«Sofi Wini» – como la llaman los amigos – en su taller
Por Malén Denis. Fotos y videos: Paula Salischiker.
Sofía Wiñazki (27) rompió el molde de una familia dedicada al periodismo (¡Padre, hermano, hermana, novio, cuñado!) para comunicar a través de las artes plásticas. Sus trabajos, delicados dibujos en cientos de miles de líneas muestran mucho de su personalidad y de una visión particular: recortes de lo natural dentro de lo urbano, una invitación a mirar y a respirar. Si vieron un plátano gigante en la entrada del Alto Palermo, o unas olas celestes en la vidriera de algún local de Levis o una enredadera de flores dibujadas en los locales de Rapsodia, vieron el trazo y el arte de Sofi Wiñazki. Si bien ella dice que el dibujo es lo que tiene que hablar, nos tomamos el atrevimiento de meternos en su casa y hacerle un montón de preguntas sobre todo.
Hablemos de tu formación. ¿Cómo decidiste que querías dibujar?
Un poco no lo decidí: de chica iba a un taller en Caseros con mi hermana en el que pintábamos. Hace poco encontré un dibujo de cuando tenía 7 años y lo enmarqué ahí arriba, y me di cuenta que ya hay árboles y es sólo dibujo, que también es raro, ¿no? Porque cuando sos chico en general ponés colores. Y bueno, en ese taller hacíamos muchas cosas: pintábamos, dibujábamos, hacíamos esculturas, fui varios años. Después cuando estaba en el secundario empecé un taller, también en 5to año me venía hasta el Rojas a hacer un curso de dibujo con modelo vivo. Y en un momento tenía que decidir que estudiar y no hubo mucho que pensar. Y me anoté en el IUNA. Empecé y lo terminé que era medio insólito porque tiene 64 materias y nadie termina.
¿No viviste siempre acá?
No, yo soy de Caseros, viví toda mi vida ahí. Después viví tres años en Ciudad Jardín, que es al lado y estudiaba en el IUNA, en La Boca. La verdad que la vida se me hacía imposible por los viajes.
¿No creés que tu imaginario un poco se nutre de los viajes en tren y colectivo?
Sí. Empecé a dibujar árboles cuando salía de la facultad. Me tenía que tomar el 53 rápido en Plaza Constitución hasta Caseros y el colectivo podía llegar a tardar media hora. Y ahí empecé a ver, estaba media hora parada. Empecé con los árboles de la plaza, al principio para entregas de la facultad y después… – por ejemplo, ese de ahí, el del marco marrón clarito, señala- ese es un bosque de Plaza Constitución, me empezó a pasar que los empecé a presentar en la facultad y los mostraba y todos me decían que parecía un bosque del Sur, de cualquier otro lado menos de Plaza Constitución y me gustó también eso de ver las cosas desde otro lado.
Para hacer este recorte tenés que tener influencias de lo natural, o sea, siempre te tiene que haber gustado me imagino
Sí, pero la verdad no sé bien de dónde viene eso. Creo que tiene que ver tal vez con la forma en la que veo las cosas que me gustan.
Las plantas: una de las grandes inspiraciones de Sofía Wiñazki
Hay algo del detalle, lo delicado, cierta fragilidad, en tu trabajo
Creo que de alguna forma me representa, soy bastante obsesiva, mi vida es muy desorganizada en general, y en cambio en mis dibujos tengo un grado de obsesión insoportable. No puedo soportar que se me marque la hoja, que una línea no sea como yo quería, creo que eso hace que no me vuelva loca en el resto de mis cosas.
«Empecé a dibujar árboles cuando salía de la facultad. Me tenía que tomar el 53 rápido en Plaza Constitución hasta Caseros y el colectivo podía llegar a tardar media hora. Y ahí empecé a ver, estaba media hora parada. Empecé con los árboles de la plaza y en la facultad creían que eran de un bosque del sur»
Dijiste que te representa cuando yo dije “frágil”
Siento que en algunas cosas soy bastante frágil. Eso de que puede parecer una cosa y en realidad me está pasando otra. Es difícil explicar por qué dibujo lo que dibujo, es más una sensación todo el tiempo. Me pasa también que en ningún momento de mis dibujos hay ninguna referencia urbana. Hacía todos los árboles de la Plaza Constitución y no aparecía ni un cable, nada.
