ASÍ ES LA MULTISENSORIAL (Y ABSOLUTAMENTE ASOMBROSA) CENA "LE SAVOIR" DE STELLA ARTOIS / CRÓNICA EN PRIMERA PERSONA / POR MARÍA PAZ MOLTEDO

LE SAVOIR, LA FIESTA DE LOS SENTIDOS
La música en vivo anuncia los distintos platos

 

ASÍ ES LA MULTISENSORIAL (Y ABSOLUTAMENTE ASOMBROSA) CENA «LE SAVOIR» DE STELLA ARTOIS / CRÓNICA EN PRIMERA PERSONA / POR MARÍA PAZ MOLTEDO. FOTOS: GRUPO MASS

Un viaje gastronómico multisensorial; una experiencia que pone en juego el tiempo, el arte, la tecnología, los sabores y la percepción. Personajes que parecen salidos de una película de Tim Burton se mezclan con las notas de sabor del cáliz de Stella Artois, el pasaporte a un vuelo de altura para los cinco sentidos que se elevan en diferentes estaciones para sumergirse en un submundo de experimentación, a cargo de Bompas & Parr, dos genios de la invención de experiencias gastronómicas y 45 Degrees, la compañía de eventos y proyectos especiales de Cirque Du Soleil. Estos verdaderos maestros de la creación se fusionaron a la perfección con los 600 años de conocimiento y pasión por la delicadeza, los ingredientes y los detalles presentes en Stella para crear una verdadera fiesta inolvidable en el Centro de las Artes de la Universidad Nacional de San Martín, que se inició el viernes 9 de septiembre y se puede disfrutar hasta el 16.
Mucho es el misterio que se percibe al entrar a esta celebración inspirada en los conocimientos, las costumbres y las invenciones del maestro cervecero de Stella Artois, que desde los inicios de la creación de su cerveza experimentaba con sus cinco sentidos en un antiguo invernadero en un jardín en Leuven, Bélgica. En este mágico espacio pasaba las cuatro estaciones explorando diferentes situaciones relacionadas al sabor, la percepción y todo lo que pueda combinarse con los ingredientes y las distintas notas de sabor de Stella. Una vez al año el maestro daba una fiesta donde exponía y daba a conocer todas las delicias sensoriales descubiertas y su perfecto maridaje con el espectro de sabores presentes en la cerveza. Este es el festín que hoy, tras presentarlo en Nueva York y Montreal, la marca replica con éxito en Buenos Aires.

maleva 1
Baile a puro talento sobre las mesas

«El pasaporte a un vuelo de altura para los cinco sentidos que se elevan en diferentes estaciones para sumergirse en un submundo de experimentación, a cargo de Bompas & Parr, dos genios de la invención de experiencias gastronómicas y 45 Degrees, la compañía de eventos y proyectos especiales de Cirque Du Soleil.»
 

Las puertas del Centro de la UNSAM se abren y dan la bienvenida a una dimensión desconocida, donde la percepción del tiempo y el espacio son realmente desafiados desde el principio hasta el final. La conciencia pasa a un segundo plano, y lo que prima es el instinto puro. Jardines verticales, estrellas proyectadas en el techo, y personajes vestidos de un blanco impoluto invitan a probar granos de cebada tostados para después ofrendar el cáliz de Stella, ese que va a ser el guía principal durante todo el viaje. Una voz omnisciente, que no se sabe dónde está ni tampoco puede adjudicarse a ninguno de los presentes da la bienvenida anunciando un poco de todo lo que va a suceder: «En este viaje van a atravesar las cuatro estaciones y juntos explorarán el espectro completo de los sentidos». Comienza la fiesta sensorial. Es hora de iniciar el viaje y acercarse al «pasaje invernal». En este pasadizo se escuchan sonidos extraños, la luz es medio azulada y el ambiente se vuelve gélido. Es el momento de trance, un instante para apagar y volver a encender cada sentido. Según cuenta la leyenda, el maestro cervecero de Stella pasaba los largos y oscuros inviernos belgas reajustando sus sentidos.
Tras ese oscuro pasillo aparece una primavera en la que la percepción renace. Esta experiencia está inspirada en las incontables horas primaverales que el maestro cervecero pasaba en su laboratorio del jardín probando experimentos comestibles. Y sí, las delicias sensoriales están listas para ser consumidas; se ven jardines, terrarios, cuadros con mariposas con su definición en latín, jaulas, termómetros, botellones de farmacia antigua, y diferentes atracciones para ver, sentir y vivir. La primera, el «edificante jardín comestible»: macetas en donde mini zanahorias y rábanos esperan ser elegidos por los comensales, bañados en un glacé de comino y enterrados en tierra comestible, compuesta por los mismos cereales que se encuentran en la copa de Stella. Al principio resulta extraño pensar en comer tierra, o en arrancar una planta de raíz y deglutirla; pero una vez que se hace, se disfruta plenamente, con todas las papilas gustativas alertas al sabor frutal de la cerveza, que se potencia al maridarla con estos sabores. Junto a esta maceta hay otras cubiertas de tomates cherry que invitan a experimentar con la insignia «tomate el tiempo para degustar». Estos tomatitos inocentes cosechados recientemente de la planta que descansa a su lado están inyectados con chili, frutilla, y salsa inglesa. Los anfitriones invitan a probar cada uno y después tomar un sorbo del cáliz de Stella para descubrir el maridaje.

