Villa Crespo y sus calles adoquinadas tienen cada año más para ofrecer. Por eso te contamos cuáles son las coordenadas del circuito que tenés que visitar si querés salir por el barrio que le roba miradas y visitas a Palermo. El primer spot va a saciar tus ganas de ver lo que pasa en la escena artística (Villa Crespo es el nuevo polo de arte de la ciudad), y despúes, como siempre en nuestros blends malevenses, te contamos dónde comer y tomar unas copas.
En la galería Ruth Benzacar, que ya es emblema del arte contemporáneo y del barrio, siempre pasan cosas que valen la pena. Ahora se viene la tercera edición de Feria Paraguay, de arte impreso, de la que participan galerías y editoriales de Latinoamérica y que tiene como objetivo promover la rama de la industria editorial. Feria Paraguay propone poner en circulación material impreso por pequeños editores, artistas y entusiastas, de distribución escasa. Además, en Ruth Benzacar siempre hay ciclos interesantes como el de Situaciones Breves en la Sala de Lectura, y claro, la colección de obras tan genialmente exhibidas.
Cocina a la leña para volver a las cocciones primitivas. El nombre significa cordero en mapuche. Es un emprendimiento de la sommelier Ivana Piñar, el chef Pablo Abramovsky y Fernando Procupez (dueño de una distribuidora de Vinos). De afuera llama la atención por su vidriera moderna, pero adentro hay un clásico horno de barro, una parrilla con brasas siempre encendidas, y mucha, mucha madera. Todos sus platos tienen perfumes de especias y sabores ahumados. En Kon Kon está de estreno la carta de otoño invierno y los platos destacados son perfectos para días fríos, calóricos y con personalidad. Podés probar desde un guisado mapuche con cordero, hojaldre, cabutia y merken (ají ahumado mapuche) hasta su shawarma hecho a las brasas con mucho hummus, yogurt, ajo asado, cebolla y tomates frescos. Acá todo es casero, y hasta hacen pan de calabaza. Tienen una inteligente carta de vinos a cargo de la sommelier Ivana Piñar donde le dan buen lugar al vino argentino. También producen cerveza artesanal.
878 tiene doce años recién cumplidos y podemos afirmar que le dio visibilidad a Villa Crespo y, de alguna manera, la puso de moda. Pero la barra amiga del barrio se reinventa y además de sus clásicos como el Negroni, innova con tragos como el Picasso o el Quique, con Aperol, Gin y quinoto tónico. Uno de los mandamientos del templo que creó Julián Díaz es que la recomendación del cantinero es sagrada. Así que, a cumplir y dejarse aconsejar por el bartender.
Fotos: gentileza lugares mencionados.
Foto destacada: barra del bar 878