Los rooftops entendieron todo: son cancheros, relajados, y a la vez distinguidos. Luz tenue, música chill y panorámicas de la ostia suelen ser las características que los diferencian y que los hacen tan atractivos. Desde hace años que los argentinos que viajan a Nueva York en los meses templados descubren que las mejores salidas son en la altura (¿o no que tomarse unos aperitivos en el rooftop del hotel Standard en el Meatpacking ya es casi obligatorio?). Y también en Argentina son una tendencia incipiente con el Sky Bar del Pulitzer como pionero y estandarte, y también con otros rooftops más nuevos como el del Hotel Madero. Pero lo que no todos saben es que ahora en Río de Janeiro, la cidade maravilhosa, también algunas de las mejores barras las encontrás en las terrazas de los hoteles. Desde lo alto otorgan un marco inmejorable: mientras brindás con una caipi ves las playas de la ciudad, apreciás su arquitectura y te conmovés con sus morros imponentes. MALEVA estuvo en Río y visitó sus mejores rooftops. Te contamos cuáles son y cómo son:
Seguramente, cuando en 2012 los encargados de renovar el clásico hotel carioca Praia Ipanema quisieron remodelar su terraza y ofrecer una propuesta cool y joven, nunca pensaron que les iba a salir tan bien. ESPACO 7ZERO6 es un bar y restó muy concurrido por el público under 40 porque tiene mucha onda (música chill out, una barra excelente especializada en caipirinhas, una vista sublime a la playa de Ipanema desde el piso 16, una pileta panorámica). Podés ir exclusivamente a tomar algo pero el hotel también tiene una opción para disfrutar de todas sus comodidades (el spá, la pileta, el rooftop) sin alojarte, sólo por el día. De los tragos, como dijimos, los que más se destacan son los elaborados con caipirinha. Dos que están buenísimos son el Caipisake (que es una reversión de la caipirinha pero con sake japonés) y el Caipipremium que es una caipirinha preparada con cachazas de lujo y con frutas a elección. También hay varios tragos sin alcohol, elaborados con una increíble variedad de frutas y soda y una buena selección de vinos del mundo, especialmente de Portugal. Este es un spot muy recomendado también para desayunar con una vista fabulosa. ¿Con quién ir a este rooftop? Idealmente con tu pareja.
El rooftop del Fasano es uno de los más chics de Río de Janeiro. La situación es la siguiente: una pileta espectacular, gente elegante pero con un look muy relajado (podés ir en hawaiannas) , una vista increíble al Corcovado y la playa de Ipanema, y también una genial variedad de caipis y de jugos con frutas tropicales (muy recomendado el jugo de Sandía). El acceso es sólo para huéspedes pero si cenás en alguno de los restós del hotel tenés muchas chances que si les consultás después te dejen subir a tomarte algo. Claro que mucha gente opta por alojarse al menos por una noche en este hotel sólo por su pile panorámica.
Ipanema está de moda pero la mítica Copacabana no se queda atrás. El rooftop del hotel Porto Bay ofrece una muy buena carta de tragos con caipirinhas también como su carta fuerte. Acá se enorgullecen de preparar a la perfección la Caipirinha con su receta más tradicional con muchas limas «ni muy verdes ni muy maduras». Aunque también podés pedirte algunas versiones más innovadoras como la caipi con frutilla y vodka. Lo mejor que tiene esta terraza son los shows “ao vivo” de músicos locales e internacionales. ¿Te imaginás escuchar una banda de bossa mientras te tomás un Kir Royal (ponele) y se pone el sol detrás del morro? Una locura.
Esta propuesta es divertida. A diferencia de las tres anteriores, este rooftop es “para armar”. No se trata ni de un hotel ni de un edificio moderno ni de un bar, es un elevador inaugurado en el año 2010 para facilitar el acceso de quienes viven en el Morro de Cantagalo a la estación de Metro General Osorio. Son dos ascensores panorámicos (uno de 64 metros y el otro de 31) que pueden transportar hasta 50 personas cada uno. Al subir, te vas a encontrar con el “Mirante da Paz” una terraza con una vista sublime. Para completar el plan, te proponemos llevar unas cervecitas Skol y contemplar al atardecer las maravillosas playas de Ipanema y Leblón. Tengan en cuenta lo siguiente: al ubicarse cerca de una favela hay que estar atento a los oportunistas, sin embargo, desde hace ya varios años la policía pacificó los asentamientos. Tanto es así que hasta celebridades como Lady Gaga visitaron el morro.
En la parte alta de Santa Teresa, encontramos este restaurante que fomenta la “cocina de raíz”, como la llama la dueña y chef, Ana Castilho. El lugar, a tono con el barrio, es muy pintoresco, colorido y acogedor. Con mucha madera y un estilo rústico pero muy prolijo. Es un spot ideal para una noche romántica de verano con una vista fabulosa a la bahía de Guanabara. Recomiendo que pruebes el clásico del boliche que es la “punpunha asada”, una suerte de palmito que se sirve sobre un colchón de bambú. Si no te animás a tanto, el plato principal que más sale es el filet de amarela. En este restó elaboran sus propias cervezas (la pale ale es todo un suceso) y cachaças (algunas, aseguran, reposaron por décadas en barriles centenarios). No son pocos los cariocas que aseguran que acá se bebe una de las mejores caipirinhas de todo Brasil. Les recomendamos que prueben la Caipicana do Engenho que está hecha con garapada (un líquido extraido de la caña de azúcar). Tampoco dejen de probar el «café navegante» que es una caipirinha hecha con cachaça y café (gran combinación energética).
La terraza por excelencia de Río de Janeiro no es más ni menos que el Cristo Redentor. Definitivamente es la más mágica, típica y obligatoria. Subir hasta su base ya es una experiencia, porque se va rodeando el morro en el que está ubicado y la geografía se vuelve selvática. Una vez arriba se puede tomar un refresco o comer un snack en un pequeño barcito con mesitas de madera. El mejor momento para visitarla es la tardecita, ya que se puede apreciar desde lo lejos cómo el ritmo de la ciudad se va calmando y cómo las lucecitas que suben por los morros se van prendiendo. No podés irte de Río sin haber ido aunque sea una vez.
Fotos: Dolores Ugarte y gentileza lugares mencionados