Con flamantes (y muy chill y veraniegas) propuestas en Devoto, Colegiales y hasta Villa Santa Rita/La nueva pizzería de los creadores de La Fina y La Épica, un café que es todo un refugio de verano y una cantina parrillera con onda en Villa Crespo de los creadores de Sifón y Sede, entre siete opciones distintas/Historia de cada lugar y platos recomendados.
Sunny, pizzas estilo Detroit en Devoto (y con amplia propuesta coctelera).
Aperturas y postas de Buenos Aires con mucha personalidad: siete propuestas para sacarle el último jugo al verano. Por Lucía Faraone.
Tal vez algunos se alegren del fin del verano, pero desde MALEVA pensamos que es el tiempo del disfrute y hay que sacarle hasta la última gota de jugo. Y aprovechar cada aspecto de su esplendor. Los patios y jardines. Las picadas. Los vinitos. Los “pop ups” en las veredas y los platitos de autor hechos a la orden del día y al son de la estación. Así que, acá va: si no te fuiste de viaje, quedate tranqui que se viene un roadtrip foodie bien veraniego y refrescante por la ciudad, lejos del circuito palermitano clásico, para pasarla muy bien las últimas semanas de calorcito hasta que llegue el poético mes de abril.
1) La Santa: un nuevo templo de pizza napolitana para rendirle culto al verano, de los chicos que crearon La Fina y la Épica / Pedro Morán 3800 – Devoto
Cae la tarde y en Devoto se enciende en la noche, el cartel de neón con el nombre “La Santa”, y toda una experiencia religiosa para disfrutar al aire libre. Esta pizzería con fuerte devoción por el estilo pizzero del sur italiano, es la prima hermana de las también porteñas “la Fina” y “La Épica”, así como de la oriunda de Chapadmalal, “La Audaz”.
Si te da intriga por qué bautizaron esta esquina como tal (admito que eso mismo me sucedió a mi), te contamos que se debe a que desde esta coordenada se aprecia perfectamente la cúpula de la Basílica San Antonio de Padua, el fiel emblema de la zona.
Pero la historia no termina ahí: nos cuenta además Tobías Jovenich (una de las mentes detrás de este mostrador de pizzas napolitanas), que este nombre responde también a la filosofía que engloba a cada una de las postas gastronómicas en las que se embarcaron en los últimos años. Es decir que, pese a que presentan ciertos parecidos, todas las tiendas cuentan con una personalidad propia y representan la esencia de sus respectivos barrios, alejándose bastante del concepto de “sucursales”.
Sea donde sea, sepan que su degustación bien a lo tano está asegurada, tal y como promete la variedad de “burrata” disponible en La Santa. Esta sale del forno con la tradicional flor di latte, y obviamente con burrata, colchón de rúcula, jamón crudo, morrones asados y la infaltable salsa de tomate. El postre, pese a ser el único, realmente sorprende: crostatta (o “tarta”, en español) de masa sablée rellena con nutella. Si te quedaban dudas de si acá se apostaba fuerte al verano, tené en cuenta que te prestan reposeras para que puedas gozar de cada pizza individual en la plazoleta de enfrente.
2) Argot Café: el refugio veraniego para sentirse como en casa / Alvarez Jonte 2744 – Villa Santa Rita.
“Argot en cierto modo nos encontró a nosotros”, nos cuenta Kenya hablando también en nombre de Alejo, su compañero de ruta. Ni bien me dijo eso, entendí perfectamente a qué se refería. Si van por las calles de Paternal, Villa Santa Rita o Villa del Parque, les aseguro que no hay dos esquinas como esta, pues Argot Café yace en un vértice en el que una importante arteria de la zona (más precisamente, la Av. Alvarez Jonte) se bifurca en dos. ¡El efecto para quien pasa por acá, es equivalente al de un flechazo de Cupido! Genera curiosidad. Aún más, nos cuentan desde adentro que algo similar les sucedió cuando pasaron por esta locación. Dato curioso: solía haber un un café/whiskería porteña de esas que hoy se encuentran en extinción, y cuando al fin pudieron conocerlo por dentro… se dieron cuenta de que no contaba con una cocina a la altura de un proyecto gastronómico. Era evidente que esta locación requeriría amor y pasión para salir adelante.
