A PROPÓSITO DE LA BELLEZA


Diana Brandt (izquierda) y Analisa Maculan
 
A propósito de la belleza. Por Santiago Eneas Casanello. Fotos: Jacinto Freixas.
Dos personas se encargan de la belleza. De la de las producciones de las portadas de las revistas de moda más importantes. De las de las publicidades de la tele. De las de las campañas de las firmas más top de indumentaria. Y también de la de la chica que se casa a la tarde, de la del coreano esteta que quiere estar bello para su pareja, de la de una funcionaria que quiere verse bien antes de que se prendan las cámaras del programa al que va a ir a la noche y de la de una señora que pretende estar impecable para una galería de Facebook. Diana Brandt y Analisa Maculan son esas dos personas. Tal vez las maquilladoras más importantes del país, las que Lancôme eligió por 10 años como sus representantes en medios gráficos, las que también eligió Givenchy para su campaña Make Up o L´Oréal como sus maquilladoras oficiales. Hace 13 años que trabajan juntas y además de lo anterior, dan cursos. Recibieron una mañana a Maleva en su estudio del barrio de Belgrano, con vista a las copas de los árboles, y dejaron bien claro porque la belleza no es algo tan superficial como podría suponerse a priori y cómo es dedicarse día a día a que todas sean más lindas y lindos (sí, incluidos los varones). Ni más ni menos. 
¿Cómo es dedicarse a embellecer a alguien?

Diana: rutinario no es. Trabajás con alguien que en general está viviendo una situación importante, como un casamiento, y le pasan un montón de emociones. Hasta el recuerdo de los seres queridos que ya no están. Por ejemplo, una señora a la que se le casaba el nieto y estaba un poco triste porque pensaba que a su marido, que había fallecido, le hubiera encantado estar en esa situación. Lo que uno hace en esos casos es contener, la belleza no es automática.
¿Y qué entendieron sobre la idea de la belleza?

Diana: que no hay mejor belleza que la del alma. Uno puede embellecer por afuera, pero si lo de adentro no acompaña, hay un ruido ahí, aunque seas modelo. Uno no puede mostrarse como no es.
Analisa: cuando algo es bello es porque se da una armonía, y no tiene que ver con estándares, la belleza está en la persona y vos podés ayudar a que termine de verse.
Cuéntennos sobre la relación entre verse bello y el aspecto anímico

Diana:

salvo lo que es moda, el maquillaje puede ser una ayuda. Hay cosas internas. Maquillamos desde personas que están con un tratamiento de quimioterapia hasta personas con problemas de acné.

Analisa:

claro, el acné puede ser muy grave para una persona porque se retrae, termina teniendo problemas para relacionarse. El mejor regalo para nosotras entonces es poder ver la sonrisa, al final, cuando se mira y se halla, se siente bien, ahí decís misión cumplida.

En su estudio en el barrio de Belgrano
 
¿Y más allá de los casos que tengan que ver con cosas serias como enfermedades?

Analisa: sí, claro, nosotros podemos mostrarle a una mujer que puede verse muy linda, con pocas cosas, sin ser profesional. A veces se sorprenden.
¿Y ustedes tienen el mandato de estar siempre maquilladas?

Diana: ¡Cero! Todo lo contrario. Y no es a propósito que no nos maquillamos, básicamente es porque nuestras clientas son las protagonistas, no nosotras.

Analisa:

¡Además tenemos cuarenta mil cosas que hacer! ¡No tenemos tiempo!
¿Qué clientes les llamaron la atención?

Diana: hemos maquillado hasta hijas de gobernadores. Algo lindo es maquillar a toda la saga de la familia, la abuela, la mamá, las nietas. Y si viene algún esposo le decís “usted no se va a ningún lado con ese brillo en la pelada”. Y sí, no va a quedar al lado de la novia en el casamiento como una bola de billar (risas).
¿Maquillan hombres a veces?

Analisa: sí, y mucho últimamente. Hace poco tuvimos un casamiento de coreanos, donde la tradición es diferente porque los novios pueden estar juntos, estaba el novio y un poco lo maquillamos, y como son muy estetas les copa. Los argentinos, muchos, siguen teniendo miedo. Piensan que van a quedar medio metrosexuales. Y por maquillarte no sos ni gay ni metrosexual. Algunos no se animan a llegar solos, vienen a través de la novia, y te piden que les depiles las cejas. No porque quieran quedar como una mina sino porque quieren verse mejor.
¿Y qué situaciones de “quiero que me maquillen porque voy a hacer tal cosa” atípica?

Analisa: una chica que vino hace unos años porque quería hacerse unas fotos en Facebook. Y después la misma volvió porque había organizado una reunión con todas sus ex compañeras de secundaria y quería estar espléndida. En aquel entonces nosotras estábamos lejos de tener Facebook.
¿Es común maquillarse para las redes sociales?

Diana: sí, total. Hasta alguna que se hizo una sesión entera con fotógrafo para un álbum de Facebook. Un poco nos llama la atención porque en 13 años no quisimos tener una sólo foto institucional. Siempre detrás de escena. Hay mucha gente que se dedica a esto y se vuelve medio personaje, olvidan que son un medio para embellecer a alguien y los ves en la tele. Dejan de trabajar porque ya se transformaron en personajes. Nosotros somos lo opuesto. Ojalá nunca lleguemos a eso.

Sus apellidos convertidos en una marca sinónimo de belleza
 
¿Y les pasa de prestarle mucha atención a la gente sobre como está maquillada?

Analisa: sí, pero no obsesivamente.

Diana:

a mí me pasa de prestarle atención, pero no con un ojo crítico sino que al revés, pienso que bueno que se animaron a hacerse tal cosa, que bien que tuviste la voluntad. No me importa si quedó bien o mal.
¿Cuál es hoy el patrón de belleza?Analisa: a fines de los 90 fue medio andrógino y minimalista. Ahora se volvió a una belleza más femenina y natural. Ahora existe la idea del cuidado de la piel.

Diana:

en los 80 era tapar, tapar, tapar. En los 90 se fue depurando y ahora existe una concientización en general del cuidado de la persona . Y las generaciones de más abajo están más trash, medio punk, se pintan un ojo de negro y vos decís: “sos grosa”.

Pinturas y las tapas de revistas con producciones de las que se encargaron 
 
¿Cómo llegaron a dedicarse al maquillaje? ¿Les gustaba mucho maquillarse?
Diana: mi abuela era diseñadoras de alta costura y tenía un local donde ahora está el Sofitel de Arroyo. Me crié entre el diseño, las telas, las imágenes, y las formas. Y cada vez que veía a una persona arreglada, me parecía un hada. Siempre supe que me quería dedicar a estar en algo de ese proceso.
Analisa: a mí me gustó siempre ver revistas de moda importadas, me gustaba la fotografía, al principio de hecho quise dedicarme a la fotografía, pero después me di cuenta que me interesaba ver cómo el maquillaje iba transformando a una persona.
¿Cuál es el estilo de belleza que caracteriza a las argentinas?Analisa: la argentina es muy natural, tiene una belleza que no pasa por la producción. En Europa o en otros países latinos se producen mucho más. Acá ya con un par de jeans pueden llamar la atención. Eso me gusta. Las colombianas por ejemplo no te van a usar nunca zapatillas y su maquillaje es completo, base, sombras, cejas, delineado, pestañas, todo.

Diana:

ahora, las brasileñas son un caso aparte. Sabés que lo son por el color de los labios. ¡Qué usan que siempre tienen esa boquita como mordida! (risas)
¿Qué es un exceso?

Diana:  exceso es cuando te cambió la cara y pasás a ser otra persona.

Analisa:

cuando no podés despertarte al lado de alguien sin maquillarte, estás mal.

Pinceles y colores: el maquillaje tiene mucho de arte
 
¿Hay historias de obsesión con eso?

Analisa: millones, muchas, son patológicas. Que te hagas un maquillaje completo todos los días ya me parece raro.

Diana:

cuando es excesivo creo que es como un telón que la persona pone entre ella y el mundo.
¿Cómo se toma el hombre el maquillaje de su pareja?

Diana: hay cosas que sabemos que al varón no le gustan. Odia que la mujer se maquille los labios y pegotee todo y tienen razón. ¿Por qué tiene que quedar el pibe con color?

Analisa:cuando vienen a hacerse pruebas para el casamiento nosotros le preguntamos si al novio le gustaría lo que quiere hacerse. Te vas a casar, tiene que gustarle a tu novio como estás.

¿Y hay hombres que le gusta que se maquille?

Analisa: algunas dicen “a mi marido no le gusta que me maquille” y me parece que lo que pasa es que no le gusta como te estás maquillando, tal vez te estás maquillando horrible. Porque estás con tu marido y pasa una mujer bien arreglada, y él bien que la mira. Hay mujeres que tienen las herramientas pero no saben usarlas, por ejemplo creen que maquillarse es ponérselo todo encima.

Diana:

nos pasó que el novio le regale a la novia el curso de maquillaje y es un modo diplomático de decirle te maquillas como el traste, maquíllate mejor (risas). Yo igual a esos novios los clonaría como la ovejita Dolly.