En una especie de culto al vermouth – que, dicho sea de paso, está cada vez más presente en los bares de Buenos Aires y se instaló como una propuesta más que combate el monopolio de la birra – este bar original nació en una esquina de Chacarita hace apenas cuatro meses. Un bodegón cool, así podría resumirse el espíritu de Fuerza Bar, que con una onda moderna pero de barrio es el lugar para quienes quieran incursionar en esta bebida de moda.
Un piso cuadriculado blanco y negro, posters caricaturescos de colores, una barra de madera vintage en el centro y, su diferencial, los botellones ilustrados bastante cancheros de vermouth. Hay de dos tipos: el rojo (tinto) y el blanco, y se sirven en canilla, hechos con vinos elaborados en Mendoza, y hierbas de la Cordillera de los Andes. Mezclarlo con soda de sifón completa la experiencia. Provoleta, papas a caballo, sardinas con tomate y alcaparras, aceitunas de todos los colores, buñuelos de acelga, y más opciones componen un tapeo pensado para esta bebida protagónica.
“Fuego, comida y buena bebida. Los secretos de la vida”. Con esta simpática rima se presenta Mecha, un restaurante que llegó a Villa Devoto hace menos de tres meses. Su tiempo de vida es corto, pero el potencial no: con una arquitectura increíble, el vidrio y el verde son los elegidos para llevar adelante este espacio minimalista. Dos pisos, dos barras, y un jardín que la rompe. Moderno es poco, el espacio al aire libre aloja la segunda barra de botellas coloridas y, entre piedritas en el piso y mesas sin techo, dos cubos vidriados ofrecen dentro mesas para aquellos días en que el frío o la lluvia ataquen.
Y, como indica el eslogan, el fuego está presente en la cocina de este restó. La especialidad es la parrilla, tanto de carne como de pescado. Cordero, calamares grillados, asado y demás platos marcan la insignia de Mecha. Durante la tarde también podés pasar a conocerlo y probar alguno de los licuados de su menú.
La Usina del Arte, el centro cultural de La Boca y una joyita arquitectónica de la zona, es la nueva sede del primer pop-up de Adorado Bar. Una visita este barrio no le viene mal a nadie, ni para quienes queramos probar ser turistas por un día en nuestra ciudad, ni mucho menos para los verdaderos viajeros que están de visita por Buenos Aires. Para todos ellos, la propuesta gastronómica de Adorado es simple: conocé todo el arte que La Usina tiene para ofrecer y, de paso, tomate un rico café en este pequeño pero acogedor espacio. Si tu ideal es caminar con bebida en mano, el take away también es una alternativa.
Para comer, un fast food casero y fresco, con sándwiches, wraps y ensaladas. Si lo elegís a la hora de arrancar el día, las opciones de yogurt con granola casera o pastelería casera no defraudan. Muy de estreno – abrió en febrero – completa un plan cultural con un toque foodie.
Fotos: gentileza lugares mencionados y MMCV estudio.