Como te imaginarás, la filosofía de Argot Café nace entonces de ponerle el alma y el cuerpo a “lo que había”, que no era exactamente un plano de una planta de cocina para remodelar y volver al ruedo, sino solo un sueño de un sector equipado para elaborar productos frescos día tras día. Y así fue, como desde tareas como poner ladrillos y llenar de vivo color las paredes de Argot, Kenya y Alejo pasaron a montar su laboratorio de sabores: “hacemos desde el vinagre y el pan, hasta la masa de las pastas y toda la pastelería…”. Argot emana un aroma solo: aquel asociado a lo casero, a lo que viene hecho con genuino cariño. Difícilmente se encuentren con que el menú se repite dos veces… el espíritu culinario que se respira aquí es análogo al de una casa rodante, se adapta y sorprende constantemente, se aggiorna a cada invitado (pues Argot siempre tiene sus puertas abiertas a “pop ups”…). Eso sí: la prolijidad de cada elaboración, prevalece por sobre todo lo demás. Por la frescura de cada plato elaborado, de más está decir que en este rincón encontrarán el sosiego que en días de calor, el organismo entero pide a gritos.
3) Malvón Devoto: una escapada – con espíritu brunchero -, dentro de la ciudad / Fernández de Enciso 3939 – Devoto
Café y croissant rellena de crema de almendras en mano, bajo las copas de árboles que custodian desde hace decenas de años la particular vía Fernández de Enciso. Siempre pienso que esta calzada es la versión porteña de cualquier calle de Costa del Este, Cariló, Mar de las Pampas o algún otro destino chill de la ruta 11 (bueno…¡en esta te pido que me banques con tu imaginación!), y Malvón llegó al lugar indicado para resaltar y refrescar mi sensación de verano y puro aire libre. Darío Mufuhara quiso trasladar el espíritu brunchero que impera en Malvón de Villa Crespo a este barrio “con códigos propios y muy querido por sus vecinos”, ¡y esta nueva y petit tienda de panes y delicias no puede pegar mejor con la onda de la bonita vecindad!
Lo cierto es que pese a que no hay mucho lugar para sentarse en su interior, eso es lo que justamente le otorga su cuota de dinamismo a esta posta devotense. ¡La veo difícil pasar sin tentarse! Podés estar yendo a tomar el tren a la estación, y de repente…pasás, ves luz y pedís. Honestamente…¡No creo que lamentes mucho perder el tren después de esta parada técnica! Acá no tenemos para disfrutar de un patio como el de Malvón Villa Crespo, pero te aseguro que tampoco se lo extraña. Un consejo: creo que esta acogedora puesta en escena es un verdadero refugio en esas lluviosas mañanas de verano en las que el agua cesa de caer de un momento para el otro y solo queda por delante tomar un café y sentir la refrescante brisa en la cara.
4) Tiempo de Sabores: una esquina veraniega y relajada al intemperie con almacén gourmet / Asunción 4026 – Devoto.
Imaginate esto: paseando por el auténtico (y bastante novedoso) “Distrito del vino”, te topás con la esquina de Asunción y Chivilcoy. Decidís sumarte a la aventura e ingresás al pintoresco patio que se aprecia desde la vereda. A continuación, inhalás una genuina bocanada de aire fresco: Tiempo de Sabores es un sitio en el que únicamente hay espacio para sentarse afuera. Se trata de un deli gourmet (veggie-friendly) en el que los fiambres, los quesos y las indispensables copas de vino, cobran protagonismo. Nochecitas y tardes de verano: ¡vengan de a una que acá las esperamos!
“¿Qué hay en la casona, entonces?”, seguramente te estarás preguntando…resuelvo tu enigma: un reservorio de productos gourmet para llevarse a casa (realmente hay de todo: desde aceites y salsas importadas y nacionales, hasta quesos de pequeños productores de la región pampeana). También hay disponibles delicias dulces y panes para que puedas hacerte tu propia picada en casa…y aunque usted no lo crea, hasta una verdulería. Por si no era obvio la oferta de vinos es muy extensa, la sensación de entrar a TDS me resulta siempre sorprendente, primero porque se puede apreciar el interior arquitectónico de una típica casona de la zona. En segundo lugar, porque la disposición y exhibición de los elementos en su interior, una y otra vez me renueva esa impresión de que “esto u aquello no lo ví la última vez”. Es una especie de “laberinto de Teseo”, por ponerlo en palabras…(¡animate al desafío y entrá!).
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5) Sonora: el recreo gourmet del verano y de cada estación del año / Céspedes 3076 – Colegiales.