LE SAVOIR, LA EXPERIENCIA INMERSIVA DE STELLA ARTOIS
Juego de luces y proyecciones durante toda la cena

«Al principio resulta extraño pensar en comer tierra, o en arrancar una planta de raíz y deglutirla; pero una vez que se hace, se disfruta plenamente, con todas las papilas gustativas alertas al sabor frutal de la cerveza, que se potencia al maridarla con estos sabores.»

La odisea de sabor continúa mientras un grupo de performers se acerca para proponer diversas experiencias; una mujer vestida de blanco te abraza, te acaricia el pelo y te invita a escuchar su corazón: se escucha un sonido estéreo fuertísimo que emula los latidos con pausa y poesía. Otro, vestido de blanco pero de piel negra oscura no para de reír a carcajadas. Se tienta de risa, ¡llora de risa! Y la gente lo mira extasiada, sin comprender cómo alguien puede reírse naturalmente durante tanto tiempo. Un hombre altísimo se acerca a algunos afortunados para ofrendarles un brote de una lechuga tipo Okusai, y les prohibe devolverlo.

LE SAVOIR EN BS AS
Hongos comestibles en una estación gastronómica que emula un bosque

«Un grupo de performers se acerca para proponer diversas experiencias; una mujer vestida de blanco te abraza, te acaricia el pelo y te invita a escuchar su corazón: se escucha un sonido estéreo fuertísimo que emula los latidos con pausa y poesía. Otro, vestido de blanco pero de piel negra oscura no para de reír a carcajadas.»
 

En el piso, pastos, troncos, plantas de distintas formas y orígenes; en las paredes, invitaciones a experimentar: una estación musical invita a pararse debajo de unos conos que emiten música para escuchar y tomar un trago de cerveza al mismo tiempo. La banda que suena es The Roots, que trabajó junto a Stella Artois en el proyecto «Bitersweet», con el que intentan maridar las notas dulces y amargas de la cerveza con diferentes sonidos. En cada cono suena una música distinta: en uno, se escuchan agudos; es acá donde pueden sentirse las notas frutales al tomar. En otro, suenan bajos y graves; acá el sabor tiende a ser más amargo. Sugestión o realidad, la sensación es exactamente la sugerida. En otro sector se exhiben unas cuantas frutas y verduras: sandía, calabaza, manzana, naranja, piña, limones. Lo que no se sabe hasta que uno las toca es la función que cumplen: al tocar cada una de ellas, emiten sonidos y diferentes musicalidades que permiten componer una melodía entera.

LE SAVOIR INCOLUCRA TODOS LOS SENTIDOS
Actores y performance a lo largo de toda la experiencia

«El centro de mesa: una vela comestible, hecha con sebo de buey y mezclada con comino, pensada para realzar las notas de nuez de Stella. El ritual consiste en mojar un trozo de pan en la cera derretida de la vela ¡Inesperadamente delicioso!»
 

