"A TODOS LOS LUGARES DEL MUNDO LOS CONOCÍ DESDE EL MAR": SANTIAGO LANGE / ENTREVISTA / POR MARÍA PAZ MOLTEDO

Santiago Lange pose for a portrait at Forte Da Ilha Da Laje during the 3th Brazil Sailing Cup in Guanabara Bay, Rio do Janeiro, Brsil on December 19, 2015
La bahía de Guanabara a los pies del mejor navegante argentino

 

«A TODOS LOS LUGARES DEL MUNDO LOS CONOCÍ DESDE EL MAR»: SANTIAGO LANGE / ENTREVISTA. POR MARÍA PAZ MOLTEDO. FOTOS: GUSTAVO CHERRO. 

 
Santiago se subió a un velero a sus primeros años de vida, y hoy, con 55 años, dos medallas olímpicas de bronce, una de oro en Río 2016, una Copa América, dos medallas de plata en los Panamericanos, dos campeonatos europeos y seis sudamericanos importantísimos, no piensa bajarse; porque navegar es lo que más disfruta y también lo que más lo desafía. Los desafíos le fascinan y esa misma fuerza lo lleva a cumplirlos; como el doble reto que tuvo que superar: enfrentar un cáncer de pulmón y una Olimpíada en el mismo año. A ambas pruebas las superó, y tal vez sea gracias a la sencillez y humildad con la que vive y se expresa. El hombre que conoce casi todo el mundo desde arriba de un barco no se sube a ningún podio, simplemente se deja llevar por la corriente, por un optimismo y una dedicación que bien lo han guiado para llegar hasta donde llegó, y seguir avanzando en busca de una nueva conquista, un nuevo desafío.

En el club Náutico de San Isidro

«Yo la verdad que cada día que entreno siento mucho placer; sentir el barco, ver la naturaleza que está al lado, leer el viento.»
Vi que subiste una foto tuya de muy chiquito en un velero ¿Cuál es tu primer recuerdo a bordo?

Quizás esas las recuerdo porque vi las fotos en mi casa pero mi primer recuerdo es a los seis años, cuando corrí una regata con mi hermano mayor. Corrimos acá en San Fernando, en optimist; a mi hermano le había faltado el compañero y fui a reemplazarlo, pero bueno, me comí muchos retos (risas). Volví llorando a casa, pero supongo que como me gustaba tanto el agua seguí más allá de eso. Empecé a competir con mi hermano y ahí ya estuve todo el tiempo navegando. Pasaba los fines de semana en los barcos en el club, dormíamos todos los amigos ahí; ya toda mi juventud estaba más enganchado en la competencia que en navegar por placer.
¿Cómo es un día de entrenamiento?
Bueno te puedo dar el ejemplo de Río. A la mañana hacíamos una hora o dos de gimnasio, después tomamos el desayuno y planteamos el día, tenemos reunión para analizar lo que vamos a hacer, después estamos entre tres y cuatro horas en el agua; a la tarde también hacemos algo físico como yoga, y después tenemos una reunión para ver los videos de lo que entrenamos en el día.
Cuando tenés un tiempo libre en el velero, ¿qué placeres disfrutás a bordo?
Yo la verdad que cada día que entreno siento mucho placer; sentir el barco, ver la naturaleza que está al lado, leer el viento. Por ejemplo ahora en Río era alucinante porque volvíamos siempre de noche, ver los atardeceres de Río en el mar es un privilegio muy grande y lo disfruté en cada momento; cuando parás cinco minutos tenés ese tiempo para observar y disfrutar del lugar donde estás.

Santiago Lange preparing his boat before race at 3th Brazil Sailing Cup in Guanabara Bay, Rio do Janeiro, Brsil on December 19, 2015
Lange navega desde que tiene seis años

«Durante la regata uno no puede pensar en ganar, sino no hubiésemos ganado, porque hay que concentrarse en cada ola, timonear bien el barco, leer bien el viento; ¡La verdad que en Río sólo me di cuenta que ganamos cuando nos lo dijeron (risas)!»
 

¿Cuál fue tu regata o campeonato más importante o reconocido y cómo lo viviste?
Como todo en la vida, todo es relativo (risas) porque uno de los campeonatos que para mí fueron los más importantes en mi carrera deportiva fue el Campeonato Argentino, que es cuando uno empieza a navegar, y yo coincidí de joven con grandes talentos como Martín Billoch o Hugo Castro que me ganaban siempre, y recién les pude ganar en el último año en mi categoría, cuando tenía quince años, que salí campeón argentino; me costó mucho lograrlo, lo soñé mucho. Y a nivel mundial por supuesto Atenas, que fue mi primera Olímpica; el Mundial que ganamos con Camau en Palma de Mallorca, el Campeonato Europeo en Portugal, fueron grandes logros, fue empezar a construir un método de trabajo que hoy mantenemos. Y de las ciudades, a mí me gusta mucho viajar, perderme en los lugares y conocer a la gente más que nada; estuve en Atenas y no fui al Partenón, todo eso lo dejo para más adelante porque nuestro deporte lleva muchísimo tiempo y a veces no nos queda ni la energía ni las ganas de visitar, solo querés llegar a tu casa a descansar. A todos los lugares del mundo los conozco desde el mar, tuve experiencias maravillosas y conocí mucha gente pero los lugares así íconos muchas veces no voy a verlos.
Y en Río en la regata que los convirtió en campeones, antes de llegar a la meta ¿tuviste la sensación de que ibas a ganar?
No, porque durante la regata uno no puede pensar en ganar, sino no hubiésemos ganado, porque hay que concentrarse en cada ola, timonear bien el barco, leer bien el viento; estaba tan focalizado en lo que estaba haciendo durante la regata que en la llegada me costó mucho saber o ver el momento en que terminamos ganando. ¡La verdad que solo me di cuenta que ganamos cuando nos lo dijeron (risas)! Lo más lindo fue llegar y que haya tanto brasileros como argentinos disfrutando nuestro triunfo, lo digo con mucho orgullo porque fuimos los únicos argentinos que los brasileros estaban contentos de que ganáramos. Fue una linda fiesta, no una fiesta muy grande, pero sí una linda celebración con todos los brasileros y nuestros familiares.
¿Ahora sí navegás por placer de vez en cuando? en primavera por ejemplo ¿a dónde vas?
Sí, ahora de grande aprendí a disfrutar del río sin competir; acá de Buenos Aires me gusta mucho el Delta, pero voy en crucero. Si estoy en temporada de competencia no salgo al río porque me gusta estar a la sombra; estamos todo el día entrenando y los pocos días que tengo libres me quedo en casa guardado porque ya no aguanto más el sol.

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Mateando con los muchachos

«A mí el que más me gusta es el Río de La Plata porque es mi lugar, también me gusta mucho Mar del Plata. Obviamente que muchísimos mares me gustan para navegar pero este es mi lugar.»

 
Sos socio del Club Náutico de San Isidro ¿Sos de salir a comer por el bajo?
Sí, yo vivo ahí y siempre ando por ahí. Por supuesto me gusta mucho comer en mi club, porque además los que llevan los restaurantes son Los Petersen que son muy amigos míos, aprecio mucho como trabajan; y sino por San Isidro El Ribereño es uno que me gusta mucho, también La Anita. Me gustan mucho todos los lugares típicos de San Isidro.
¿Algún lugar no tan conocido o clásico de Uruguay para ir navegando?
No soy un experto en eso, yo calculo que cualquiera que navega sabe más que yo; soy bastante de la competencia, tendría que preguntarle yo a algún especialista (risas). Lo único que puedo aconsejar para ir navegando a Uruguay es que cuando uno sale en un barco hay que ser muy respetuoso con el río, el mar o la meteorología.
¿Descubriste algo nuevo de Río como ciudad esta vez que fuiste?
Río es una ciudad increíble, maravillosa, y lo que a mí más me apasiona de los brasileros es que cuesta definirlos ¿no? Vos vas a Alemania y volvés y tenés una sensación de lo que son los alemanes, lo mismo pasa con los ingleses o con cualquier otro pueblo: pero vas a Brasil y no sabés con qué te vas a encontrar. Y me gusta mucho desde el punto de vista geográfico, es increíble, de hecho salía a entrenar de noche; dos veces por semana íbamos pedaleando hasta el Cristo. Y también todo lo que conocimos navegando, que nos íbamos muy lejos, las islas de afuera, son todos lugares increíbles.
¿El mar o río que más te guste navegar o que recuerdes con cariño?
Eso ya es bastante fácil porque a mí el que más me gusta es el Río de La Plata porque es mi lugar, también me gusta mucho Mar del Plata. Obviamente que muchísimos mares me gustan para navegar pero este es mi lugar.