Platitos’ lovers in da house. ¡Guarden esta nueva coordenada para gozar en verano y durante todo el año! Podría decirse que comer y compartir de esta forma, se convirtió en los últimos tiempos y para muchas personas casi que en un modo de vida (algo así como “ser meat-eater”, “veggie” o “vegan”). En MALEVA creemos no solo que Sonora es una posta de Colegiales que bien podría sumarse a las filas de esta tendencia gastronómica, sino además que su vivaz filosofía va de la mano perfectamente con la frescura que demanda la estación más calurosa de las cuatro. ¿Por qué? Muy simple: nos revelaron desde el corazón de Sonora que su propuesta busca ser “un espacio de creación sin formas preestablecidas”. Es una cocina que se deja llevar; y su estilo relajado combina maravillosamente con la idea de “libertad” que habitualmente asociamos al verano.
Te adelanto un poco de qué va la cosa: nos explicaron que la vedette del lugar es el horno de leña. De acá salen los panes chatos y cada uno de los panificados que sirven de colchón para las diferentes preparaciones; por ejemplo, el pan chato que sale con ricotta, romesco, almendras y zataar (la mezcla árabe de especias). Una alternativa para la misma base, es la de merguez (el clásico embutido rojo), yogurt y salsa harissa. Además, acá se elaboran platos que tampoco pierden su toque de frescura estacional, como los puerros y pepinos marinados con crema de cajú acompañados de pan grattato (te traduzco: es el término italiano para “rallado”). Si sos de buen comer también sos bienvenid@ aquí, pues encontrarás opciones con distintas carnes de base que seguramente también te sorprenderán. Aunque la oferta culinaria aquí pueda parecer limitada, te aseguro que es toda una apuesta.
6) Madre Rojas: cantina y veredita para atizar las brasas y las buenas vibras de de verano / Rojas 1600 – Villa Crespo
Una conjugación de clásicos parrilleros (con sus inseparables acompañamientos), hizo una reversionada entrada en una esquina de Rojas y Tres Arroyos. Madre Rojas es una prima de “SEDE – Central de Whisky” y “Sifón” (ambos sitios oriundos de la calle J. Newbery), y sus dueños se proponen ahora apostar a una zona en pleno y galopante desarrollo gastronómico con opciones carnívoras tradicionales y contemporáneas a la vez. Si tuviera que definirlo, diría que en Madre Rojas es una “parrilla canchera para ir con la banda amiga” (hey, y nada de dejar afuera a las personas vegetarianas de tu círculo, pues para ellas también hay opciones para saborear).
Dato de color para considerar: aunque Madre Rojas haya sido concebida como una parrilla, también cumple (y muy bien) el rol de “lugar para picar algo una tarde de verano”. Las entradas y guarniciones que se elaboran acá (¿un ejemplo? el queso llanero con papas pay, una pizca de picante, durazno y cilantro, así como los puerros asados con puré de papas, avellanas y romesco) tienen ese factor sorpresa que resulta de poner en boca propia sabores conocidos combinados de maneras extraordinarias. Un mismo lugar, que se presta a experiencias totalmente diversas. Este verano, ¡ya sabés en dónde elegir tu propia aventura!
7) Sunny: el parador playero (¡con faro incluído!) y nuevo punto de encuentro de la Plaza Arenales / Nueva York 4120 – Devoto
Parece que por los pagos de Villa Devoto, rondan brisas marinas y asoman flamantes soles…más exactamente, unos hechos a base de harina, sal, aceite, agua y levadura. Ahhh… no. Bancame un segundo: aparentemente los “soles” que merodean por acá no son circulares sino rectangulares. Sunny es una original tienda de pizzas fieles al estilo originario de Detroit, Michigan (por si desconocías la historia de esta receta – como yo -, te cuento que es una descendiente de la rectangular pizza siciliana); y el sitio tiene una mística en la que conviven el chill del verano y una “inspiración californiana de los ochenta/los noventa” (según confesó a MALEVA el Equipo de Sunny). Acá todo fue pensado para incentivar el traslado de cada comensal a otro tiempo y otro lugar: desde la paleta de colores y la decoración, hasta la disposición de cada elemento presente.
La barra, obviamente, es la moderna, novedosa y pintoresca protagonista que saluda y abraza a cada transeúnte de esta particular esquina. Tras la coctelería de autor que acompaña puesta en escena, se hallan las ideas de Matías Bernaola; quien además de tener una esencia similar a la de Sunny, apuesta a condensar en cada trago los conceptos de “amistad”, “deporte” y “comunidad” que envuelven este vértice en el que convergen las calles Fernández de Enciso, Mercedes y Nueva York. El menú también fue ideado en base al espíritu comunitario que nace de y envuelve a Sunny: pizzas para compartir, algunas variedades de pizzas napolitanas, opciones de ensaladas y pastas. ¡Toda una gran apuesta a la que dan ganas de llegar en skate como para no desentonar con la onda del lugar!
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Fotos: son todas gentileza de los locales mencionados.