¿Sentís que encontrás lo lindo en lugares no tan esperables? ¿O de mirar lo que el resto no mira?
Sí, puede ser. Miraba en ese lugar lo que a mí me interesaba, capaz eso que nadie miraba. Sería sentirme muy “especial” igual decir que veo cosas que otra gente no mira.Tengo una cosa muy visual: voy a un lugar y me acuerdo de cosas que me doy cuenta que otras personas no se acuerdan. O estoy todo el tiempo mirando los colores de las cosas, en ese sentido sí, no sé si otros no lo ven pero yo miro mucho de esa forma. Me pasa mucho con la música esto- no me sé los nombres de la banda, de nada, y me acuerdo la tapa del disco. ¡Hoy salí acá a la puerta y había una montaña de bolsas de basura todas azules, era basura y me parecía hermoso! Estoy obsesionada últimamente con el azul.
¿Por qué el azul? ¿Qué te representa como sensación?
Es un color frío pero no me genera frialdad. No sé bien qué representa: me genera placer. Ahora estoy por hacer una serie de todos dibujos azules.
Algo de tus trabajos me dio una sensación de Porcelana China, ¿hay algo de eso?
¡Sí! Una de mis referencias más importantes son las estampas japonesas, después diferentes artistas que van cambiando por momento, me gusta mucho el Impresionismo, esa cuestión de trabajar a partir de líneas. El impresionismo era más bien en pintura pero de alguna forma lo trasladé al dibujo. Además en el impresionismo es la primera vez que el artista sale al aire libre. Antes trabajaban adentro del taller y era mucho más oscuro. Cuando salen, empiezan a aparecer otros colores en las pinturas.
Sé que venís de una familia más ligada al periodismo.
Sí, toda mi familia. Mi papá es periodista, mi hermano es periodista, mi hermana estudió psicología pero a penas se recibió empezó a trabajar como periodista, mi cuñado es periodista. Conozco más periodistas que artistas. Eso me gusta porque lo que me pasa a veces con otros artistas es que el arte es todo abstracto, no tiene ninguna utilidad, no es una necesidad en general y un poco me agobia. En ese sentido, el periodismo me es un cable a tierra. No me gusta esa palabra pero no sé decirlo de otra forma. Mi novio es periodista también. Podría hablarlo en terapia.
Vos le encontraste una vuelta a hacer arte igual ¿Te podés responder esas preguntas?
A veces sí y a veces no. La vuelta que le encontré en algún sentido es por ejemplo cuando hago vidrieras. Me gusta que se consuma el arte. Y capaz un cuadro, en una muestra, en una galería, queda en un sector, en un marco. Inclusive la gente que va a ArteBA, por ejemplo, que es el “evento artístico del año”, es reducida. Por eso empecé las vidrieras. Vos vas caminando por la calle y lo ves. También empecé a hacer cerámicas para que sea algo más cotidiano. Un dibujo en un plato, en una taza, en una tetera, hace que sea una cuestión más cotidiana y sacarle también ese aura que tiene el arte de la obra. Que se use, eso, necesitaba que tuviera una utilidad. Un cuadro no se usa para nada y eso es difícil.
El orden con sus herramientas de trabajo
Lo de las vidrieras es algo súper concreto. ¿Cómo llegó el trabajo ese?
