EN ARÉVALO 2024 – PALERMO VIEJO
Si fueron a La Mar en épocas más cálidas, es probable que hayan disfrutado del increíble patio que antecede al edificio histórico donde se emplaza este restaurante. Pues en invierno también podrán hacerlo: como ese espacio externo es sin duda la vedette del local, se ofrecen mantas térmicas de lana tejidas a mano y traídas directamente de Salta. “Específicamente del negocio Río del Valle Luracatao, que tiene más de 50 años de historia y donde todo es artesanal. Allí esquilan a las ovejas, hacen el hilo de lana a mano, lo tiñen, arman los ovillos y tejen en telar las mantas que, más tarde, servirán para abrigar del frío a los comensales de La Mar”, se enorgullecen desde el restaurante. Y como si esta calidez ad hoc no fuera suficiente, tubos radiantes de gas dan vuelta toda la barra, y en el resto del espacio se agregaron calefactores eléctricos, generando un microclima único en el que será muy fácil seguir pidiendo piscos y degustaciones del mítico cebiche de la escuela de Gastón Acurio.