Mesas elegantes en un entorno canchero con la mística de La Boca
El pop up carnívoro recomendado por The Guardian tuvo su séptima edición en un nuevo galpón frente a la Bombonera. Fuego, música y aperitivos en un barrio que es hora de redescubrir.
Los galpones, las chapas, el fuego, los trenes y los barrios bajos van bien con Nerca. El pop up que nació en el depósito de un herrero en Villa Crespo, pasó por una pulpería San Telmo y ahora se probó en un gimnasio de La Boca ya llegó a su séptima edición.
Una de sus marcas es la absoluta eventualidad. No sé sabe nunca cuándo va a ser Nerca ni donde va a tener lugar. Una semana y media antes de la fecha comienzan a venderse las entradas. Sí se sabe que el chef invitado y el menú siempre cambian y que todo, desde la entrada hasta el postre -en general suelen ser 6 o 7 pasos- tienen que ser carnívoros o derivados de la carne. También que una generosa ronda de aperitivos recibirá a los comensales y que durante el resto del banquete no dejarán de llenarte la copa de vino.
«Una de sus marcas es la absoluta eventualidad. No sé sabe nunca cuándo va a ser Nerca ni donde va a tener lugar. Una semana y media antes de la fecha comienzan a venderse las entradas. Sí se sabe que el chef invitado y el menú siempre cambian y que todo, desde la entrada hasta el postre -en general suelen ser 6 o 7 pasos- tienen que ser carnívoros o derivados de la carne.»
Por Nerca ya pasaron chefs como Juan Gaffuri, del Four Seasons, Martín Molteni, dueño de Pura Tierra, uno de los mejores restaurantes de Buenos Aires, y Dante Liporace. ¿Cómo es para un chef que está acostumbrado a trabajar con todos los lujos de un hotel cinco estrellas o para uno que le prepara el almuerzo al presidente de la La Nación en la Casa Rosada de repente cocinar entre chapas, chulengos, parrillas rústicas y todos los inconvenientes que depara la precariedad? La respuesta está en Nerca y es diferente cada vez.
En Nerca los mejores chefs de la Argentina vuelven obligadamente a las bases. En la última edición el chef neuquino Pablo Buzo estuvo al mando de los fuegos. Llegó temprano con un equipo de jóvenes cocineros y le hizo frente a una garúa persistente e incómoda que amenazó todo el día con convertirse en tormenta. A unos metros, custodiaba vacía y silenciosa la Bombonera y el tren se hacía sentir cada tanto.
«Con el chef neuquino Pablo Buzo al frente, hubo un poco de todo: empanadas de chivo neuquino, carpaccios de jabalí con gírgolas a la parrilla, hamburguesas de búfalo, goulash de ciervo y riñones de cordero, con chorizo, polenta blanca y merken, entre otros platos.»
La inspiración del menú fueron las carnes patagónicas y Pablo se encargó de hacer probar a los 110 comensales -entre ellos MALEVA- un poco de todo: hubo empanadas de chivo neuquino, carpaccios de jabalí con gírgolas a la parrilla, hamburguesas de búfalo, goulash de ciervo y riñones de cordero, con chorizo, polenta blanca y merken, entre otros platos.
Algunos se sirvieron durante el picoteo de bienvenida mientras salían los clásicos ferroviarios con Cinzano, pero la mayoría llegó cuando la gente ya estaba acomodada en las mesas comunales que se montaron en un galpón que el resto de los días funciona como lugar de entrenamiento. Allí hubo vinos King Malbec, risas y charlas entre desconocidos y la música de Dj Surco.
Así pasó un nuevo Nerca. Nadie sabe cuándo ni con qué chef será el próximo. ¡A estar atentos!