Empezó de alguna forma un poco azarosa: había un concurso en el centro cultural Parque España de Rosario para artistas jóvenes y una de las cosas que proponían era intervenir las vidrieras del lugar. Yo mandé una propuesta, me eligieron, y fui a exponer ahí. Dibujé un árbol sobre el vidrio. Me gustó mucho cómo quedó. A partir de ahí, de mostrarlo también, me empezaron a llamar, para trabajos, para muestras. Hice la entrada del Alto Palermo, la de Santa Fe, un árbol, un plátano gigante. Y después también hice una esquina de Medicus en Arroyo y Esmeralda, toda una esquina gigante de vidrio, un bosque de abedules con un lago, la vidriera de Rapsodia la hice dos veces, también la de Levis, también intervino en el local de Libros del Pasaje de Palermo). Me dan bastante libertad.
Bueno, por algo convocan un artista y no un diseñador, creo que lo interesante no sólo es exponer, si no que es una manera de intervenir la ciudad
Sí, y eso también está buenísimo, porque modificás algo que ya está y además te adaptás un poco al lugar. Pienso los dibujos para el lugar que estoy interviniendo. Y en general me gusta que se relacione.
Es como que le estás regalando un espacio natural a un lugar completamente urbano
Sí, Me encanta eso, una cosa que repito es “los árboles crecen en todos lados”: crecen adentro del banco central, en el Shopping. En el caso del Alto Palermo, elegí unos árboles que crecen sobre Avenida Santa Fe, entonces se mezcla el árbol que está atrás con el dibujo. Siempre hago todo muy sutil. Me gusta en las vidrieras la cosa de las transparencias, tiene algo trabajar sobre vidrio que es que el dibujo cambia todo el tiempo por el lugar de acuerdo al lugar desde donde se lo vea y por la luz. Mucha gente, por ejemplo en el caso del Alto Palermo, me decía que lo veía desde el colectivo, y hay personas que no lo vieron.
¿Cómo te sentís con eso de trabajar cosas que forman parte de la ciudad y que van a ser vividas todo el tiempo?
Me encanta, me gusta mucho más que exponer en una galería, porque es como lo de las cerámicas que te comentaba antes, es algo que tiene que ver con la vida cotidiana de las personas. También hace poco en diciembre del año pasado hice un mural en la Costanera Sur, en el anfiteatro Lola Mora. Hice unas pinturas de unos pájaros, unas tacuaritas y pienso en toda la gente que circula por ahí, la gente que se sienta arriba de eso, que va los fines de semana, a jugar al fútbol. No es que tenga una utilidad que estén esos pájaros pintados en la Costanera Sur pero me encanta que la gente que pase los vea y que se siente arriba, que interactúe de alguna forma.
No es la única aplicación que encontraste lo de las vidrieras, das clases también ¿No?
Doy clases de dibujo. Di en el IUNA, tres años y medio de dibujo con modelo vivo y después dejé y empecé a dar un taller particular. Y eso de alguna forma es encontrarle un sentido, una aplicación. Hay que pensar mucho en cómo explicar las cosas, cómo mirar algo, sobre todo cómo mirar las cosas, qué tienen que mirar para dibujar. Mirar los espacios vacíos… eso es casi más importante que mirar el objeto que vas a dibujar.
«Conozco más periodistas que artistas. Eso me gusta porque lo que me pasa a veces con otros artistas es que el arte es todo abstracto, no tiene ninguna utilidad. En ese sentido, el periodismo me es un cable a tierra.»
¿Pensás eso que querés decir?
Yo creo que en mi caso es más intuitivo. Últimamente están cada vez más de moda las clínicas de arte en los que vos tenés que llevar cosas ya hechas y entre todos lo analizan. Y a mí eso nunca me interesó. Es darle una cosa muy teórica al dibujo. Por algo dibujo y no escribo. ¿No? Si yo quisiera explicarlo con palabras, haría otra cosa. Leés las cartas de Van Gogh y es increíble lo que decía pero no sé si siempre está relacionado con lo que hacen. Me gusta que cada uno vea en mis dibujos algo diferente, no tanto una bajada de línea de lo que quiero decir.
- Más de la obra de Sofía Wiñazki en: www.flickr.com/photos/sofiwini.
- Su próxima muestra inaugura el 17 de julio en Naranja Verde.