensando en vivir de algo propio, que me incentive a levantarme todas las mañanas. Era mi sueño tener mi propio café y después de varios años me animé”, comparte su creadora, Azul Szuldman. Licenciada en gastronomía y amante del café, Azul nos ofrece esta expresión de ella misma: un café cuidadosamente seleccionado, comida rica (muy rica, vale aclarar) para acompañar, pet friendly y con banquitos con un diseño antirrobo para disfrutar despreocupados del sol en la cara, especialmente estas mañanas de frío.

Una joyita esquinera que esconde delicias como los dátiles rellenos de pistacho y bañados en chocolate vegano, sus chipás calentitos, y su Peanut Latte o Rose Mocca. Lejos de haber llegado al final del camino, su dueña sigue pensando proyectos a futuro, como por ejemplo, cómo unir sus dos pasiones: el café y los animales.

Sin lugar a dudas, se logró en este café un ambiente que llama a quien pasa por enfrente a frenar en la ventanita pintada de azul a pedirse un café y algo de comer, ya sea to go o, mejor todavía, to stay. Una parada obligatoria para todo aquel amante del café.

5) Gontran Cherrier: un jardín secreto en la Alianza Francesa “como un viaje sin salir de la ciudad” / Córdoba 946 – Centro.

Un jardín secreto en el corazón de la cultura francesa. Acá es donde Gontran Cherrier, boulangerie parisina instalada en Argentina en el 2019, abrió las puertas de su nuevo local. Se trata de la Alianza Francesa sobre Avenida Córdoba.

Macarons, éclairs, pain au chocolat y croissants son algunos de los más conocidos y pedidos del menú, ideales para acompañar con un afternoon tea o un buen café. Aireado, liviano, crocante y relleno de una pasta dulce que enloquece, el croissant de almendras fue un clásico con un twist que lejos estuvo de pasar desapercibido.

“Es muy diferente la experiencia en comparación con los otros locales, la mayor diferencia es la ubicación: está un poco escondida”, comparte con elDiarioAr y MALEVA Renato Civelli, dueño de Gontran Cherrier Argentina. Efectivamente, este salón de té es un oasis apartado del ruido y bullicio de la ciudad, que esconde las mejores delicias francesas difíciles de resistir. Al fondo de un pasillo empapelado que recuerda a un cuadro de Monet y luego de una gran puerta de vidrio repartido, se encuentra este salón que pareciera ser sacado del palacio de Versalles. Como bien dijo Civelli, conocer el Jardin Secret par Gontran Cherrier “es como un viaje pero sin salir de la ciudad”.

 

6) Amelí: un refugio de luz natural y vegetación con un menú super variado pero tradicional / Dardo Rocha 1810 – Martínez – San Isidro.

Un techo abovedado de madera que cubre todo el interior, plantas y una iluminación tenue… su arquitectura nos recibe para sacarnos el aliento. “Un refugio de luz natural y vegetación”, describen los dueños, “una cápsula donde el tiempo se detiene para dar registro al disfrute”. Sobre la gran avenida Dardo Rocha nace Amelí, la representación de la feminidad acogedora y poderosa que te recibe en su interior con los brazos abiertos.

El menú es súper variado, desde carnes y pescado hasta pastas y sushi. Ideal para el que busca una propuesta más tradicional con un giro auténtico. De entrada se destacaron los chipirones al hierro por su intenso sabor ahumado, acompañados de una burrata bien cremosa con bresaola y con el toque perfecto de dulce gracias a la mermelada de tomates que la corona. Para seguir, dentro de los platos más recomendados de la cocina, están el salmón sauté, crocante por fuera y tierno por dentro con un cremoso de zanahoria y naranja, y la pasta Cavatelli con manteca, hongos, peperonccino, albahaca y queso pecorino para quien elige un plato no carnívoro.

atención los fanáticos del postre: el volcán de chocolate con salsa de frutos rojos y helado de crema americana es todo lo que está bien. Calentito, el chocolate se derrama hasta que choca con el helado para generar ese contraste de sabores y temperaturas que te vuela la cabeza. Sin ir más lejos, un clásico que te va a hacer feliz.

“El encuentro entre lo humano y lo botánico” es como se perciben en Amelí, una especie de madre naturaleza que ofrece un espacio de intimidad, disfrute y desconexión para compartir con amigos, familia, compañeros de trabajo o quien quieras. Una hermosa experiencia de principio a fin, un paréntesis en la semana para irte a dormir con la panza llena y el corazón contento.

7) Obrador Florida: no sólo una heladería, también un concepto / Los gustos se renuevan con las estaciones / Soler 5063 – Palermo Viejo.

Obrador Florida, mucho más que una heladería: un concepto. Esta heladería en pleno Palermo viejo es la personificación de un approach a la naturaleza y la materia prima que es honesto, transparente, natural y ecológico. Una apuesta por un consumo más consciente, donde el consumidor está a la merced de la naturaleza. Distinto a lo que estamos acostumbrados, donde la velocidad, la ansiedad y la manipulación industrial protagonizan los procesos.

En el 2013, Mercedes Román empezó a hacer su propio helado en su casa con una maquinita y este hobby creció a transformarse en su proyecto de heladería. Hoy, Obrador Florida ya tiene 14.500 seguidores en Instagram con apenas 3 meses de apertura. “Trabajamos con rotación estacional, pero posta. Además, estamos logrando que casi todos nuestros productos sean de origen agroecológico. Tenemos una carta corta, con ingredientes que van variando de acuerdo a lo que las temporadas ofrecen”, cuenta Mercedes.

La dedicación y el compromiso se trasladan directamente al sabor del helado. La calidad de la materia se distingue de inmediato, es una experiencia de sabor totalmente distinta, desafiante y caprichosa, y al mismo tiempo nos remite a la “memoria emotiva” de algo conocido. Higuera (gusto estrella), jengibre, queso de cabra con jalea de membrillo, maní, dulce de leche y limón obrador son algunos de los gustos de la carta otoñal, que cuenta con un total de 11 gustos.

Los helados son mi género discursivo. Encontré en los helados un lienzo en blanco donde expresar lo que más me convoca en el mundo: los alimentos”, expresa la dueña. Creyente del poder de convocatoria de los alimentos y de su poder transcultural, Mercedes se entregó a su proyecto con toda sus fuerzas y corazón. “Y curiosamente en nuestro país casi no hay mujeres como heladeras al mando. No tuve opción, tuve que apropiármelo inmediatamente”. Una joya que brilla de adentro hacia afuera. Una obligación para los valientes y amantes del helado, y para los que buscaban novedad a la hora de elegir qué gusto de helado pedir.

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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados.