Charla a fondo con una de las leyendas de la fotografía argentina, quien, a los ochenta años inauguró nueva muestra en la galería Maman/»El Tercer Ojo» o por qué se animó a hacer todas las fotos con el celular/¿Por qué asegura que un buen fotógrafo no tiene que copiar a nadie? Además: «no creo en los preconceptos, una foto o me deslumbra o es una del montón»
«Me siento de ocho años porque volví a la niñez y de 160 por la intensidad de lo vivido»
Aldo Sessa: «El celular es una verdadera revolución de la mirada» / Entrevista Maleva. Por Azul Zorraquin. Fotos: Carla Nastri.
Aldo Sessa, una eminencia e ícono de la fotografía argentina, presenta su primera muestra realizada íntegramente con el celular como cámara profesional. A sus ocho décadas, el artista demuestra que logró aggiornarse a estos tiempos y exhibe copias de alta resolución, a gran tamaño, en la prestigiosa Galería Maman. En una muestra imperdible hasta el 14 de diciembre.
Esta nueva colección de imágenes se hilvana con su pasado en la pintura, y se traduce en un excelente dominio de luz, contraste y color. Autorretratos, tomas sobre superficies reflectantes e interacción con otras obras marcan un sello distintivo en el estilo de Sessa, uno de los fotógrafos más importantes del país. El maestro charló largo y tendido con MALEVA.
¿Aldo, de qué se trata “Mi tercer ojo”?
El gran mensaje detrás de esta muestra, es el del celular como medio. Busqué hacer un punto de inflexión entre una etapa de fotografía digital clásica, que ya se había vuelto convencional, y el uso moderno del celular. La calidad de estas imágenes y su ampliación es una demostración del potencial del aparato; nadie había pensado que podía ser posible. Además, el teléfono nos permite enviar fotografías a todas partes del mundo y conectar a miles y millones de fotógrafos es un mismo momento.
Entonces, ¿creés que cualquiera que tenga un celular, puede ser fotógrafo?
Yo creo que por lo menos podemos alimentar la esperanza de que hoy, con un teléfono en la mano, en cualquier parte del mundo, alguien puede estar haciendo una foto; puede ser banal, o artística, o maravillosa o documental. Esto era realmente inimaginable hace cinco años.
«El gran mensaje detrás de esta muestra, es el del celular como medio. Busqué hacer un punto de inflexión entre una etapa de fotografía digital clásica, que ya se había vuelto convencional, y el uso moderno del celular…»
¿Qué te da un celular que no encontrás en la cámara?
Te da mucha soltura, porque trabajás muy libremente en lo que es importante en la fotografía, que es prueba y error. El fotógrafo, frente a un teléfono, se encuentra en absoluta libertad de variar ángulos, subirlo, bajarlo, acercarse, hacer un macro; es una revolución, no sólo en el sentido de la mirada, sino también del instrumento en sí.
En tu larga trayectoria, ¿cuál es la mejor foto que sacaste?
No lo sé, es muy difícil elegir. ¡He sacado tantas fotos!
¿Cuántas?
Para que te des una idea, son aproximadamente 3 millones.
¿Qué es lo que tiene que tener una foto para estar buena?
Primero, te tiene que impactar visualmente, y su contenido tiene que generar una historia o una suposición subjetiva para quién la ve; sería como ver lo que está detrás de lo visible. Una buena imagen pasa por el plano de la sensibilidad y la imaginación.
«Estoy en una etapa de mi vida muy interesante en la que he dejado atrás todos los preconceptos habidos y por haber. Es una edad madura, que llega después de una larga carrera de 60 años en la fotografía. Despojado de prejuicios, puedo decirte que hoy una imagen o me deslumbra, o me resulta una más del montón…»
Y, ¿qué me decís de las fotos manipuladas versus las espontáneas?
Estoy en una etapa de mi vida muy interesante en la que he dejado atrás todos los preconceptos habidos y por haber. Es una edad madura, que llega después de una larga carrera de 60 años en la fotografía. Despojado de prejuicios, puedo decirte que hoy una imagen o me deslumbra, o me resulta una más del montón.
Vos como fotógrafo ¿Cambiaste la manera de mirar y tomar fotos a lo largo de tu vida?
Mirá, en la vida hay un punto de inflexión muy importante y es el de descubrir que vos tenés un estilo, un camino y que vas por un sendero que está marcado. Sin embargo, siempre hay un antes y un después; yo formé mucho mi ojo y mi personalidad visual a través de la pintura. Empecé a pintar a los ocho y a los doce expuse. Después, dediqué 30 años de mi vida a la pintura, en simultáneo a la fotografía. Hoy, en cambio, dibujo pero ya no pinto.
¿Qué consejo le darías a un joven que quiere dedicarse a la fotografía?
Le diría que la realidad de la fotografía, lo más importante, radica en desarrollar una mirada capaz de pescar, de ver muchas más imágenes que una persona común. Cada uno tiene que encontrar el lado sensible de su mente y de su corazón.
«La realidad de la fotografía, lo más importante, radica en desarrollar una mirada capaz de pescar, de ver muchas más imágenes que una persona común. Cada uno tiene que encontrar el lado sensible de su mente y de su corazón…»
Y largarse por su sendero…
Exacto, tiene que armar un camino propio, no copiar. No hace falta copiar o imitar a nadie; cada uno tiene que largar lo suyo. Eso es fundamental. Y creo que después hay que cultivar esa mirada permanentemente: sacar fotos, sacar fotos, sacar fotos.
¿Alguien que admires?
Siempre admiro las fotos que me hubiera gustado sacar a mí (risas).
¿A tus 80, ¿qué planes tenés?
Muchos, porque te cuento que no son 80. Son 8, ya que, de alguna manera, he vuelto a la niñez; juego con la cámara y me divierto como un niño. Pero depende el día, también podría decirte que tengo 160 porque viví intensamente. Es la mejor excusa para no registrarlo.
Fotos: en MALEVA para nuestras coberturas utilizamos los celulares #OneAction y #OneVision de MOTOROLA
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