El Alvear Roof Bar es uno de los favoritos de la temporada, con cocktails de autor, atardeceres increíbles y un ambiente súper sofisticado
Verano = rooftops. La oferta porteña de espacios al aire libre y en las alturas es cada vez más grande y mejor. Pero si de elegir alguno se trata, uno de los factores más importantes para quienes disfrutamos de una linda postal o una genial oportunidad para instagramear el momento, son las vistas. Desde algunos de los espacios más elevados de la ciudad, hasta otros en hoteles súper prestigiosos. Acá, la creme de la creme, nuestro top cinco:
Un after office en las alturas de la ciudad, en un edificio emblemático de la belle époque que hoy es hotel y cuya terraza auspicia el spot perfecto para un trago, un atardecer, una vista y DJs en vivo. Eso es Dome Rooftop, este espacio con aires parisinos en el último piso del Hotel Tango de Mayo, frente al Palacio Barolo y al aire libre en Monserrat, el barrio cuyo mejor ángulo es, sin duda, el que se ve desde arriba.
Reinauguraron la temporada de rooftops hace poco, pero con el timing justo. De miércoles a viernes, de 18 a 00h, el plan invoca buenos cocktails, un tapeo para acompañar, y una vista a algunos de los edificios más elegantes de Buenos Aires. La arquitectura incluye cúpulas y un viaje al pasado mágico y sofisticado. ¿Una recomendación? Intentá acercarte antes de que caiga el sol para apreciar con más luz el paisaje.
Quedó demostrado que los hoteles son los maestros de las alturas, y este lo comprueba una vez más. En la terraza del piso 11 del prestigioso hotel Alvear, un bar inspirado en la ciudad eminencia de los rooftops, New York, se hace lugar. Un must en todo sentido: por su increíble vista panorámica, por su ambiente elegante y sofisticado, y porque los cocktails fueron diseñados por algunos de los mejores bartenders del país.
Antídoto perfecto para los calores del verano, desde allá arriba todo es disfrute y lujo. La ciudad, entre cemento, verde, violeta (depende la época en que vayas) y el horizonte del Río de la Plata, se aprecia con claridad y es el marco perfecto para pulir dotes fotográficos. Una coordenada perfecta para alguna salida especial, la próxima sede de una celebración de fin de año – que abundan – o simplemente para vivir un atardecer distinto.
Una cervecería speakeasy que esconde dos pisos más arriba, la increíble vista que tiene en su – obvio – rooftop. Todo paisaje con escaleras de por medio es más valioso, y más todavía si es en Recoleta, una de las zonas más bellas de la ciudad. De los mismos dueños de Bartola – la casa de té chic por excelencia de Palermo – llegó hace no demasiado esta propuesta escondida detrás de una fachada que, como todo bar secreto, no anticipa nada.
“Cuando subís está el beer rooftop, concepto innovador en comparación a los beer gardens. Para capitalizarlo, decidimos hacer la entrada oculta, porque quien entre y llegue arriba, se va a sorprender más. Pocas cervecerías tienen esta vista privilegiada en una terraza descubierta”, explica Gonzalo Barruti, socio fundador. La postal de la que es dueña el rooftop es al gran Cementerio de la Recoleta, entre luces colgantes, mesas altas y mucha birra de la buena, con doce canillas para fomentar la indecisión.
Obvio que, si hablamos de las mejores vistas de Buenos Aires, alguna por Puerto Madero tenía que existir. Y esa típica e inmejorable postal que te estás imaginando, tiene un escenario de lujo para disfrutarla. El Yatch Club estrenó en abril de este año su terraza Deck sobre el agua y al aire libre, de 200m², además de ampliar la tradicional terraza del segundo nivel, convirtiendo así al espacio en uno con más de 1500m² disponibles para celebraciones y eventos.
El club náutico, con una ubicación más que privilegiada, supo explotarla con espacios al aire libre con vista al dique y acceso directo desde los salones, elegidos para encuentros sociales o corporativos. Si de gastronomía hablamos, el Chef Ejecutivo es Diego Gera con una propuesta gastronómica innovadora.
Acá, la premisa que corre es que cuánto más alto, mejor. El bar más alto de Buenos Aires no podía no estar en la lista, porque si bien no es al aire libre, los vidrios cumplen con la premisa y conocerlo es un must. Una panorámica experta en rascacielos y precipicios en el piso 32 del hotel Alvear Icon desde la cual, incluso, se llega a ver Uruguay. Si no te subiste nunca a un helicóptero, esto es lo más parecido a la experiencia (con una cuota mucho menor de adrenalina, pero la misma calidad en vistas).
Es el primer sky bar de la ciudad, dueño de un ambiente chic, tragos de autor, elegancia y sofisticación a 128 metros de altura. La posta es subir de noche, cuando las luces de la ciudad muestran su mejor ángulo. Buscar edificios en miniatura es parte inherente de conocerlo.
Fotos: gentileza bares mencionados.