Buenos Aires será el “París de Sudamérica”, pero en los cafecitos, los faroles, los palacios y la vanguardia literaria inspirada por Paul Valéry, no se acaba su ADN europeo. Bajo nuestro sol y nuestros árboles kilométricos, se pueden tener experiencias de su vecino del otro lado del English Channel, que van desde librerías con aire a Notting Hill a scons como los que se sirven en Brick Lane, pasando por rituales del té que bien podrían asemejarse a los de la Reina Isabel. Esto es el British Buenos Aires según Maleva.
«No se puede pensar en comida inglesa sin que venga un curry a la cabeza, es casi como el argentino y la pasta italiana, salvando las diferencias. Buscar platos hindúes en Buenos Aires no es tarea sencilla, pero tampoco es imposible.»
No se puede pensar en comida inglesa sin que venga un curry a la cabeza, es casi como el argentino y la pasta italiana, salvando las diferencias. Buscar platos hindúes en Buenos Aires no es tarea sencilla, pero tampoco es imposible. Uno de los primeros restaurantes hindúes de la ciudad, Bengal, con local inaugurado hace 19 años en Arenales 837, ahora se sumó al polo gastronómico más explosivo del año: Palermo Botánico. Ésta es su versión “deli”, más relajada que las otras dos, en el nuevísimo hotel Casa Sur del Palacio Bellini (Cabello 3780), que ofrece “Dal Mackny”, curry de lentejas negras con variedad de chutneys y “Bangali Chicken”, curry de pollo. En un salón con poca decoración y mesas comunitarias chic.
Sarmiento quiso que el país se poblara casi exclusivamente de sajones, y si bien esto no pasó a gran escala, (por suerte, sino muchos de nuestros antepasados no hubieran llegado) los que vinieron dejaron su marca en algunos de los rincones y esquinas más lindos de la ciudad. Además del mencionado Belgrano R, dos zonas muy relacionadas con los primeros trenes se convirtieron en pequeños pueblos ingleses.
El Barrio Inglés de Caballito es capaz de dejar boquiabierto hasta al amante más purista del Chelsea londinense con sus callecitas finitas pobladas de casas blanquísimas una al lado de la otra. Construido en 1923 y diseñado por el ingeniero Pedro Vinent (delimitado por las calles Valle, Del Barco Centenera, Emilio Mitre y la Avenida Pedro Goyena), es un oasis en la ciudad solo comparable con “la isla” de Recoleta, casa de la embajada británica en Buenos Aires.
Este edificio que se posa sobre la Plaza Mitre es uno de los exponentes más importantes de la arquitectura eduardiana que le dio la espalda al período victoriano para volver al clasicismo del 1900, podemos pensar que fue para no sentirse menos ante las construcciones francesas de la zona. Objetivo cumplido.
«Dos platos icónicos que se sirven en cualquier restaurante londinense son fish and chips, pescado frito con papas fritas; y pie de carne, que rara vez se podían encontrar en las calles porteñas hasta que apareció Chipper (Humbolt 1893)»
Dos platos icónicos que se sirven en cualquier restaurante londinense son fish and chips, pescado frito con papas fritas; y pie de carne, que rara vez se podían encontrar en las calles porteñas hasta que apareció Chipper (Humbolt 1893). El pastel puede venir de pollo y champignones, pero el que más representa su origen es el de Steak & Guinness, sabroso y con su cobertura hojaldrada típica. Y el fish and chips viene con el highlight de la casa: sus salsas de curry, queso azul o ajo furioso. Si el salón, con aire a parador playero, se llena de ingleses y canadienses que lo aprueban, es que la experiencia que se ofrece es bien genuina
Otro rincón de Palermo que sirve pastel de carne inglés es el restaurante del Home Hotel Buenos Aires (Honduras 5860). Su receta lleva carne estofada con champignones, cebolla, jengibre, ajo y masa de hojaldre. Además, es el único brunch inglés de la ciudad. Éste, bien potente para sobrevivir el invierno, lleva panceta, salchicha parrillera, hongos, papas salteadas, huevos, tomates grillados, porotos y rúcula. Todo en el Mejor Hotel Boutique de la Argentina según los World Travel Award 2014, cuyo jardín recibe más sol en un día que Londres en todo el año.
Cómo olvidar The Travel Book Company, esa librería chiquita de Notting Hill en la que Hugh Grant no reconoce a Julia Roberts y en vez de pedirle un autógrafo se enamora perdidamente. En uno de los barrios más ingleses de Buenos Aires, Belgrano R, está la sucursal de Kel (Conde 1990) más grande y encantadora, que comparte el azul furioso de la fachada con su hermana gemela perdida del Reino Unido. Si bien no solo hay libros ingleses, es el lugar ideal donde encontrar toda la bibliografía en idioma original tanto de Jane Austen y William Shakespeare, como de Nigella Lawson y Jamie Oliver.
Si lo que queremos es una ceremonia del té tradicional, entonces debemos ir a lo seguro en el Alvear Palace Hotel. Pero en Maleva se nos ocurrió pensar en qué lugares se comen los clásicos de la tarde inglesa, en un ambiente digno de ser vistado por los “cool kids” de Brick Lane o Shoreditch. Sin lugar a dudas, estarían buscando los scons de Pamela Villar en Yeite (Humboldt 293), que atrae con su ambiente industrial y sus azulejos verdes oscuros a los artistas y diseñadores de la zona, y morirían por los English Muffins de Malvón (Serrano 789), esos pancitos suaves inconseguibles en Buenos Aires cocidos a la plancha y espolvoreados con harina de maíz.
«En Maleva se nos ocurrió pensar en qué lugares se comen los clásicos de la tarde inglesa, en un ambiente digno de ser vistado por los “cool kids” de Brick Lane o Shoreditch. Sin lugar a dudas, estarían buscando los scons de Pamela Villar en Yeite…»
De las decenas de cervecerías que aparecen en Buenos Aires, una de las más auténticas es Breoghan Brewery & Pub en San Telmo (Bolivar 860), donde además de beber, se pueden comer platos típicos irlandeces en el mismo lugar en el que se fabrica el rubio elíxir a la vista. Hay huevos revueltos estilo hindú, fish and chips y batatas agridulces con chutney. Jamás habrá: nachos con queso.
Los ingleses son los iniciadores de la cultura del té en Occidente y, tal como explica a Maleva pedro Alperowicz el director de Eclaire, El arte del Té, nosotros no hicimos más que copiar su modelo. ¿Cuáles son los típicos? El English Breakfast, el Darjeeling, el Earl Grey y el Assam, todos de la india. La manera en que se sirve es otro cuento. “Yo tuve la suerte de tomar el té en el templo occidental que es el Hotel Ritz de Londres, donde se sirve con una bandeja de tres niveles que lleva sándwiches en en plato, scons tibios neutros en el segundo y pastelería en el piso superior”.
En Eclaire ([email protected]), se llevan a cabo el English Day en el que además de aprender a preparar la ceremonia, se la puede disfrutar en la vajilla típica. El must: su torta Victoria Sponge, del Ritz, un bizcochuelo que creó la reina con crema de frambuesas.
Fotos: CC-Adam Burt, Chipper y gentileza locales mencionados