Las geniales mesas comunales de Río, a pasos del Río de la Plata
Hay una sensación, entre los treintañeros que pasamos nuestra adolescencia y los primeros años de la juventud quejándonos de que en Montevideo no había nada para hacer, de que la ciudad está cada vez más atractiva, más despierta, más viva. Sin perder el ritmo, bastante más calmo que el de la mayoría de las capitales de América del Sur, la ciudad que abraza al río empieza a cambiar de aire. Tal vez responda a varios años de crecimiento económico sostenido, a la llegada inesperada de extranjeros que eligen quedarse a vivir acá, la apertura de la ciudad al mundo, la convicción de las generaciones más jóvenes de que vale la pena quedarse y conquistar nuevos espacios; pero lo cierto es que la diminuta Montevideo está cada día más encantadora. Por fuera de los circuitos turísticos más habituales hay algunas zonas que se llevan toda la atención. Las calles empedradas y mansas de Parque Rodó y Cordón —dos barrios limítrofes y ubicados al sur de la ciudad, con casas bajas y pocos edificios, una atractiva población de jóvenes que allí habitan o trabajan en rubros creativos— se han convertido en la ruta obligada para salir, comer y tomar algo de día o de noche.
Uno de los enamoramientos más fuertes que experimentaron los montevideanos en los últimos años. La prima hermana de la porteña Eterna Cadencia abrió en 2016 en una soñada casona de 1907 en el barrio de Cordón y se convirtió, de inmediato, en uno de los espacios más concurridos de la zona. Fundamental tomarse un tiempito para descubrir cuáles son las últimas novedades de la literatura uruguaya en la librería. Y un rato después, hacer una parada en el café (funciona para desayunos, almuerzos y meriendas) y probar la reversión de la pascualina con huevo poché por encima, los scones de queso o el volcán de dulce de leche. Detrás de la carta —concisa e imbatible— están Alejandro Morales y Florencia Courrèges. Aunque haga frío, vale la pena darse el tiempo para sentarse en el patio y disfrutar de la sensación de comer algo rico por debajo de los árboles. Recomendación: tanto para almuerzos como para meriendas hay que ir temprano.
Pablo de María 1185. Abierto de lunes a sábados de 9 a 21 horas.
Escondido detrás de la barra de Baker’s hay un libro que se titula así: The South American Gentleman’s Companion. Being an exotic drinking book. Lo firma Charles H. Baker Jr. y ya no se necesita más explicación de por qué el bar de moda de 2016 y lo que va de 2017 lleva ese nombre. Desde su apertura en abril del año pasado, Baker’s se convirtió en el hot spot de los que están en sus veintitantos y treintaitantos. Santiago Urquhart —al frente de la barra de La Huella durante varios años— puso junto a un socio su propio espacio en Montevideo con el foco en la coctelería y con varios hits. Entre ellos está el Grito de Ascencio (con un claro guiño a la historia de Uruguay) hecho en base a gin y con jugo de pomelo, tónica, pepino y bitter. También hay tapas para acompañar, una barra siempre repleta, una banda de sonido insuperable y además está abierto los lunes para aquellos que no saben qué hacer en el día más difícil de la semana.
Pablo de María 1198. Abierto de lunes a sábados desde las 19 horas.
Cuatro amigos, diez años de trabajo en conjunto en varias cocinas, muchos discos en común y unos cuantos partidos de fútbol 5 (¿cuándo no?) dieron vida a uno de los restaurantes más queribles que ha dado el 2017. Demorondanga —con su estado de ánimo relajado, barriles de cerveza que hacen de mesas, cierto aire de ciudad joven europea, cocina a la vista y una carta de tapas basada 100% en productos uruguayos de estación— se convirtió en uno de esos espacios que crecen de manera natural y sostenida por el boca a boca. Y es muy habitual que Alfonso, Diego, Manuel y Santiago (sus cuatro creadores) se encuentren con nuevos comensales que llegan pidiendo platos que les recomendaron. De hecho ya tienen una lista de vedettes que no pueden faltar en los pizarrones colgados en las paredes que remplazan la carta: hongos rellenos, mollejas con chutney, ceviche y ojo de bife. Punto extra: abre los domingos.
Cassinoni 1200. Abierto de martes a domingos a partir de las 19.30 horas.
En una de las pocas calles transitadas de la zona que, con humor, muchos denominan Cordón Soho, hay un espacio que funciona como un oasis a la polución sonora de la ciudad. Recién inaugurado, Café Gourmand es, como bien lo anticipa su nombre, un viaje expreso a Francia. Sus responsables son dos franceses y una estadounidense que viven desde hace siete años en Montevideo. Grégoire se encarga de todos los panificados (fundamental probar el pain au chocolat) hechos 100% caseros y del menú del mediodía elaborado con lo que hay en el mercado dándole siempre un toque francés. También hay clásicos de la cocina gala como Croque Monsieur, Jambon cru beurre (una baguette rellena de jamón crudo con manteca) y macarons de chocolate y limón. De noche la cena se vuelve más sofisticada con el menú de pasos de Walter Deshayes.
Constituyente 1869. Abierto de martes a sábados a partir de las 10 horas.
Uruguay tiene desde hace poco menos de cinco años una nueva obsesión: la cerveza artesanal. Bräwn se ocupa de tener una carta curada que contemple la enorme variedad de cervezas artesanales que se producen en los distintos departamentos (provincias) del país. Hay IPA, Stout, Blond Ale, Dark Ale, Porter y unas cuantas opciones más para combinar con hamburguesas, sándwiches y pizzas caseras. Inaugurado en agosto de 2016, de estética industrial con una barra larga de mármol que siempre funciona a tope, el bar es ideal para evaluar qué tienen los uruguayos para decir en materia de cervezas artesanales. Dato extra: los domingos se sirve ahí el brunch Oslo, uno de los pioneros de la ciudad.
Acevedo Díaz 1156. Abierto de martes a sábados a partir de las 19 horas.
RÍO es un nombre y es, también, una exposición de motivos. Está, primero, el Río de la Plata, la corriente de agua que nos conecta con el continente y el mundo. Después esa idea de movimiento y renovación constante. Y, por último, el juego a la hora de leer la palabra al revés: oír. Bajo esos conceptos abre, en diciembre de 2016, un espacio que tiene la música como leit motiv. RÍO funciona como club cultural que alberga a los proyectos musicales más diversos y modernos de la ciudad. En uno de esos lugares mágicos de Montevideo, con la rambla y el pulmón del parque a unos pasos, RÍO es un imprescindible para escuchar los sonidos que se están produciendo acá y, de paso, conocer cuáles son los raros peinados nuevos de la ciudad.
Sarmiento y Rambla Wilson. Abierto viernes y sábados a partir de las 20 horas.
Después de diez años de trabajar como editor de video en un canal de televisión, de tener un bar en la Ciudad Vieja que funcionaba por las noches, Matías decidió cambiar de rumbo y abrió un pequeño y encantador café en el medio de Parque Rodó junto a su novia Manuela. Él tiene un especial amor por el café y se formó para ser cafetero y ella es pastelera profesional. Así que ese es el espíritu de Macoco: un lugar con filosofía take it slow (así les gusta llamarlo) donde el café de especialidad se puede llevar o tomar in situ acompañado de un brownie, alfajor de maicena o un sándwich caliente con la voz de Dan Auerbach o de Maxi Prietto que sale del tocadiscos. Para los que andan sin mucho apuro hay tablero de ajedrez esperando.
Fotos: gentileza locales mencionados.