Desde que los zombies están de moda nadie le tiene miedo a Chacarita. El cementerio que le da nombre al barrio es un guardián de la paz de sus calles arboladas y casas bajas, donde se instalaron diseñadores, artistas y restaurateurs independientes. Veganos, latinos, rockeros y femeninos, Chacarita tiene joyitas gastonómicas imperdibles, lugar para estacionar y seguridad para preservar la calma. Algunos lo llaman Palermo Dead, pero Chacarita está más vivo que nunca.
Un ejemplo de cómo se puede derrochar onda sin ostentar. Los dueños de este bistró son dignos representantes del barrio, el guitarrista Germán Windaus y su mujer Ana, reflexóloga. Ellos coparon la esquina con mesas y desde las cinco se puede tomar cerveza artesanal, aperitivos o vinos boutique en la vereda. La cocina es reconfortante y cercana: empanaditas de morcilla; arañita -un corte de la vaca resucitado por los conocedores- con ensalada y papas rotas; bondiola braseada con cerveza y batatas; crème brulée. Simple y contundente. Charlone 101 (esq. Concepción Arenal). 4551-0557. Reservas desde las 16. Martes a sábado de 17 a 24.
¡Al fin cocina latinoamericana! Ya se sabe que los argentinos no nos creemos latinoamericanos, lo cual es una lástima enorme, entre otras cosas, porque nos perdemos de su sabrosísima cocina. ¡Bendito sea Elote (así se le dice al choclo en México)! Un mexicano, Jesús, y dos venezolanos, Paolo y Sara, se juntaron para servir lo más emblemático de su cocina rápida. La base son las arepas, tacos y tostones, con rellenos a elección. La arepas y los tacos son tortillas hechas de maíz y los tostones (patacones en Colombia, y sueño dorado de todo el Caribe), son «tostadas» hechas de plátano verde. Sobre el tostón recomiendan la Marinera, de langostinos rebozados en panko con mayonesa de paprika, palta y cebolla. Sobre arepa, la Bondi, bondiola braseada con palta, queso cheddar y ciboulette. Y en taco, la mechada, de tapa de asado deshebrada, con salsa de palta, cheddar y ciboulette. También hay ensaladas y cerveza artesanal tirada.
ELOTE. Jorge Newbery 3791 – 15 3156 2555 / 15 4174 2801 / [email protected]
Es femenino por donde se lo mire -sus dueñas son dos mujeres, Laura y Lucía- pero cada vez que voy está lleno de hombres (¡atenti damas!). Es una esquina soñada con platos de abuela en las paredes, heladera vidriada de almacén de otra época y mesas con florerito debajo de los árboles en la vereda. Son un clásico de la zona: están hace 8 años y los almuerzos son su fuerte. La cocina es casera y simple pero hecha con buenas materias primas. Pollo de campo (de verdad) al horno, bombas de papa rellenas con queso y ciboulette, risotto de camarones, pastas caseras y un helado e menta, jengibre y lima de locos. De noche ideal: romanticismo de alto calibre o para reuniones de amigos en paz total.
Las Damas. Charlone 202. 4554-3466. De lunes a domingo, todo el día. Miércoles a sábado, noche.
Bonus Track chic: Justo frente a Las Damas está Falena (Charlone 201) una librería con increíbles de libros de arte, fotografía, viajes, poesía, etc. También es galería de arte y bar de vinos. Un rincón mágico.
Otra esquinita con el alma de barrio intacta, tomada por la histriónica Manu Donnet, cocinera militante de lo saludable (solo porque Almodóvar no la conoció todavía). El interior está casi intacto: mostrador, heladeras, ventilador. Uno diría que va a comprar matambre con rusa pero no, Donnet es una rotisería vegana, aunque Manu prefiere decir que es «saludable y con sabor», y no se equivoca. Hay mesas afuera y una grande adentro, que en invierno promete llenarse de sopas y guisos. Los hits son los hongos Donnet (macerados en licor de olivas verdes con una crema de castañas); puerros y verdeos Ricciardi cocinados por cuatro horas al horno en tuco, muy sabrosos; jalapeños rellenos; shiitakes con frijoles refritos con arroz; asado de gírgolas (las mollejas vegetales) con ajo y limón sobre ensalada picante. Hay vinos orgánicos, cervezas artesanales y aperitivos caseros.
Donnet. Fraga 499 (esq. Maure). Lunes a sábados de 20 a 24.
Alcurnia gastronómica en un ambiente simple. Durante años allí funcionó Masamadre, un lugar entrañable que todos extañamos cuando cerró. Por suerte Rita fue un sucesor a la altura. Regenteado por de Silvina Trouilh (ex Faena, ex socia-dueña de Caseros), la propuesta apunta al día. Hay muy buen café -con kiosco al costado para llevarse uno al paso- buena pastelería -imperdible el carrot cake- y almuerzos, con cocina simple, casera y con una vuelta de tuerca que la eleva a otra categoría. Los toques sutiles son los que hacen toda la diferencia: el aliño de la ensalada (buen aceite de oliva y un toque agridulce), el ancho y la cocción perfecta de la tortilla de papas, la piel tostada de la merluza a la plancha, el almíbar de cardamomo de la ensalada de frutas. La ambientación minimalista despeja la mente: las mesas que dan a la ventana son ideales para trabajar o soñar. Olleros 3891, esquina Fraga. 4554-4555. Lunes a viernes de 9 a 19. Sólo efectivo.
Hay que ir tipo 4 de la tarde para agarrarlos recién hechos, crocantes y tibios. Un manjar de los dioses. Abrió sus puertas en 1963.
A los que tienen prejuicio con lo vegetariano: vayan y prueben. Sobra sabor y satisfacción. Rolls vegetarianos sabrosísimos (rúcula, queso brie, champignones y olivas negras), hamburguesa de porotos negros con aros de cebolla y palta, y sobre todo, un falafel de morirse. 4551 3767. Lunes a sábado de 12:30 a 15:30 y lunes a viernes de 20 a 24.
Fotos: gentileza locales mencionados.