Con sus casas bajas, gente andando en bicicleta y vecinos paseando a sus mascotas, Colegiales conserva la impronta de barrio, pero que no se detiene en el tiempo sino que sabe estar a la vanguardia. En los últimos años, se convirtió en un polo gastronómico ineludible, pero lo que quizá muchos no sepan es que es el nuevo territorio de casas dulces. Después de las últimas incorporaciones de heladerías, pastelerías y cafés que se sumaron a los primeros que ya se habían instalado en el barrio; se armó un variado e imperdible circuito para sentarse a desayunar o a merendar, comprar al paso, regalar o autoregalarse cosas ricas.
En la esquina de Zapiola y Virrey Avilés, bajo una bella Santa Rita de más de 20 años, Titola invita a disfrutar de delicias dulces como en un oasis en medio de la ciudad. La propuesta gastronómica es 100% casera, basada en productos naturales y de estación. Para hacerse agua la boca, ¡hay de todo! Desde scons, lunettes, budines, rolls de canela, cheesecake (el original y una versión light apta para diabéticos), mini rogel, lemon pie hasta waffles (los clásicos con dulce de leche y el llamado “Titola” que lleva dulce de leche, banana y crema. ¡Una bomba dulce para compartir!).
Los últimos en sumarse al listado fueron los hot cakes con frutas horneadas, crema y lluvia de granola. Pero el imperdible es la tarta de pera con una base de masa quebrada, peras que se cocinan en almíbar y una mezcla de manteca, azúcar y almendras molidas.
Si la idea es festejar un evento o tener una reunión privada con amigos, en el piso superior Titola tiene un salón súper colorido ideado especialmente para estos momentos.
Un detalle para nada menor: la selección de música ayuda a bajar cambios y acompaña los tranquilos aires que se respiran en esta esquina de Colegiales. Ideal para aquellos que quieren leer, estudiar o trabajar.
Martes a viernes de 8 a 20 hs. Sábados, domingos y feriados de 9 a 20 hs.
De Bariloche directo a Buenos Aires, el imperio de chocolates Rapa Nui inauguró hace apenas dos años una de sus sucursales más lujosas en Colegiales. Ubicada en una casona remodelada de más de 100 años de antigüedad, pero que conserva detalles de época como los mosaicos damero, la carpintería y pisos de madera originales, un patio andaluz y otro delantero perfectos para disfrutar de los helados. En ella se pueden encontrar todos los productos de Rapa Nui que, además de sus ya conocidos y aclamados helados artesanales, son muchos. Sobre un extenso mostrador se despliegan sus bombones (que se venden por peso o en cajas armadas), chocolates muy divertidos para chicos, algunas delicias de pastelería como alfajores y galletitas; y la estrella de la casa: las FraNui, unas irresistibles frambuesas frescas de la Patagonia bañadas en dos chocolates. Siempre innovando, hace poco incorporaron entre sus productos Crema de Marroc para hacer tortas y postres, y Tejas (finas láminas de chocolate amargo que van de 60% a 90% de cacao). Para los que prefieren helado estén atentos a la temporada porque algunos gustos varían según la estación como el de ciruela, mandarina, berry champ, membrillo, melón, dulce de leche con guindas y limón con jengibre, entre otros. El que no pueden dejar de probar es Gianduia di Torino (crema de avellanas italianas), una receta familiar que data de los primeros años de la historia de Rapa Nui. El plus es que tienen una línea de productos libres de gluten para personas celíacas.
Domingo a jueves de 11 a 01 hs. Viernes, sábados y feriados de 11 a 02 hs.
Ròncole llegó a Colegiales hace tan solo un año y ya es uno de los puntos ineludibles para los golosos y sobre todo si gustan de la pastelería italiana. Uno de sus dueños vivió durante algunos años en Italia y propuso recrear el tranquilo y natural estilo de la pequeña ciudad de Ròncole con sus colinas. Por eso, en la ambientación del local se destacan los verdes, el hierro y la madera. Siguiendo el espíritu italiano, el café es atendido por sus propios dueños creando una atmósfera descontracturada. Entre sus éxitos están los típicos cornetto italianos, la torta de ricota y almendra, sus panes de elaboración propia (desde panes de campo o de molde hasta baguetines integrales, para elegir el que quieras para las tostadas) y el brunch que cuenta con una selección de mesa de dulces. ¡Todo con porciones mucho más que generosas!Otra buena razón para pasar por Ròncole es su terraza semi techada con mucho verde que puede usarse en cualquier época del año para disfrutar de los desayunos, meriendas o cenas (recientemente incorporadas a la carta). ¡Y si consumís en la barra, pagás menos que en las mesas! Todos los días de 8 de la mañana a 12 de la noche.
Aunque solo se puede comprar y llevar, Les Croquants merece estar en esta lista porque es el paraíso decretado de cosas dulces. Sus dueños son una pareja joven que se las jugó por su proyecto de pastelería extemporánea y es todo un éxito. Ofrecen piezas de pastelería tradicionales de otras culturas y países que están fuera del tiempo. Entre sus especialidades se destacan los macarons (un clásico de la pastelería francesa que hacen en tres tamaños y doce sabores), los mooncakes (una pieza de pastelería china adaptada al paladar occidental ¡y que no se consigue en ningún otro lugar!) y los cupcakes. Aunque también tienen chupetines de torta, galletitas de la fortuna caseras, malvaviscos, religieuse (de Francia), stollen (de centroeuropa), fudge (de Inglaterra), brigadeiros (de Brasil), entre otros. El toque especial se lo da el artesanal y lúdico diseño en la presentación de los productos, el packaging y la decoración del local. Todo es ideado bajo el sello de la marca de objetos de papel de su dueña: Dobleufa (pequeñas obras de arte que también pueden comprarse en Les Croquants). Un datazo: se pueden encargar mesas dulces pret-a-porter (eligiendo entre cinco temáticas diferentes) que vienen listas para armar incluyendo camino de mesa, vajilla, decoraciones, guirnaldas, servilletas y cartelitos.