El laboratorio sigue abierto y las experiencias se multiplican; en otra estación la idea es degustar snacks no tradicionales y percibir el amargor de la cerveza. Esto se logra al combinarla con el sabor de unas fetas de jamón de Parma deshidratadas que parecen hojas secas, y una especie de tronco con flores comestibles en donde descansa un paté de champignon que sirve de colchón a sombreros de champignons. Al probarlos con un trago de Stella, su sabor umami salado logra contrastar con las notas lupuladas. En otro espacio se exhiben hormas de quesos gigantescos, aromáticos y deliciosos: provolone, reggianito y sbrinz. Todos ellos pueden combinarse con crocantes galletas de cebada malteada. La idea es maridar la acidez del queso con la amargura del lúpulo Saaz de Stella Artois.

LE SAVOIR, LA EXPERIENCIA MULTISENSORIAL DE STELLA ARTOIS
45 degrees: la companía de proyectos especiales de Le Cirque du Soleil detrás de la teatralidad y ambientación de la velada

«Una nueva tanda de mozos presenta otra fuente con un salmón entero a la pesca de cumplidos, asado con hierbas al limón, hojas de lima kaffir, jengibre, chili, cilantro, tamarindo y lima, aderezado con aceite de sésamo caliente mezclado con ajo, chili, salsa de soja y cebolla, servido con chauchas salteadas con sésamo y tomates cherry.»
 

De repente, el anfitrión de esta fiesta se hace presente, vestido elegante, peinado a la gomina, con ojos penetrantes y una voz convincente. Mira a todos y anuncia: «Una fiesta diurna y veraniega les espera». Es en ese momento cuando una de las performers toma a esta cronista del brazo y la lleva hacia un salón gigante con luz ultravioleta y dos mesones alargados con vajilla reluciente. Es como una especie de jardín de invierno vidriado. De un instante al otro estos vidrios cobran vida y comienzan a proyectar paisajes vivos, con imágenes campestres y árboles que se mueven con el viento. Todo está oscuro, pero la imagen que rodea el banquete te transporta a un día en la campiña.
Los mozos esperan ansiosos a que todos se sienten. Una vez que los invitados están ubicados, comienza un nuevo show de sabores, sonidos y atracciones. Aparece un nuevo anfitrión, vestido con un elegante traje rojo, que habla con una voz tipo neutra pero con un yeite extraño en la pronunciación que lo hace parecer europeo. Su voz retumba en todo el lugar: «A la vida hay que saborearla con cada sentido. Esta noche acariciamos lo mejor de la naturaleza, gozamos el aroma y todas las sensaciones que la mesa ofrezca; dejémonos sorprender con el gusto de oro de saber beber. Música en la boca… Vuélvanse amantes intimísimos, mezclen texturas en sus paladares, que el goce se deslice. Levanten sus cálices al cielo, ¡rindamos homenaje al presente!». Todos hicimos caso y levantamos nuestro cáliz para brindar y acertar con ese pensamiento que invita a justamente olvidarse de pensar y solo percibir, sentir, experimentar. Comenzó el festín.
El centro de mesa: una vela comestible, hecha con sebo de buey y mezclada con comino, pensada para realzar las notas de nuez de Stella. El ritual consiste en mojar un trozo de pan en la cera derretida de la vela ¡Inesperadamente delicioso!

STELLA ARTOIS LANZÓ LE SAVOIR EN BUENOS AIRES
Vapor de piña en las maCetas

«El olfato se despierta en un momento clave, en que de repente las paredes vidriadas que proyectaban un campo soleado pasan a mostrar una playa desierta, donde emerge una terrible tormenta que se expresa con sonidos violentos.»

