Elegancia, madera, toques rústicos, cuero, sombreros, banderas. La mejor versión de una auténtica taberna argentina con una firma que lo eleva aún más. Tato Giovannoni, el bartender estrella que llegó, con uno de sus bares, al top 10 del mundo, vuelve a apostar por una nueva creación, esta vez arraigada a las raíces argentinas y, como el nombre bien indica, la patria albiceleste, haciendo homenaje a las mujeres de la historia del país.
Aires de bodegón cool reciben a quien lo descubra, tal vez por su enorme ventanal frente a Paunero, tal vez por los aromas argentinos – léase, carnes y achuras – o tal vez porque el boca en boca corre rápido y esta es una apertura que vale la pena. Recién inaugurado – tiene solo dos semanas – si hay algo que reafirma este espacio es que al emprendedor en cuestión nunca se le agotan las ideas.
Que los tragos son geniales no es una novedad sabiendo por dónde viene la cosa, pero lo novedoso de este pub es también el potencial gastronómico. Mollejas en su punto perfecto, una genial tabla de fiambres y más carnes le compiten a la coctelería a la hora de elegir qué pedir. Abren de martes a domingos a partir de las 18h así que ya sabés, aprovechá a conocerlo antes que nadie.
Sorpresa, vanguardia, calidad, creatividad. Todo eso en un plato. O mejor dicho tres, cuatro, cinco platos, porque con uno no le va a alcanzar a tu curiosidad, y tu paladar sin duda te va a pedir más. En LUPA vas a querer probarlos todos.
Escondido en Núñez, este espacio entre vintage y moderno, cool y bohemio logra, con mucha facilidad y casi sin quererlo, posicionarse como una de las aperturas foodies más prometedoras de la ciudad. Con un menú donde la descripción de los platos no excede las cuatro palabras porque, de nuevo, la curiosidad y la sorpresa lo son todo, algo es seguro y es que ni los paladares más exigentes podrían haber imaginado comer tan rico. Una explosión de sabores en cada bocado, innovación constante del menú – aburrirse está prohibido – acá se animan a todo.
Las master minds gastronómicas detrás del sabor son Paul Feldstein y Victoria Rabinovich, un dúo del que, sin duda, vas a escuchar cada vez más. Primero en SUCRE, después en el diseño de la carta de Lardo & Rosemary (otro hit) y ahora en este tesoro que tenés que descubrir. Otro datito, la panera es de Salvaje Bakery, por si tenías dudas de que la calidad está en cada detalle.
Ahora, ¿qué vas a poder probar? Arrancaron con locuras como papas con espuma de morcilla, tartar con frutillas y cheescake de lechuga, todos – absolutamente todos – sobresalientes. Los platos son pequeños, tipo tapeo, para fomentar la degustación compartida. Ah, y los precios son súper justos para una experiencia tan gourmet. Ahora se viene un cambio en la carta porque, como les avisamos, el movimiento y la innovación son inherentes en LUPA. Recomendar solo uno sería pecar de limitado, así que vamos a decirles que se animen a todo y conozcan esta bomba culinaria.
En una mansión reconstruida pero que todavía guarda la mística de la Belle Pop, los años 20 y el costado más chic de Buenos Aires, Ligneé abrió sus puertas hace muy pocas semanas y ya se convirtió en el nuevo bar que tiene todas las de ser un hit. El edificio es de más de 100 años y hoy, combinando esa antigüedad con lo canchero, apuesta por ser uno de los bares más instagrameables, con una deco muy a lo Great Gatsby.
La barra, a cargo de Sabrina Traverso, ex barwoman de Presidente Bar, no pasa nada desapercibida. Primero por su diseño, entre una pared verde agua, un pavo real, botellas de cientos de colores y una iluminación que la convierte en protagonista. Segundo, por la calidad y originalidad de sus tragos. El “Burro Sul Suffito”, por ejemplo, tiene Bulleit Fat Wash con manteca de maní, carpano bianco, piña ahumada, lima, aceite de sésamo y vinagre de jerez. El “La Vallé” – el #tragobomba – incluye tanqueray gin, jerez, charteuse jaune, cocchi americano, bitter naranja y piel de lima. Y, si te copa el show, no podés dejar de pedirte el “John Perona” que viene en un cofre y, al abrirlo, el trago se revela dentro con humo de por medio. Todo muy filmable, claro.
Si te preguntás cuándo ir, la respuesta es los jueves, que es el día que más se pone. La ubicación no es para nada menor: está en pleno microcentro, y la experiencia de pasar de estar en Lavalle, con todo el movimiento que eso implica, a estar en este mundo vintage y elegante con solo cruzar una puerta negra, vale la pena vivirla. Dato de color: ¡se dice que la casa era de la familia de Roca!