Relax, eat & love: relajarse, comer y amar, suena fácil ¿no? Placeres simples de la vida que, más a menudo de lo que nos gustaría, no siempre nos podemos permitir. Ya sea por la monótona rutina, las preocupaciones del día a día o incluso el cansancio de un día de trabajo, a veces nos olvidamos de esas pequeñas cosas que nos hacen bien. Es por esto que esperamos con ansias las tan deseadas vacaciones, escaparnos a un lugar remoto y disfrutar.
Pero a veces no es necesario tomarse un avión ni manejar horas para olvidarnos por un tiempo de que todavía estamos en junio. Faena Hotel Buenos Aires nos invita a jugar a ser turista en nuestra propia ciudad y viajar a través de experiencias que combinan relax, bienestar y la mejor gastronomía.
Ubicado en uno de los pocos edificios históricos de Puerto Madero que permanecen casi intactos, la primer parada en nuestra travesía es el único Faena Spa. ¿Por qué único?
A diferencia de la mayoría, este propone un oasis con terapias holísticas no solo para el cuerpo pero para el espíritu y la mente también. Es decir, además de los impresionantes saunas (seco y húmedo – Hammam para los entendidos), los tratamientos con los exclusivos productos de Biologique y la pileta exterior, se ofrecen clases de yoga, meditación e incluso de sanación pránica (de la rama del Reiki, es una práctica que vale la pena investigar). Algo es cierto, restaurar nuestro bienestar no solo se consigue a través de masajes (aunque debemos admitir que ayudan, y mucho!) y eso es algo que en el Faena Hotel parecen tener claro.
«El spa propone un oasis con terapias holísticas no solo para el cuerpo pero para el espíritu y la mente también. Es decir, además de los impresionantes saunas (seco y húmedo – Hammam para los entendidos), los tratamientos con los exclusivos productos de Biologique y la pileta exterior, se ofrecen clases de yoga, meditación e incluso de sanación pránica (de la rama del Reiki, es una práctica que vale la pena investigar).»
Ya distendidos, es tiempo de continuar viaje con unos tragos en The Library Lounge. Libros antiguos y terciopelo rojo visten las paredes, en armonía con los elegantes sillones de cuero, las elaboradas alfombras y los exuberantes candelabros de cristal. Pero lo mejor es, sin duda, la carta. Tras unos necesarios tentempiés para afrontar lo que sigue, los lujosos cocktails son un must que hay que probar. Ingredientes como almíbar de té détox, licores especiales y hasta un gazpacho casero (para el legendarioBloody Mary) crean tragos que no se encuentran en cualquier lugar. Imperdibles.
«A diferencia de la mayoría, este propone un oasis con terapias holísticas no solo para el cuerpo pero para el espíritu y la mente también. Es decir, además de los impresionantes saunas (seco y húmedo – Hammam para los entendidos), los tratamientos con los exclusivos productos de Biologique y la pileta exterior, se ofrecen clases de yoga, meditación e incluso de sanación pránica (de la rama del Reiki, es una práctica que vale la pena investigar).»
Ahora sí, ya casi arribando de vuelta a casa, el restaurante El Mercado nos espera con una exquisita cena. La esencia de las clásicas cantinas porteñas se combina con el encanto de los mercados abiertos europeos en un espacio que refleja la rica cultura argentina. Paredes de ladrillos expuestos, mesas de madera y antigüedades de San Telmo cuidadosamente seleccionadas son detalles que completan la experiencia culinaria que ofrece. Desde el auténtico asado argentino (en determinados días) hasta la más elegante cocina local, El Mercado lo tiene todo. Y cuando decimos todo, es todo: su propia línea de vinos Faena acompaña cada plato. Por último, una aclaración no menor para aquellos malevenses golosos: los postres dan que hablar. Para más información, recomendamos probarlos.
Queramos o no, debemos volver a la realidad en algún momento. Pero volvemos renovados, relajados, más conectados y listos para encarar los días de otra manera. Además, siempre está el Faena Hotel Buenos Aires a tan solo minutos, por si necesitamos “fugarnos” otra vez