Mooi es una de las aperturas más nuevitas, con un espacio súper lindo y el menú variado y rico de siempre
Polo Foodie: dícese de un espacio de no más de una cuadra que concentra muchísimas opciones gastronómicas y es la salvación de los indecisos a la hora de encarar una salida a comer. Bueno, no lo dice la RAE, pero así lo definimos nosotros. Porque, ¿a quién no le pasó de no poder elegir de antemano a dónde cenar o almorzar? Por eso, lo fácil es encarar para uno de estos polos que fusionan distintas alternativas foodies pegadas una al lado de la otra, y hacerle caso al antojo del momento. Si hay mucha cola en uno, te pasas al lado. Si el menú de uno no te convenció, buscás en los otros. Practicidad asegurada.
Y de estos hay muchos en Buenos Aires. Pero si hay uno que está empezando a resonar mucho, es el Complejo Al Río. Aperturas novedosas, una atrás de la otra. Algunas que ya están funcionando – y muy bien – y otras que suman expectativas con sus prontas aperturas. Uno de comida americana, otro de cocina saludable para cualquier momento del día, una cafetería de especialidad ultra conocida y una pizzería canchera son las cuatro elecciones disponibles (y variadas). Y, además, están inmersas en este modernísimo y canchero “shopping” que lo tiene todo y vale la pena conocer. Leé y enterate lo que este polo tiene – y tendrá – para ofrecer:
Mucha luz, espacios modernos – como una barra digna de un bar palermitano – lámparas colgantes y detalles en color y una estética y energía muy genial. Así es el nuevo mega espacio a puro vidrio de Mooi en el territorio que nos compete. Abrió en junio y no tardó en correrse la voz entre oficinistas y locales. Hoy, un mediodía no encuentra silla sin el cliente de turno. Es que es perfecto para refugiarse del frío – y la rutina – en cualquier momento del día y disfrutar de un menú amplio, saludable y tentador en un espacio súper canchero.
Si lo elegís a primera hora, el apartado de desayunos y meriendas aloja todos los gustos. Una neoyorkina ($199), por ejemplo, que no le escapa a los bagels y huevos revueltos y es el elegido por los gustosos de lo salado. El energético ($205) es bien completo y healthy: yogurt con granola y tostadas de pan integral. Y todos vienen con café o té y juguito de naranja. En fin, desayunar o tomar el té en Mooi va a dejar a tu panza contenta. Además, un universo de yogurts naturales, waffles semi integrales, tortas y más delicias dulceras y caseras que no podían faltar. Aguas de fruta – la refrescante, con limón, naranja y menta está genial – licuados, tés, cafés, jugos y más bebidas de colores son el acompañamiento perfecto de tu plato. Si lo elegís para almorzar o cenar, la fiesta foodie continúa: tenés desde ensaladas coloridas y abundantes – la Detox ($285) es genial – hasta rolls, tartas, sándwiches y principales más calentitos que mantienen las recetas orgánicas, saludables y riquísimas. Claro está, los postres no son excluidos. Y ojo, porque si tu día laboral ya terminó, no te pierdas la sección de vinos y tragos para una experiencia completita. Ya avisamos: el menú es amplio.
¿Ideal para? Quienes quieran cortar el día comiendo algo súper sabroso, pero healthy en un espacio muy cool y canchero. ¡Desayunos, almuerzos meriendas o cenas!
Acá, el Starbucks tiene doble gancho. Porque, además de ser el clásico refugio cafetero de quien quiera sentarse con la notebook y cambiar de oficina por un rato, es el único en el país que ofrece métodos de filtrado de especialidad. Los baristas son únicamente delantal negro – la categoría más alta – y las opciones incluyen formas de filtrado para compartir, como syphon, chemex o prensa de café; y otros individuales que van desde pour – over, cold brew, nitro cold brew hasta aeropress.
Entre murales coloridos, mesas de madera, aparatos dignos de un laboratorio científico, una gran mesa comunitaria en el medio y, de nuevo, mucho vidrio, el espacio apuesta por más. Obvio, también tienen los clásicos de la sirenita – como el vanilla latte, frapuccino o mocca – pero la idea acá es expandir ese universo y ampliar el paladar del consumidor a uno más experto. Y si necesitás asesoramiento, también es el lugar indicado. Quien atiende es Tivo, uno de los Coffee Embassadors de la marca, y claramente un genio si de granos de café se trata.