Santiago Lange
«Yo me subo a un barco y me olvido de todo»

«Vivo en el bajo de San Isidro. Por supuesto me gusta mucho comer en mi club (el Naútico) porque además los que llevan los restaurantes son Los Petersen que son muy amigos míos. De la zona me gustan el restaurante El Ribereño y también La Anita.»

 
¿También andás mucho en bicicleta no?
Sí, me encanta el ciclismo. Soy un apasionado. Lo uso mucho para mantenerme físicamente pero también me da la posibilidad de conocer; siempre viajo con la bicicleta así que siempre que estoy en un torneo me despierto temprano en la mañana y me voy a conocer lugares muy lindos. Cuando viví en San Francisco, que estaba trabajando en la America’s Cup durante un año, pedalear en San Francisco fue alucinante, es un privilegio. Es un paraíso para el ciclismo.
Sos arquitecto naval ¿También te dedicás a esto?
Sí, me recibí en Inglaterra, trabajé para Germán Frers y Juan Kouyoumdjian, diseñadores argentinos que son de los mejores del mundo; o sea cada tanto me dedico a eso; después de la Copa América en 2013 diseñé un barco por hobby, se está construyendo ahora, es bastante especial. Yo sentía que los diseños de los barcos modernos iban en dirección errada para el Delta de Buenos Aires, y quería hacer un barco con motor eléctrico que no hiciera ruido, así que empecé a diseñar y a hacer los bocetos y ver qué era lo que podía funcionar, y de ahí va naciendo todo. A mí me gustan todos los barcos, siempre que el diseño sea bueno; hoy en día los barcos que vuelan me fascinan, pero también soy un apasionado de los barcos clásicos. Soy un gran admirador de nuestros diseñadores argentinos, que son de los mejores del mundo. Hay muchos barcos lindos en Argentina: es lindo andar por el río y ver tantos barcos lindos.

la anita
La Anita es uno de los restaurantes preferidos de Lange en su barrio: el bajo de San Isidro

«Diseñé un barco por hobby, se está construyendo ahora, es bastante especial. Yo sentía que los diseños de los barcos modernos iban en dirección errada para el Delta de Buenos Aires.»
 

¿Viviste un tiempo en un velero en el club no? ¿Cómo fue esa experiencia?
Sí, me acababa de separar y no tenía plata, fue un momento positivo, una experiencia muy linda y la volvería a hacer; fue una etapa de mi vida con mis hijos, espectacular.
Me imagino que te preguntaron mucho sobre la operación, la enfermedad; No sé si te gusta hablarlo o no. Pero me gustaría saber qué te enseñó el hecho de haberlo superado.
No me gustaba hablar de esto, no tenía problema en aceptarlo, pero de repente cuando veía algunos titulares no me gustaba; pero hoy yo veo que motivé, sin quererlo, a mucha gente que está pasando por eso, porque me lo dicen por la calle o por las redes sociales; hablando con mi entrenador lo pude aceptar. A mí me enseñó que las dificultades hay que pelearlas, se pueden superar . Fue una prueba más en mi camino: me surgió una dificultad, la tuve que superar y hoy estoy bien. Uno siempre tiene que mirar para adelante y tomar las cosas con buena actitud, y después de ese esfuerzo siempre hay una recompensa; así lo viví yo.
Para cerrar, contame qué es así como lo más primitivo o instintivo que te hace sentir el navegar.
Lo que más me provoca es estar en el momento. Yo me subo a un barco y me olvido de todo; eso es lo que más se disfruta, no tener distracciones. Cada día que me subo a un barco a entrenar, durante esas cuatro horas lo único que pienso es lo que estoy haciendo; eso lo disfruto mucho y también disfruto mucho de los desafíos que me pongo y de esforzarme por cumplirlos.