Antojada y con una mirada lujuriosa de los platos más ricos de Buenos Aires
Soy de esas personas que se antojan por una comida en particular y no paran hasta encontrar lo mejor. He aquí todos mis deseos lujuriosos de las mejores pastas (y un extra) de Buenos Aires, con la particular consigna de dejar los clásicos afuera (lo cual fue muy difícil). ¡Pero asi generamos nuevas tradiciones domingueras! El invierno palpita cintas y sorrentinos, es un hecho.
Esta esquinita de Villa Crespo se llena de pedidos para llevar y de gente esperando comer una buena pasta. Reyes de las masas rellenas y el maridaje de las mismas con salsas gloriosas. ¿¡Mi must!? Ravioles de carré de cerdo e higos con crema de ciboulette. Recomendación: llegá temprano para no esperar y acompañá esas delicias con un rico vino. Todo acá es maravilloso.
Patrizia, la moza italiana de este rincón te hace sentir en la costa amalfitana desde que llegás hasta que pedís el tiramisú con la cuenta. La vera pasta tana en pleno Martinez. ¿Qué pedir? Hay siempre un recomendado del día, pero mi plato favorito son las cintas con salsa de tomates cherrys, albahaca y mousse de burrata. Éxito asegurado.
En las afueras del Palermo transitado, te encontrás con este tesoro de la cocina artesanal. Sandwiches, conservas, ensaladas y obviamente masas de todos los colores. El elegido es sin dudas el plato de gnocchis, pomodoro, nduja (embutido clásico tano con carne de cerdo y picantes) y ricota “salatta”.
En el restaurant de Mauro, funciona todo al revés. Pedís la salsa y ellos te dan la pasta. Mauro afirma: En Italia, cada salsa va con su respectiva masa, y así funcionamos nosotros. Un verdadero Italiano que cuando le pregunté cuál es su plato preferido, no pudo con su genio y me dio una lista de ricuras para volver a disfrutar de nuevo la experiencia tana en pleno Belgrano. El plato que elegí es el Spaguetti allo scoglio, con frutos de mar, vino blanco, cherrys, ajo y perejil.
Adorada esquina en Chacarita, con un menú pequeño y delicioso, te hacen sentir en la casa de tu abuela con su vajilla y sus sillas retro. Pero vamos a lo nuestro ¿Qué pedir en este invierno? ¡El risotto! de hongos, cremoso y hecho con corazón.
Dirección: Olleros 3891,Chacarita