Y ahora sí, el banquete real: los mozos se acercan orgullosos para presentar un cerdo con un aroma especiado que se percibe desde lejos y se fusiona con la potencia de los sonidos misteriosos que vienen de no se sabe dónde: es panceta enrollada rellena de ciruelas, anís estrellado, salsa de ciruela, salsa de soja, ajo, tomillo y pan rallado, pincelada con un aderezo de cinco especias. Segundos después, una nueva tanda de mozos presenta otra fuente con un salmón entero a la pesca de cumplidos, asado con hierbas al limón, hojas de lima kaffir, jengibre, chili, cilantro, tamarindo y lima, aderezado con aceite de sésamo caliente mezclado con ajo, chili, salsa de soja y cebolla, servido con chauchas salteadas con sésamo y tomates cherry.
Dicen que el maestro cervecero siempre concibió a la guarnición como algo mucho más importante que un acompañamiento; tal pensamiento se ve claramente reflejado en las delicias que acompañan a estos platos: ensalada de arroz yamaní, cebollas caramelizadas, espinaca, champignons asados y dados de ciruelas frescas, por un lado. Por el otro, ensaladas como la coleslaw casera con chutney de manzana verde, la de papas y pepinos en escabeche con aderezo de menta y cilantro y otra de hojas verdes, flores comestibles y sésamo con salsa de soja y limón.

LE SAVOIR SE PRESENTA EN LA UNSAM HASTA EL 16 DE SEPTIEMBRE
Atentos: las velas son comestibles

«Mientras tanto, bailarines vestidos de blanco y negro deambulan por las mesas y terminan subidos cada uno en una, generando figuras humanas increíbles. Una contorsionista salta, se arma y se desarma por todo el lugar.»

Los ojos están abiertos y embelesados con todos los colores y formas presentes en la mesa. El gusto se abre al combinar, explorar y disfrutar la diversidad de sabores y aromas. El olfato se despierta en un momento clave, en que de repente las paredes vidriadas que proyectaban un campo soleado pasan a mostrar una playa desierta, donde emerge una terrible tormenta que se expresa con sonidos violentos. Una fila de mozos vestidos de blanco invade nuevamente el espacio con unas gigantescas pavas de acero. Imposible imaginar que son las protagonistas de una nueva experiencia nunca antes vista; al ritmo de un violín y un clarinete que dos chicos tocan en vivo deliciosamente en un emocionante in crescendo, los mozos se acercan a las mesas con las pavas, y vierten su contenido en los macetones que están dispuestos en la mesa con plantas suculentas. Instantáneamente, cuando el líquido cae sobre ellas, un humo blanquecino abundante emerge desde el fondo de sus raíces y brota por todos lados. Una danza humeante y aromática: créase o no, ¡ese humo tenía aroma a piña! Al tomar la cerveza ahora, se percibe un extraño sabor a nuez.

14331755_1284267834941214_1964884667_n
El jardín sensorial

«Este es el festín que hoy, tras presentarlo en Nueva York y Montreal, la marca replica con éxito en Buenos Aires.»

En la atmósfera vidriada que nos rodea ya no hay tormenta; ahora se ven campos con árboles plagados de hojas doradas y naranjas: llegó el otoño. Y con él el postre: jalea de miel, queso de cabra, granola de cebada malteada, espuma de cerveza de vainilla y compota de frutos rojos, que relucen bajo la influencia de la luz ultravioleta. Mientras tanto, bailarines vestidos de blanco y negro deambulan por las mesas y terminan subidos cada uno en una, generando figuras humanas increíbles. Una contorsionista salta, se arma y se desarma por todo el lugar. Se percibe un deseo latente de que esta experiencia dure para siempre, pero el viaje llega a su fin. El anfitrión vestido color rubí vuelve a encantarnos a todos con sus palabras: «Espero que hayamos ayudado a cambiar su punto de vista: escucha, huele, siente, saborea la vida, el momento. Este elixir puede volverlos a todos inmortales». Se toma el cáliz de Stella y nos hace brindar a todos. El viaje terminó pero algo de todas esas palabras, experiencias y vivencias quedan impregnadas en el cuerpo y en el alma para reinventar el sentido del tiempo, detener la ansiedad y permitirnos experimentar, sentir más, y pensar menos.

LE SAVOIR, DEL 9 AL 16 DE SEPTIEMBRE EN LA UNSAM
LE SAVOIR, DE STELLA ARTOIS
LA COMIDA ES OBRA DE LOS CHEFS BOMPAS & PARR
STELLA ARTOIS PRESENTA LE SAVOIR
14331771_1284266964941301_31012646_n
14256778_1284267618274569_1214152354_n