El increíble y misterioso Palacio Barolo, uno de los edificios más emblemáticos y espectaculares de la Ciudad, fue la sede de una nueva edición de Aperol Sunsets para dar la bienvenida a la tan codiciada primavera.
Desde la imponente entrada del Barolo sobre la Avenida de Mayo hasta la llegada a la terraza del piso trece, se escuchaban repetidamente los comentarios de los invitados, deslumbrados: “esto es divino”, “qué genial la vista desde este lugar”, “subimos al Purgatorio y después al Cielo”.
Y no se puede juzgar la subjetividad de los comentarios; era absolutamente cierto. Durante la caída del sol hasta las diez de la noche, en la terraza del piso trece sonó el set de Cata Villamil, la DJ guest, y brindaron los participantes con la característica copa de Aperol Spritz en mano y sonrisas dibujadas. Se degustó la cocina de Martín Molteni, chef de Pura Tierra, y las barras estuvieron a cargo de la bartender Mona Gallosi. Cada detalle del acontecimiento fue exquisito, enmarcado por la atmósfera mágica del Barolo.
«Durante la caída del sol hasta las diez de la noche, en la terraza del piso trece sonó el set de Cata Villamil, la DJ guest, y brindaron los participantes con la característica copa de Aperol Spritz en mano y sonrisas dibujadas. Se degustó la cocina de Martín Molteni, chef de Pura Tierra, y las barras estuvieron a cargo de la bartender Mona Gallosi.»
El palacio fue construido por el arquitecto italiano Mario Palanti en homenaje y referencia a la Divina Comedia, obra maestra de la literatura italiana escrita por Dante Alighieri. Y es, efectivamente, la Divina Comedia hecha edificio: cien cantos en la obra y cien metros de altura; y tres partes divididas como en la obra: el Infierno, el Purgatorio y el Cielo. En la cima de la torre del Palacio, el faro giratorio (que representa al Empíreo) proyecta su luz sobre la ciudad. Desde la inauguración del edificio, la función del faro era recibir a los inmigrantes que entraran por el Río de la Plata y comunicarse con el Palacio Salvo, el edificio hermano construido por Palanti en Montevideo.
«El palacio fue construido por el arquitecto italiano Mario Palanti en homenaje y referencia a la Divina Comedia, obra maestra de la literatura italiana escrita por Dante Alighieri.»
Cada rincón del Palacio, entre neorromántico y gótico veneciano, funcionó como escenografía perfecta para que los invitados se sacaran fotos y se quedaran observando. La imaginación fue el terreno fértil para viajar a épocas lejanas por el estímulo que todos los sentidos recibieron a lo largo de la noche: las delicias de Molteni, los tonos dulces y amargos de los Aperol Spritz, la brisa primaveral y la vista a la Ciudad desde un punto misterioso y mágico.
La locación no fue elegida al azar; en esta edición del Aperol Sunset dialogaron el espíritu italiano de la marca con la historia del Palacio.
Lo cierto es que Aperol logra identificarse con todas las estaciones y resaltar la magia de cada una. El Spritz ya forma parte del ritual del disfrute y a partir de ahora, de las mejores situaciones primaverales.
