La bellísima casona del hotel de campo es de 1923
Lejos de Puerto Madryn y de la tecnología (léase: WiFi, señal de teléfono y TV), esta reserva natural en Chubut desafía mirada expectante de los recién llegados. La estancia El Pedral, una casa hecha hotel boutique que data de 1923, recibe turistas para que se pierdan entre el desierto, los acantilados y el mar. El territorio te va a sorprender, como la vida misma, con constantes paradojas:
Porque en cuanto perdés la señal, el aire sureño y atlántico te invita a encontrarte con vos mismo y con una realidad irrefutable: somos polvo en el universo.
Las colonias de elefantes marinos, pingüinos, ballenas, aves, guanacos y hasta pumas, son tu nuevo campo de visión. Si vas con cuidado, sacá unas buenas tomas de cerca.
Un shock de energía te va a hacer caminar por las extensísimas playas. Otros must: trekking de 10 km hasta el Faro de Punta Ninfas (¡ir también de noche con la luna!), el cañadón de los fósiles y bici hacia el infinito. Si sos un poco más sedentario, el paseo por la granja, las excursiones en lancha (o submarino por qué no) y una buena lectura frente a la salamandra son un planazo. O, también es un gol salir a pedalear por alguno de los senderos para bicis.
La boca del Golfo Nuevo, cuna de la Ballena Franca Austral, está dominada por el deseo de querer verlas. Y el sueño se puede cumplir desde la playa, a metros tuyo. A partir de junio, las gigantes ya nadan cerca de la costa así que no tenés más excusas para prolongar tu visita. De las excursiones para ver a los gigantes del mar, la más genial (y bastante loca por cierto) es la que se hace en el «barco – submarino» que no podía llamarse de otro modo más que Yellow Submarine.
El lodge ofrece las mejores comidas (probar las empanadas caseras y el imperdible cordero patagónico), tanto para los huéspedes como para los que van por el día. Para llegar, lo mejor es alquilar un auto. Todas las amenities y la cálida atención hacen que uno se sienta cómodo y especial en un territorio tan espectacularmente deshabitado. En verano podés darte un chapuzón en la pile. En los meses fríos, la situación más #Hygge es leerte un libro de su biblioteca, al calor de la salamandra, y con vista al golfo.
Fotos: gentileza http://www.reservaelpedral.com