Agustín Gotlib (@gotlib) tiene 29 años y es de Buenos Aires. Se autodefine como un melómano fanático de Bob Dylan y no sacaba fotos hasta que empezó a usar Instagram, la red que lo convirtió en fotógrafo e influencer, donde ya tiene más de 100k followers. Se fascinó con el mundo virtual y con la creatividad, y transformó su hobbie en su trabajo: creó con su mejor amigo, Lucas Warat (@lakxs) la aplicación Huntgram, que funciona como un proyecto de curaduría de imágenes de los usuarios creativos destacados de distintas partes del mundo. Ahora está fascinado con los roadtrips y con encontrar cosas en lugares no poblados, desde una casa en un paisaje súper amplio de Queenstown en Nueva Zelanda o una casita de madera en Marfa, Texas. Además, nos contó sobre su proyecto más reciente: #Twosomeproject junto a su novia, la fotógrafa y modelo, Lucila Godoy (http://bit.ly/1oHcKJb)
¿Cómo nació tu vínculo con la fotografía y cómo surgió Huntgram?
Antes de Instagram no sacaba fotos. Empecé como un montón de gente, boludeando con la aplicación y sacando fotos con el celular, y eso fue teniendo repercusión, se me generó como una especie de adicción a eso: a sacar fotos, editarlas, rescatar momentos. Y Huntgram comenzó como un hobbie y se transformó en un trabajo. Con mi socio, que es mi mejor amigo, éramos muy fanáticos, él hacía aplicaciones y yo estaba por el lado artístico. Decidimos hacer una aplicación que fuera una curaduría de los mejores usuarios y de las mejores fotos y así surgió Huntgram. Viajamos por el mundo y después sacamos la aplicación. Hay un mundo creativo adentro de Instagram en el que se crea una comunidad con gente de todo el mundo.
Durante mucho tiempo fuimos mi socio y yo solos y ahora somos 8 personas trabajando en una oficina.
¿Qué es lo mejor de Huntgram?
Conectarse con fotógrafos y usuarios de todo el mundo, hoy en día puedo decir que tengo amigos por todo distintos lugares con los que hablo frecuentemente, cuando viajo o vienen los veo. Viajar a cualquier lado y tener una persona con los mismos intereses que te puede llevar a sacar fotos. Y después toda la parte creativa, que es una cosa muy lúdica. Es un trabajo pero hacemos lo que nos gusta y nos divertimos mucho.
«Antes de Instagram no sacaba fotos. Empecé como un montón de gente, boludeando con la aplicación y sacando fotos con el celular, y eso fue teniendo repercusión, se me generó como una especie de adicción a eso: a sacar fotos, editarlas, rescatar momentos.»
¿Y cuál es la noticia bomba que se viene en la app?
Estamos haciendo un relanzamiento de la aplicación y también de la parte de la comunidad, creció la estructura. Ahora va a salir la nueva versión que es mucho más dinámica, como un find inspiration, donde vas a tener carpetas para guardar lo que veas y te guste. Va a ser como un Pinterest pero con un factor más humano, donde no sean fotos de blogs o de Internet sino que haya una persona atrás de eso. Siempre rescatamos el factor humano. Cada usuario tiene su estética, su estilo y eso lo resaltamos mucho.
Se puede ver una transición en tu cuenta personal (@gotlib): pasaste de las fotos en ciudades con colores vibrantes a capturar paisajes naturales más amplios.
Es verdad. Yo era muy urbano, muy de la ciudad. Durante el proyecto #bepartofstreetart trataba de fusionar a las personas con el arte callejero. En el último tiempo dejé de hacer eso y la mayoría de fotos son del entorno natural, con un factor humano que se trate de fusionar y dar cierta emocionalidad a ese paisaje que tal vez se ve inerte. Estoy buscando siempre lugares no explorados. Me gusta encontrar cosas que están en un lugar poco poblado y que pasan a ser parte de un entorno natural, como puede ser una casita en un paisaje súper amplio de Nueva Zelanda. Escaparle a lo cotidiano y a las cosas a las que estamos acostumbrados todo el tiempo y buscar lo no explorado en la naturaleza.
Sacás muchas fotos a personas de espalda.
Sí. Como muchas fotos son paisajes, sería muy común que la persona estuviera mirando hacia mí, entonces me gusta que esté mirando ese paisaje, da cierto misterio que alguien esté de espalda y así, la persona que aparece en escena está viendo lo mismo que mira la persona que ve la foto.
«La mayoría de fotos son del entorno natural, con un factor humano que se trate de fusionar y dar cierta emocionalidad a ese paisaje que tal vez se ve inerte. Estoy buscando siempre lugares no explorados.»
¿Tus últimos viajes?
En el último tiempo hicimos muchos viajes con la marca Corona. Estuvimos en Brasil, en Chile, en Uruguay, en Villa la Angostura. También hace poco hice un viaje a Guatemala que fue un proyecto del Departamento de Turismo de Guatemala, viajamos fotógrafos de todo el mundo y fuimos retratando los distintos lugares.
¿Y qué te cautiva tanto del roadtrip?
Ir parando en la ruta en lugares no explorados. Muchos cuando viajan sacan la foto icónica en un lugar pero en un viaje de ruta podés salir de la zona de confort y buscar nuevos lugares que no estén retratados. Conocés un montón de cosas que no conocerías si fueras del A al punto B. Hay 20 puntos en el medio en los que vas metiéndote. Vas por una ruta y de repente ves un bosque, doblás y te metés y vas descubriendo todo a través de la fotografía.
«#TwoSomeProject es un proyecto en común con Lucila (Godoy) en el que contamos un poco más acerca de la relación y de las cosas cotidianas que nos van pasando cuando entramos en el submundo de la fotografía. Es muy nuevo el proyecto, pero aparece la pasión de ambos: ella con el foodstyling y todo el tema de gastronomía.»
Con Lucila crearon #twosomeproject ¿cómo funciona?
Se trata de algo común contando un poco más acerca de la relación y de las cosas cotidianas que nos van pasando cuando entramos en el submundo de la fotografía. Es muy nuevo el proyecto, pero aparece la pasión de ambos: ella con el foodstyling y todo el tema de gastronomía. La cuenta muestra un poco de intimidad de la pareja desde un lugar con una estética y un lenguaje de Instagram. Nos gusta contar un poco más, hacer una fusión más allá de las fotos que yo le saco a ella y que ella me saca a mí cuando viajamos (porque somos nuestros únicos modelos), mostrar qué hay atrás de esas fotos con una frase. También estamos con un proyecto para hacer de desnudos con Lucila a fin de año que seguro hagamos una muestra en conjunto.
Te censuraron una foto de desnudo en instagram una vez, ¿no?
Sí, una vez una foto de Lucila en una playa en Nueva Zelanda con una roca atrás, me censuraron una foto y la volví a subir. La volvieron a censurar, y la subí por tercera vez hasta que la dejaron. Me gusta un poco el quilombo, subí la foto por última vez preguntando a mis seguidores qué pensaban de la censura entonces la gente se copó y opinó.
Fotos: gentileza Agustín Gotlib