Ser carnívoro se volvió cool. Aunque no podemos negar que siguen abriendo locales healthy y veggies, también están aquellos que apuestan fuerte por la carne y se plantan en contra a esta (¿ex?) tendencia. La movida comenzó a aparecer hace aproximadamente dos años, y hoy puede decirse que esta especie de culto a la carne está en su máximo esplendor. Pero no se confundan, no estamos hablando de clásicas parrillas. Los nuevos espacios juegan con las cocciones y las combinaciones, animándose a llevar a la carne a otro plano. A las brasas, a la leña, ahumadas o entre panes, la idea parecería ser reinventarla y ponerla trendy de nuevo. En estos espacios originales y cancheros, las ensaladas son cosa del pasado y comer carne está muy de moda.
El nombre, su espacio tipo galpón de chapa, el mural con un jabalí y las carnes exhibidas dentro quieren dejar un punto claro: no es un lugar para vegetarianos. Por fuera puede que ni lo registres, porque, aunque ocupa una esquina bastante concurrida de San Isidro (Primera Junta y la vía), su color gris se camufla bien. Por dentro es otra historia. Con una identidad bien rústica, las mesas de madera y las lámparas colgantes le dan forma a la onda industrial. La barra se impone con estilo – los cocktails son súper recomendables y el barman muy copado–, y el patiecito al aire libre se postula como el espacio para quienes van sin reserva y les toca esperar. Porque sí, esta smokehouse abrió hace dos meses y ya tiene lista de espera. Ahora bien, ¿qué se come? 100% carne – excepto por una sola entrada y los postres, obviamente – con un método de cocción ahumado y una combinación de sabores gourmet. Y, aunque a veces se asocie esta palabra con el concepto de platos pequeños, este no es el caso para nada. Para empezar, no podían faltar unas buenas mollejas, ahumadas y con nuez pecan, jengibre, escarola y limón asado (riquísimas). ¿Una opción para compartir? Las croquetas de carne ahumada con mayonesa de cilantro y lima, y otra salsita picante. Los cortes de los principales (ojo de bife, dry aged, t-bone, y más) son súper abundantes y, como si fuera poco, vienen con doble guarnición. Una fija, designada al plato particular, y otra a elección. Los precios están entre los $350. La que más sale es la costilla de vaca. Para la parte dulce, las opciones son solo tres, y, aunque no lo crean, también se usa el smoked en esta sección, en el flan con dulce de leche ahumado. Se entendió cual es la especialidad, ¿no?
“Brasas & pintas” es el slogan de este (literalmente) bar de carnes, que combinando dos tendencias logró una propuesta innovadora y bien carnívora: cervezas artesanales y carnes en distintas versiones. Nació en julio de este año y, como iniciativa, rápidamente se convirtió en concepto, llevándolo a todos los planos del restaurante, tanto en la carta como en la ambientación. Mesitas altas en la vereda y luces de neón, cocina a la vista y pizarrones, una gran barra con el menú exhibido encima: mezcla entre cervecería y parrilla en un ambiente moderno, cálido y distinto a lo que ya conocemos. “Surgió la oportunidad de cambiar el típico concepto de parrilla y reformularlo dentro del exitoso y actual de las hamburgueserías y cervecerías. Por eso surgió este proyecto”, nos cuenta Martin Blanco, director fundador de Moebius Marketing y socio del restaurante junto a Sebastián Valles (creador de Azul Profundo, La Dorita, La Pescadorita, y otros). El menú tiene sus bases en la cocina callejera, pero elevándola a un nivel de mayor calidad y variedad, con un cubierto promedio de $250. Su especialidad son las “carnitas”: bocados de carne asada, previamente marinada, servidas en tablas de madera. De todas formas, las opciones de sándwiches y hamburguesas (hechas de carne asada a las brasas en pan artesanal) también es amplia e incluye recetas distintas y tentadoras. El Choricampi, por ejemplo, es otro clásico de la casa: chorizo relleno de queso en pan de campo. Para tomar, vino en copa o alguna de las varias cervezas artesanales que ofrecen. “Nos está yendo genial. Ya estamos con pedidos de franquicias para Argentina y Paraguay, y hay chances de exportar el concepto para UK. Todos temas para el 2018”, adelanta Sebastián a MALEVA. Así que estás avisado, parece que vamos a ver más bares de carne.