Lunes a sábados de 9 a 20 hs y domingos de 12 a 19 hs.
Lucca nació como heladería boutique y con la idea de darle un toque gourmet a los clásicos gustos de helados. Hace tres años eligieron Colegiales para inaugurar su segundo local y sumarse a la movida del barrio, en el que se puede comprar al paso o sentarse un rato a descansar con helado en mano. Entre sus gustos hay perdiciones absolutas y elegir uno solo sería pecado, pero recomendamos el Dulce Lucca (dulce de leche con trozos de chocolate blanco, oreos y dulce repostero), el Manzana Crumble (manzanas al agua con trozos de crumble y canela) y el Choco Lucca (chocolate con granizado, nueces y licor Baileys). Entre algunas rarezas tienen una línea de helados de cabra, el gusto Crema de jazmín (vainilla con una infusión de té de jazmín en hebras), y pronto lanzarán Crema de choclo y Zanahoria con naranja. Además, se pueden pedir milkshakes, batidos y frappés a base de helados como el Manamá (un batido natural de mango, naranja y maracuyá súper refrescante) o deleitarse con un rico nespresso con cookies. Lunes a domingos de 12 del mediodía a 01 hs.
Aunque ya inauguró su cuarto local, Crisol abrió sus puertas por primera vez en Colegiales con una fuerte identidad: especialistas en café, impronta de barrio, pet y bikefriendly. El año pasado renovaron su local en el barrio con nueva ambientación, un espacio más grande y una barra para acceder a la Tienda Crisolera sin tener que ingresar al local, pedir algo rico y seguir camino. Por las mañanas Crisol tiene un novedoso sistema de granolas para armarlas a gusto personal: primero se elige la base (hay tres opciones muy variadas), después se selecciona el topping (banana y frutos rojos, frutas de estación o frutilla) y por último el lácteo (yogurt natural o leche). Para los ultra golosos está el hit de tostadas francesas con nutella y frambuesa, tarteletas como frangipane de peras y frutilla con crema de vainilla, budín de maní y frambuesa, y tortas de todo tipo. ¿Con qué acompañarlos? La especialidad de la casa es el café con diferentes filtrados: prensa francesa, café de filtro y el clásico espresso. Pero no pueden dejar de probarse otras combinaciones bien power como los capuccinos nutella, mocca, chai o caramel; y bebidas frías como el cold brew, aguas de quinoa o bebidas a base de cítricos: ananalada, limonada, pomelada y maracuyada.
Todos los días de 8 a 20 hs.
Como no podía ser de otra manera, a Dulce Buenos Aires el nombre lo delata. En otra de las esquinas más lindas del barrio, se destaca con un estilo clásico y romántico en sus dos salones, su terraza y un patiecito de aires parisinos. Todas sus delicias son de elaboración propia y siempre en la búsqueda por sumar sabores de la infancia que todos recordamos como el alfajor de maicena, y otros más nuevos y originales como barritas de caramelo o brownies blancos con dulce de leche. Lo mejor es acercarse al mostrador donde se exhiben los productos del día y dejarse tentar. El top de Dulce Buenos Aires son sus tortas bomba con muuucho dulce de leche, pero también hay otros imperdibles como el alfajor de almendras y avellanas, el budín Gloria (con higos, ciruelas y nueces), y para acompañarlos el licuado de pera, menta y un toque de banana. La última y muy recomendada creación de la casa es la torta Agata Crispy con una base húmeda de cacao, crispis de chocolate con leche y de chocolate blanco, crema, mousse de chocolate ¡y más crispis arriba! Ademas de comer en el local, Dulce Buenos Aires tiene take away para llamar, pedir y disfrutar en casa; y un servicio de catering con todos sus manjares pero en formato mini.
De lunes a viernes de 8:30 a 21:30 hs. Fines de semana de 9 a 21.30 hs.
Solo por tres cuadras no pertenece al territorio de Colegiales y forma parte del barrio vecino Villa Ortúzar, pero igual lo sumamos a la lista, ¡porque es todo un hallazgo! Su fachada rosa y celeste con mesas y sillas de hierro en la vereda le da una impronta retro a este pequeño café. Para los amantes de lo vintage, en su interior tiene mesas y bancos de azulejos de colores como los que había en el patio de nuestros abuelos. No pueden dejar de probar las cookies de orejones, nueces, pasas y coco que son una delicia. Los alfajores de chocolate con dulce de leche y las galletitas rellenas de limón bañadas en chocolate blanco fueron lo último en incorporarse a la carta y vuelan. Y para untar las clásicas tostadas y scones, Acacia Negra tiene un hit: mermelada casera de zapallo, manzana y naranja con canela y clavo de olor.
Martes a domingo de 9 a 20 hs.