“Es la primer Coffee Experience Store de Argentina, donde van a ser recibidos por un equipo formado por los mejores Coffee Masters de nuestras tiendas”, cuenta Pablo Jaratz, gerente general de Starbucks Argentina. Otra alternativa a la altura de un polo foodie en expansión.
¿Ideal para? Un café post almuerzo, un break laboral, o una charla con café de por medio.
Otra cadena de renombre eligió Al Río como nueva sede. Esta vez, la comida rápida se hizo lugar para una alternativa más de paso y fast food. Con una onda Street art llena de dibujos, frases, plantas, un horno a la vista y una barra colorida, el espacio completa los requisitos de modernidad que se impusieron – sin querer – en el polo. Lejos de ser una pizzería tradicional, Almacén de Pizzas se instaló en un pequeño, pero muy canchero espacio con mesas al aire libre y mucha onda.
Ahora, ¿de qué se trata el menú? Como toda pizzería, las protagonistas están a la vista: empanadas y pizza. Hay clásicas como mozzarella, fugazza o napolitana (entre otras), blancas – que incluyen opciones sin salsa de tomate, por ejemplo, una de queso de cabra u otra de brie -, y otra sección de especiales, con toques más originales: napolitana con cherrys, jamón crudo estacionado y más bombas. Pero si sos los que prefieren probar un poco de todo, la picada de pizza es tu elección: por $410 podés armar tres pizzas con toppings a elección. De todas formas, acá también hay lugar para calzones, tartas, ensaladas, hamburguesas y pastas. Y para tomar, la variedad de vinos le compite al clásico acompañante, la cerveza. Igualmente, esta última retruca con una oferta irresistible: ¡la segunda birra es gratis!
¿Ideal para? Una comida en familia o amigos; o un corte de oficina entre colegas, rápido pero delicioso.
Pioneros, conquistaron Al Río hace ya unos meses con un local gigante. Ya sabemos, la firma es fanática de la Avenida Libertador, y Vicente López fue la última apertura que no tardó en vivir con lista de espera. El espacio respeta la estética de la marca: un restaurante enorme a pura madera, con una barra muy protagónica, boxes de cuero negro y, en este caso – como todos los del polo – paredes de vidrio que crean un clima iluminado y agradable. Y, fiel a su estilo, no podían faltar mesas al aire libre.
Con un menú que ya es tradición, se convirtieron en un sello foodie que todos conocemos y es una opción muy firme y elegida para encarar una cena de a varios. Los platos que marcan su insignia son potentes, abundantes y muy de food porn, empezando por la aclamadísima ensalada ceasar en todas sus versiones, las ribs de cerdo, el salmón con cuscús o el Kansas chicken relleno de queso. Y bueno, la sección de postres no admite dieta alguna: las cheescakes de dulce de leche y chocolate son una bomba mortal, mismo caso con su Going Bananas.
¿Ideal para? Una ocasión especial, una cena entre amigos o con la cita de turno.
Variado ya es, pero en breve llegarán tres aperturas que le darán aún más amplitud a la oferta. Y, de nuevo, de tres cadenas porteñas súper reconocidas. La que, se dice, llegará primero, es Johnny B Good, en un mega espacio instalado en la segunda planta, por encima de Kansas. Con la misma onda que fundó desde su génesis, ya sabremos qué encontrar: tragos, guitarras, rock, y platos de comida americana. ¿Cuándo? Dentro de dos meses, aproximadamente. Y como sushi no puede faltar en ningún polo foodie, Fabric – que no para de crecer e inundar la ciudad de sucursales – también se anotó y aguarda la apertura de su espacio entre Mooi y Almacén de Pizzas, sobre la planta baja. y, luego de haber sido consagrado con el premio a Mejor Hamburguesa de la Ciudad en 2017, busca una tercera sucursal, esta vez en la Provincia.
Fotos: propias y gentileza Kansas