Aunque surgieron en Caballito hace un tiempo, con la muy nuevita sucursal en Belgrano, esta auto proclamada “parrilla urbana” está dando de qué hablar. “Nos diferenciamos con la onda del lugar y la mística que le damos: luz baja, velas, música, onda descontracturada. Y eso también se refleja en la carta con cortes y presentaciones fuera de lo común. Somos una parrilla vanguardista, distinta al típico concepto de barrio”, explica Francisco Miranda, dueño del espacio. Así como su nombre es una especie de oda a la carne, su carta sigue la misma línea. Francisco piensa que la nueva tendencia gastronómica es la de especializarse en algo, y aferrarse a eso. Y la suya es, evidentemente, la carne. Pero, aunque los vegetarianos no encuentren demasiado para ellos, los celíacos sí: el menú es 100% apto para ellos, incluyendo la panera. La carta refleja el estilo divertido que le quieren dar a su firma, incluyendo frases que le hablan al cliente, contándole sobre el plato y creando una experiencia distinta. Ahora bien, si es tu primera vez en Fiera y no sabés qué pedirte, te contamos cuáles son los preferidos de la casa: el ojo de bife, la entraña y el asado especial. “Creemos que hoy hay una revolución de la carne, no porque la gente haya dejado de comer y volvió a hacerlo, porque las parrillas son clásicos. Pero sí se está reinventando la parrilla, y eso es lo que queremos proponer nosotros”, nos cuenta Francisco.
Como ya les anticipamos, la vuelta de la carne en estas nuevas propuestas está alejada de las típicas parrillas, y el caso de Kon Kon lo ilustra bien. Nacieron en Belgrano, y funcionó tanto que recientemente se hicieron un espacio en el muy foodie barrio de Palermo, esta vez más amplio. Una fusión entre sabores orientales con la cocción a las brasas y a la leña crea un menú con comida callejera distinta, casera y sabrosa. Aunque los sándwiches son los más aclamados – con carnes de un delicioso sabor a madera como pastrón, hamburguesas y, el preferido, shawarma – también hay opciones al plato. Sus sabores intensos recrean los del Medio Oriente (una cocina que también está explotando) a través de ingredientes como el curry, el hummus, la mohamarra o el baba ganoush. “Lo que nos diferencia es la carne Halal de novillo y pollo, y nuestro gran uso de especias y salsas homemade”, explica Pablo Abramovski, dueño del resto. A pesar de ser un lugar de comida al paso, el espacio es moderno y, con mesitas en la vereda, invita a quienes quieran quedarse y vivir la experiencia completa. Como se imaginarán, la bebida infaltable es la cerveza, y también hay distintas opciones de vinos. ¿El rango de precios? De $170 a $270. Donde el fuego es el protagonista, la carne que ofrecen tiene un gusto especial. Combinado con los sabores del medio oriente, el resultado es otro imperdible carnívoro muy tentador.
Se instalaron en el 2016, y en un año lograron posicionarse como uno de los smokehouse referentes de Buenos Aires, importando la cultura gastronómica del sur de EEUU. Desde entonces, el concepto llegó para quedarse. Su orgullo es su inmenso ahumador, capaz de cocinar a la leña 1500 kilos de carne en simultáneo. Pero su cocina no es la única protagonista del espacio. Supieron dónde poner el ojo, y se ubicaron debajo de las vías del ferrocarril Mitre, paseo muy foodie que rápidamente llamó la atención de todos. La música al mango y una amplia oferta de tragos lo llevaron cerca del concepto de los bares, y este es uno que explota. Más que nada los sábados, se convirtió en uno de los preferidos por los grupos de amigos para llevar su noche ahí, comiendo y tomando algo en un ambiente que, lejos de ser un clásico restaurante, se pone con mucho rock. “Nuestro gran diferencial es el rock. Lo pasamos todo el tiempo, con temas tanto nacionales como internacionales. En esta última parte del año, también trajimos distintos DJs a nuestra terraza trasera, dos o tres veces por semana a partir de las 11 de la noche, para seguir generando una movida distinta”, cuenta Filu Klein, chef y uno de los dueños del resto. Sin dudas, las ribs con barbacoa componen el plato más típico de la casa. Pero la estrella de Instagram es la hamburguesa de pulled pork por su llamativo (y tentador) pan negro. Tragos, amigos y música en vivo: así sí es canchero comer carne.
Fotos: gentileza restaurantes mencionados.