Felicitas Pizarro, pionera de la feria (no dejen de probar sus waffles de pollo)
Buenas vibras, buena música, buena onda y buenísima comida. Cuatro claves de la feria de comida del bajo de San Isidro que ya es un clásico esperado en la agenda de cada año, y que este fin de semana celebra su quinta edición (¡en MALEVA la cubrimos desde la primera!). Se acerca el verano y llega Bocas Abiertas. Y aunque el mejor plan es ir todos los días un ratito para vivir bien de cerca el espíritu del lugar, si vas solo por un día acá te dejamos un TOP 10 de platos que no te podés perder.
“Todo acá tiene semillas” nos explica sonriente una de las chicas de Semilla, el restaurante al lado de lo de Facu y Nacho en el bajo de San Isidro. Los langostinos apanados están tan ricos que no nos importan las semillas. Rebosados en cereales y con una salsa sweet chilli a base de almíbar, vinagre, cilantro, jengibre, tu sonrisa se dibujará al instante luego de dar el primer mordisco a esta delicia.
En un pan negro con tinta de calamar, la hamburguesa de salmón de Iolo tiene una salsa de remolacha y una ensalada cole slaw. Con una presencia fuerte del mar, es un plato para los que le gusta comer poco pero bueno. Si pasan al mediodía por este stand recomendamos altamente el hotcake de batata, una opción bien fresca para acompañar un mediodía de primavera.
De San Isidro pero del alto (o sea, La Horqueta) es Alo´s, el restaurante de Alejandro Feraud que ofrece en Bocas Abiertas nada más que buena onda y sonrisas asegurada. Si de comida hablamos, recomendamos el rotolo o pasta italiana cocida durante siete horas en una salsa pomodoro presente en cada bocado, y luego sellada a la chapa. Ingredientes de primera calidad como la acelga, la ricota o el aceite de oliva se diferencian uno del otro en un plato apto vegetarianos pero que todo carnívoro va a amar.
La novedad del bajo de San Isidro es Bestia, donde la carne es protagonista y donde los vegetarianos no tienen lugar. ¿Soy carnívoro y qué? Pareciera que grita este lugar. En Bocas Abiertas recomendamos las mollejas tiernísimas ahumadas con limón asado y jengibre. Para chuparse los dedos.
Si ven mucha fila no se asusten y háganla porque vale la pena. En Tree Compañía de Cocina hacen la mejor entraña fileteada con puré de papa y huevos fritos. Además, si se tientan prueben el chorizo de langostinos con lima y cilantro que es de lo más original de la feria.
Con su sonrisa sin igual, Felicitas nos recomienda su favorito: el waffle de pollo, salsa de lima y miel con alioli y crocante de maní. El waffle, hecho a base de harina de maíz es súper liviano y aromático porque está cocido con rayadura de naranja. “Esto es para doblar y comer así no más”, nos dicen en el puesto. Y es que la propuesta aquí y allá es comida al paso, callejera, pero de sabor intenso.
Fresco y con el picante justo, así es el ceviche de lenguado que sirven en el puesto de La Anita, uno de los clásicos restaurantes del bajo. Acompañado de una mayonesa de wasabi y un polvo de aceitunas negras, este plato es la entrada ideal, antes de encarar cualquier otra propuesta más contundente.
Delicias si las hay. Frito, mar, cebollita, cilantro. Por un segundo estamos en Brasil, pero no. Es que la empanada de camarón de Horno Bar es lo justo de fresco y frito que necesitamos para un snack perfecto antes o después de cualquier otro plato.
Los locos de la parilla llegan a Bocas Abiertas para darte la mejor versión del choripán: mariposa con salsa criolla y el pan tostado a la leña. Delicia absoluta para el mediodía de sábado o domingo.
El restaurante de comida del sudeste asiático vuelve a la carga un año más con su sándwich de cerdo Banh-mi. El año pasado vendieron 700 sandwiches en un día y este año apuestan a más. Con una carne tierna y suave, cocida durante 10 horas en salsa de tomate, acompañada de salsa de ostras, vino de arroz, azúcar negro y un encurtido de repollo colorado, pepino y zanahoria, la delicia hecha sándwich y la buena onda que rebalsa la propuesta.
Amante de la náutica, de la buena vida y de los licores, Simon Venghi Deakin comenzó a destilar su propio gin hace cuatro años. Luego de años de hacer lemoncello, arancello, mandarinello y bitters de todo tipo, se animó y lanzó su propio Gin nombrado James Deakin por su abuelo, y que prepara en la feria con tónica y pepino y que tiene la medida justa de alcohol para cualquier tarde de fin de semana. Por si tienen ganas de más, Simon lanzó su edición de penca de salmón ahumados con gin que en la feria sirve en bagels de remolacha o el tradicional en pan blanco, en una combinación de sabores que nunca antes probaste, seguro.